En los años 2012 y 2013, Sangre se postularon como uno de los nombres más llamativos del underground madrileño. Se trata de una banda de seis chicas que entonces se hicieron populares con temas como ‘Democracia’ (efectivamente, era un reflejo de la agitación política de aquellos días, ahora narcotizada), ‘Ye-ye’ o ‘Cecilia’, que reunieron en un EP bautizado con su lema ‘Sangre es amor’.
Desde entonces no habían presentado nuevas grabaciones, pero han seguido tocando intensamente (pudimos verlas en Primavera Sound 2014, por ejemplo) y componiendo las canciones que formarían parte de su álbum de debut que, parece ser, ya es una realidad incluso aunque aún no tenga título ni fecha de edición. Hace un par de meses, Sangre lanzaron ‘No estoy bien’, el que dicen es el primer single de ese disco sin nombre y que consolida su compromiso con los estribillos certeros, letras de calado social y guitarras ruidosas, que las aleja de posibles comparaciones con otros grupos de chicas del indie estatal como Nosoträsh.
Esta semana presentaban ‘Brasil’, otro tema de ese álbum de debut, como una sugerente variante de su música: ambientación tropical, guitarras con twang y ritmos seductores… hasta que, llegados al estribillo, todo se acelera y, fieles a su universo, proponen la idea de que la muerte podría ser una playa paradisíaca. Nos apuntamos a eso. El tema, además, viene reforzado por un videoclip de David Montes en el que, con una estética engañosamente amateur y unas chulísimas fotografías en movimiento, las chicas (con el embarazo de Daya en todo su esplendor) posan con looks bastante imposibles (camisones y gabardinas) en las costas del paradisíaco Pantano de San Juan, de Madrid. Un buen regreso que obliga a permanecer atentos a ese disco en ciernes.