Modelo de Respuesta Polar han encontrado su hueco en el pop nacional tras la edición de tres álbumes. El primero era «mini» pero incluía su canción más famosa, ‘La guerra y las faltas’, con la que cerraron anoche su concierto en Joy Eslava, Madrid, ante la atenta mirada de un millar de -salvo un par de excepciones- atentas y calladas personas. Y el último es el mejor. Aunque igual no es su álbum definitivo, ‘Dos amigos‘ sí es ese disco en el que se reafirman en su gusto por las buenas melodías, las desestructuras, las letras bonitas pero no cursis… Otro indie era posible (si es que esto es indie por mucho que sea el mismo grupo el que se dedique a mandar sus vinilos desde Correos) y, frente a unos Lori Meyers que, ojo, se rumorea que preparan algo gordo para 2017 por dos vías diferentes (¿aunque igual se lleva demasiado tiempo rumoreando?), Modelo de respuesta polar suenan como un grupo necesario, más fino, menos evidente, con sus posibilidades comerciales, pero sin que parezcan buscarlas todo el rato. Sus canciones también tienen crescendos, y el «sé que no te hago falta» del final de ‘Un fuego’ o los cambios de ‘Tan blanco’, uno de los «highlights» de su repertorio, no pueden ser más intensos. Pero hay una calma y una confianza en sus sólo aparentemente modestas composiciones que se echa cada vez más de menos en la penúltima oleada de grupos revientafestivales del país.
Su show comenzaba con ‘Momentos similares’, los punteos del quinteto son cristalinos y como indica el propio Borja Mompó en las entrevistas, su sonido es «bastante limpito». A continuación, una gafada ‘Dos amigos’, el single principal de su último disco, que se resistió a relucir. Cuando todo parecía sobre ruedas encaminado a los «aaah-aaah-aaah» finales, instrumentos y voz dejaron de sonar con claridad y, aunque para cuando el tema acababa, el problema ya se había solventado, el grupo tenía que repetir el tema por petición popular. Nunca había visto que una canción sonase completa dos veces seguidas durante un concierto, pero Modelo de respuesta polar supieron convertir en ventaja el problema técnico y la ovación fue generalizada pese a que, oh, esa segunda versión, contó con un par de acoples al final.
Estaba claro que anoche tenía que ser la noche del grupo -así lo habían declarado en ABC– y que nada podría impedirlo. El propio Mompó confesaba estar mucho más relajado en una Joy Eslava casi llena del todo que actuando «frente a 20 personas» y el show fue un paseo para ellos sumando la calidad de la coreada ‘El cariño’ a ‘Miedo’, ‘Cómo crees’ con los coros del teclista/guitarrista de la banda y las colaboraciones de Martí Perarnau de Mucho a la guitarra en la estupenda ‘Crece’ y de su productor Ricky Falkner en la acústica y la voz durante ‘Cosas increíbles’.
Entre los bises, ‘Que no se apague’ (nunca), sirvió como metáfora de los anhelos de Modelo de respuesta polar, un grupo que cita a Antonio Vega como referencia principal y que suena como debería haber sonado la radiofórmula española de los 90 antes de virar hacia las espantosas producciones pseudo-rockísticas de Ella baila sola (las melodías molaban, pero…) y el latineo de Chayanne. Como en el caso de La Buena Vida, lo de ser indie era lo de menos. 7,9.