Puede que sea un gran desconocido para la mayoría, pero la historia de Andrés Costureras, el artista que se esconde detrás de Pshycotic Beats, es de esas que tienen que ser contadas. En 2006 su vida dio un giro radical cuando le diagnosticaron un trastorno obsesivo compulsivo y de ansiedad generalizada que le hizo replantearse su vida. Fueron momentos duros para él, pero a pesar de ello el madrileño sacó fuerzas para empezar a maquinar un alter ego musical. De ahí nació en 2011 un interesantísimo primer disco que llevaba por título ‘Rexer Flash’ (el nombre de uno de los medicamentos que tuvo que tomar por entonces), que se valía del synth pop más oscuro de herencia ochentas.
Por entonces él no se atrevía a cantar, pero eso cambió dos años más tarde cuando en su segunda entrega, ‘Dormihcum’, se animó a sacar el crooner que lleva dentro, consolidando las bases de un proyecto igual de bailable que teatral en el que se vislumbraban ecos de Scott Walker, Marc Almond o el Bowie más espacial. Aquel segundo disco trataba sobre la historia de un hombre que ingresaba en un centro psiquiátrico en el que habitaban todo tipo de personajes que bien podrían haber salido de la mente de David Lynch, trazando de este modo una narración que ahora culmina, como si de una trilogía se tratara, en su reciente ‘The Black Sea’.
Ya fuera del psiquiátrico (ahí está la preciosa ‘The End’, con esos arreglos de cuerda que fortalecen su dramatismo vocal), el alter ego ideado por Costureras debe enfrentarse a la vida real y a la superficialidad de una sociedad que vive por y para el palo selfie. Pero, ¿realmente vale la pena luchar para seguir adelante? ‘The Black Sea’ a primera vista tiene un mensaje desesperanzador porque acaba con el suicidio de su personaje (‘My Death Is Yours’), pero hasta que ese momento llega en su último tema lo que nos encontramos realmente es un álbum que reivindica el baile como mayor arma para afrontar cualquier tipo de tragedia.
Aun recordando a Erasure en ‘Planet Nine’, a Chic y a Scissor Sisters en la disco ‘From Disco Section to House Foundation (Confined to Your Music)’ o a Cerrone en ‘Where the Night Is Coming’, lo mejor de ‘The Black Sea’ es comprobar cómo Costureras ha ganado total confianza en sí mismo para interpretar unas canciones ambiciosas y sorprendentemente muy bien resueltas que bien podrían dar para un musical. La fuerte carga emocional de pistas como ‘Surrender’ o la pegajosa ‘Knives’ (que tanto hará las delicias de los amantes de Depeche Mode como de Matt Bellamy de Muse), y la forma en la que cierra esta trilogía, hacen de esta una obra consistente que con cada escucha gana puntos. Desconocemos qué va a hacer Pshycotic Beats a partir de ahora (bien podría animarse a ofrecer algún directo, algo que no ha hecho en estos años), pero nunca es tarde para sumergirse en su particular discografía.
Clasificación: 7,4/10
Lo mejor: ‘The End’, ‘From Disco Section to House Foundation (Confined to Your Music)’, ‘Where the Night is Going’, ‘Knives’
Te gustará si te gustan: Erasure, Depeche Mode, Scott Walker y Marc Almond
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