Stormzy llega este jueves al Festival de Benicàssim para mostrar al público español de qué manera se ha convertido clarísimamente en una de las voces clave de su generación, después de que su esperado debut publicado este año, ‘Gang Signs & Prayers’, se convirtiera en el primer álbum de grime en ser número 1 en Reino Unido (‘Konnichiwa’ de Skepta lograba llegar al número 2 el año pasado). Stormzy llega al FIB con un disco de oro bajo el brazo, varios premios MOBO y BET y el reconocimiento de la Universidad de Oxford, que le acaba de condecorar tras haber ofrecido una charla hace unos meses.
La infancia de Stormzy no fue fácil: nacido en South London, de padres ghaneses, fue expulsado del colegio varias veces, dedicándose básicamente a rapear desde que tenía 11 años (este mes cumplirá 24), despuntando en la escena grime que sacudió especialmente las islas cuando Dizzee Rascal ganaba el Mercury Prize con su disco de 2003 ‘Boy in da Corner’. Ha pasado casi década y media, pero Stormzy todavía cree que el grime es algo «muy nuevo». Lo suficiente como para haberse tomado con calma este disco largo: en 2016 decidió descansar de las redes sociales, y algunas de las razones las encontramos expuestas en estos 58 minutos de música.
‘Gang Signs & Prayers’ incluye ‘Shut Up’, el tema de 2015 con el que el artista se daba a conocer como freestyler a través de Youtube, pero no depende de esa vieja canción para presentarse ante la gran masa. Nuevos singles como ‘Big for Your Boots’, ‘Cold’ o la pista inicial muy adecuadamente llamada ‘First Things First’ son excelentes cartas de presentación de su estilo. ‘Shut Up’, bajo la gran producción de XTC, tan anclada en el ritmo como en su sugerente arreglo, contiene frases tan ilustrativas como «soy el mejor, soy tan engreído», «impongo la tendencia, el resto la copian», «soy tan Londres, soy tan sur» o «puede que cante pero no soy un vendido». Una línea parecida sigue ‘Big for Your Boots’, que habla sobre la «grandeza» del artista al tiempo que cuenta que nunca ha tenido ni un Tom Ford ni cierta arma de fuego, aun con tiempo para lanzar un mensaje a su fan y admirada Adele… quien también aparece mencionada en ‘First Things First’, en la que Stormzy relata su retirada de los escenarios mientras habla de problemas en la banda, en la familia y un colega en la cárcel. «Nunca he sido la víctima, nunca el objetivo» es la frase más sonora de ‘Cold’, a continuación, como excluyéndose de la vertiente más violenta del grime.
Son muchas las pistas incisivas que encontramos en el álbum, como ‘Bad Boys’, que entre citas a ‘Narcos’ narra el enfrentamiento entre Ghetts y Bashy del que salió el meme «Ask Carlos»; ‘Mr Skeng’, un álter ego para Stormzy; o ‘Return of the Rucksack’, con su delirante estribillo en busca de MC’s que en realidad es una referencia a Dizzee Rascal. Y si algo ha aprendido Stormzy de Skepta es a distribuir estas pistas clave en una buena secuencia de 16 pistas muy meditada.
En su caso lo ha hecho además añadiendo un poso espiritual, mucho más marcado por el R&B. En ’21 Gun Salute’ es evidente que Frank Ocean y Lauryn Hill son una influencia, como asegura; ‘Velvet’ es un suave y ultra sexy R&B grabado junto a Nao; y ‘Cigarettes & Cush’ con Kehlani y Lily Allen habla sobre relajarse con un poco de maría. A menudo el disco de Stormzy recuerda también a la versión masculina de esta última, Mike Skinner de los Streets. Solo así podemos entender de dónde viene ese tema deliciosamente sentimentaloide dedicado a su madre (‘100 Bags’), por qué el largo se cierra hablando de la depresión sufrida el año pasado (‘Lay Me Bare’) o la importancia de ese tema tan religioso, dividido en dos partes, ‘Blinded by Your Grace’, que pasa de conectar con Stevie Wonder a incorporar a MNEK.
La autenticidad (‘Don’t Cry for Me’), el ser uno mismo, y las causas sociales (Stormzy es, por ejemplo, un firme defensor de que se deje de usar la palabra «nigger» en las canciones), junto a sus propios sentimientos van conformando un disco en el que todo está relacionado. Si se comenzaba hablando de un «hermano en la cárcel», el interludio que introduce ‘Shut Up’ es una conversación telefónica con Crazy Titch, precursor del grime, al teléfono. La conversación es muy divertida («I don’t even know what a hashtag is, I just know it’s proper merky / You know a hashtag’s a bit more advanced than me»). La pena es que esté grabada desde la cárcel, donde Crazy Titch cumple condena por asesinato desde 2005. El arma homicida, una MAC-10, es la misma que se jacta de no haber tenido nunca Stormzy en la letra de ‘Big for Your Boots’. No es de extrañar que el artista haya escogido cerrar el álbum hablando del absurdo de todo, de sus vulnerabilidades, de su depresión en una canción en la que habla de «disparar contra su pena», «rezar antes de dormir» y pide abiertamente ayuda. Dice el productor Fraser T Smith que Stormzy no quería compartir ‘Lay Me Bare’ porque era demasiado personal, pero qué error habría sido cerrar el largo con ‘Shut Up’. Es en su cuestionamiento de todo donde las cosas pueden tener un poco más de sentido.
Stormzy presenta este debut este jueves en el FIB.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Shut Up’, ‘Big for Your Boots’, ‘Cold’, ‘Mr Skeng’ y su contrapunto R&B
Te gustará si te gustan: Skepta, el primer Dizzee Rascal, The Streets, Lauryn Hill
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