Cuando aún estamos saboreando el nuevo disco de Ramona Gonzalez bajo su álter-ego electrónico Nite Jewel, el humeante ‘Liquid Cool‘, la artista norteamericana nos cogía por sorpresa con el lanzamiento, el pasado viernes, de un nuevo EP. Pero no de un EP en solitario esta vez, sino del proyecto que comparte con el productor y cantante Dâm-Funk, al que pudimos ver en Barcelona hace algunas semanas, dentro del Primavera Sound 2016, y que lleva por nombre Nite-Funk.
El primer disco de este proyecto que comparten desde 2010 y que, hasta ahora, apenas habia dejado algunos singles por el camino, contiene cuatro canciones verdaderamente espectaculares, demostrando una integración perfecta, y potenciando las virtudes individuales de sus partes. Con Gonzalez a la voz sobre el colchón de funk-R&B tan retro como imaginativo que ambos generan (colabora, además, el marido de Ramona, Cole M. Grief-Neill, antiguo colaborador de Ariel Pink), ‘Nite-Funk’ presenta cuatro canciones fantásticas, experimentales pero no reñidas con el pop, recuerdan vagamente a los trabajos de Kindness, Jessy Lanza o Kelela.
Enseguida destaca una ‘Let Me Be Me’ irresistible, que se presenta como un auténtico y bailable himno a la singularidad y la individualidad. Pero igualmente funcionan ‘Don’t Play Games’, que no anda muy lejos de la vertiente experimental de Róisín Murphy, la sensual ‘Love x2’ y una uptempo ‘U Can Make Me’ que cierra el EP por todo lo alto, con Damon Riddick complementando vocalmente a Gonzalez. Ojalá que, ahora que este tándem ha alcanzado el buen tono de su colaboración, se prodiguen juntos más a menudo.