Según informa Público, el Guardia Civil que disparó su arma reglamentaria contra Javier Fernández, batería del grupo gallego Los Piratas, provocándole la muerte, finalmente será juzgado por homicidio imprudente. De acuerdo con la noticia, El Juzgado de primera instancia e instrucción número 2 de Ponteareas ha decretado la apertura de juicio oral contra el agente por un delito de imprudencia grave profesional.

La acusación particular, es decir, la viuda, hijo y padres de Fernández, solicita para el agente cuatro años de prisión y seis de inhabilitación profesional, en tanto que la Fiscalía ha pedido el archivo de la causa al entender que el procesado actuó en legítima defensa. En el auto de apertura de juicio oral, la jueza impone al agente una fianza de 30.000 euros como responsable civil directo y, subsidiariamente, al Ministerio del Interior. Esta noticia confirma la solicitud de apertura de juicio oral que la acusación particular esgrimió ante la jueza, que vio indicios de homicidio imprudente en la actuación del agente del cuerpo de seguridad.

Recordemos que Fernández, conocido en el ambiente musical como Hal 9000, fue batería de Los Piratas, banda de los 90 en la que se hizo popular Iván Ferreiro. El músico padecía esquizofrenia desde hacía 10 años, enfermedad de la que estaba en tratamiento. El día de su muerte, la Guardia Civil acudió a la vivienda de Fernández y su familia atendiendo una llamada que denunciaba una supuesta agresión a su mujer. A su llegada, hubo un forcejeo con uno de los agentes y su compañero, entendiendo que estaba en peligro (Javier portaba un cuchillo de cocina en la mano), intentó disparar a la pierna de Javier, pero le hirió en el abdomen provocando una herida que causaría la muerte del músico en el Hospital. Según el abogado de la acusaciónn particular, el agente reconoció ante la jueza que efectivamente la mujer de Fernández les advirtió de la enfermedad de su marido y que necesitaba medicación.