Internet ha convertido en estrellas de la música a gente que no ha necesitado moverse de su cuarto o de su garaje para hacer música interesante, sustancial e innovadora y para recibir atención mediática por ella. De hecho, precisamente desde la intimidad de los hogares de estos músicos ha nacido todo un género -el denominado «bedroom pop»- en el que identificamos las propuestas de gente como Youth Lagoon, Toro y Moi o James Ferraro. Este género que engloba microgéneros como el chillwave, el vaporwave o el witch-house nos ha dado grandes canciones en los últimos años, entre ellas, las del californiano Giraffage.
Charlie Yin, que así se llama en realidad este estudiante de políticas económicas de San José, produce música de paisajes oníricos, líquidos y translúcidos, que cabalgan en ritmos R&B o trap ralentizados y minimalistas.Estos parecen, efectivamente, extraídos de un sueño. La elegancia de ‘Feels’, por ejemplo, suena como evocada de tiempos pasados, mientras las percusiones orgánicas de ‘Slo’ recuerdan al mejor BeGun. Los dos álbumes que ha publicado Giraffage hasta el momento, ‘Comfort’ y ‘Needs’, son «reconfortantes», nostálgicos y contienen una sensualidad intangible pero seductora.
Hubo un tiempo en que la música de Giraffage hubiera encajado en el término «pop hipnagógico». Ahora que el mainstream ha adoptado estos sonidos como hace siempre con las innovaciones de la producción underground (la nueva ola de R&B de radiofórmula parece inspirada en el surgimiento de estos microgéneros experimentales), podemos hablar de Giraffage como un productor de R&B fantasioso que tampoco le hace ascos al vaporwave (‘Thinking About You’), al chiptune (‘Be with You’) o a los paisajes de videojuego de Rustie (‘Impression of You’). La elegancia, desde luego, la lleva él.
Giraffage actúa este sábado 13 de agosto en Razzmatazz.