Esta semana, no solo Mariah Carey ha sido noticia para mal por un concierto de Nochevieja. También Robbie Williams ha despedido 2016 entre críticas después de actuar en un concierto de BBC el pasado 31 de diciembre. Durante su actuación, Williams bajó del escenario para saludar a sus seguidores y, acto seguido, se limpió las manos con gel desinfectante y cara de asco, lo cual no gustó nada a sus fans, que le llamaron de todo en las redes sociales por su «irrespetuosa» decisión estos primeros días de año nuevo.
Seguramente, Williams jamás habría imaginado que esta tontería coparía los titulares de tantos medios ni saldría en las noticias de tantos telediarios, pero así ha sido. Por eso, el autor de ‘The Heavy Entertainment Show‘ se ha reído del asunto en Instagram con un vídeo irónico en el que aparece saludando a una persona -aparentemente a su suegra Gwen- y desinfectándose las manos después con el mismo disgusto que expresó en el concierto de BBC.
Por supuesto hay quienes defienden que el debate de este asunto no es que Williams se lave las manos después de tocar a sus fans -a toda estrella pueden darle asco sus manos después de intercambiar sudor con las de otras personas-) sino el hecho de que el autor de ‘Angels’ haya tenido la «desvergüenza» de hacerlo delante de miles de seguidores durante un concierto como si nada. ¿Pero no ha sido Williams siempre un poco gamberro?