La muerte de Chris Cornell, uno de los mayores iconos del rock de los 90 por su trabajo en Soundgarden y Audioslave, ha sorprendido a todo el mundo. Más inesperada todavía ha sido la confirmación de su suicidio. Aparentemente a nadie le ha sorprendido más esta noticia que a la familia de Cornell, y su esposa, ahora viuda Vicky Karayiannis ha explicado en un comunicado que el suicidio del músico podría haber ocurrido, no porque Cornell deseara realmente quitarse la vida, sino porque una sobredosis accidental de Ativan habría alterado sus facultades mentales, provocando su decisión de suicidarse.
Ativan es un medicamento que se prescribe comúnmente a adictos en rehabilitación para combatir la ansiedad y la depresión y Karayiannis escribe que, tras su último concierto, Cornell le contó por teléfono haber tomado más dosis de este medicamento de la recomendada. «Cuando hablamos después del concierto noté que Chris balbuceaba sus palabras y me dijo que igual se había tomado uno o dos Ativan de más. Entonces llamé a seguridad y pedí que le hicieran un chequeo», ha escrito. Kirk Pasich, abogado de la familia Cornell, comparte esta teoría: «la familia cree que, si Chris se quitó su propia vida, no sabía lo que estaba haciendo, y que las drogas y otras sustancias pueden haber influido en sus acciones».
Vicky asegura que Cornell amaba a su familia y que su trato reciente con ella no cuadra con la conclusión de su suicidio. «El mundo de Chris se revolvía en su familia primero y en su música después», ha escrito Vicky. «Chris voló a casa por el Día de la Madre para pasar tiempo con su familia. Se fue el miércoles al mediodía, el día del concierto [en Detroit], después de pasar tiempo con sus hijos. Cuando hablamos antes del concierto, comentamos nuestros planes de irnos de vacaciones y otras cosas que queríamos hacer».
«Lo que ha pasado es inexplicable y espero que el resto de investigaciones sean esclarecedoras. Sé que Chris amaba nuestros hijos y que jamás les haría daño quitándose su propia vida», ha concluido Karayiannis.