Hace un año, cuando se estrenó la primera parte basada en el último libro de la trilogía ‘Los juegos del hambre’, ya nos preguntábamos si ese afán empresarial de hacernos pasar dos veces por caja acabaría resultando perjudicial para la saga. Visto el resultado de lo que se habían esperado a mostrarnos, tenemos la respuesta: sí.
Desde luego, los fans no nos merecíamos un final así. El truco para adaptar un libro a la gran pantalla reside básicamente en ser valientes y atreverse a cortar todo aquello que, por mucho que funcione en negro sobre blanco, pueda lastrar una buena narración cinematográfica. Pero no es el caso. Y es que si en la primera parte de ‘Sinsajo’ salimos con la sensación de que no había pasado nada, en esta ocasión el sentimiento es de que no han sabido aprovechar todo lo que todavía les había quedado en el tintero.
¿De qué sirve guardarte los momentos más emocionantes y épicos si no eres capaz de rodarlos para que nos emocionemos? ¿De verdad eran necesarias casi 5 horas para contar un libro que, en la mitad, habría tenido una progresión lógica hacia un clímax a la altura de todo lo anterior? ¿Tiene justificación alguna dividir en dos una película para que en la primera parte no ocurra nada y en la segunda, en la que pasa todo, lo haga demasiado deprisa a pesar de que se te hace demasiado lento?
Claro que si por alguien hay que sentirlo de veras no es tanto por los fans sino por el equipo artístico y técnico que se ha dejado la piel para dar dignidad a las películas. Especialmente Jennifer Lawrence y Elizabeth Banks. Ellas han sido lo mejor con diferencia. Pero bueno, se acabó lo que se daba. Ahora solo nos queda esperar que alguien tenga la feliz idea de hacer el típico ‘Director’s Cut’ pero al revés –eliminando en lugar de añadir escenas– para olvidarnos de esta innecesaria pausa publicitaria de 365 días. 4.