‘Sun Structures’, el primer disco de Temples, me contrarió bastante. Ellos me parecían el típico hype británico sobredimensionado por los medios de su país. Se les veía tanto las costuras, era tan descarado el fusilamiento de las fórmulas de rock psicodélico de los sesenta -y de algunos de sus pupilos de los noventa-, que fui incapaz de comprarles la moto. Peor aún; el disco me aburrió soberanamente. Así que no iba precisamente bien predispuesta hacia este ‘Volcano’.
Realmente, no se aleja demasiado de las premisas de ‘Sun Structures’. La manera de presentar el sonido apenas ha variado; muestra una pátina envejecida y los instrumentos están eficazmente interpretados y distorsionados para conseguir el mayor efecto “vintage” posible; la voz de James Bagshaw está en constante falsete y permanentemente tratada. Y, por supuesto, las influencias de los sesenta permanecen. Temples continúan fusilando la psicodelia de sus abuelos sin asomo de pudor y siguen birlando las inflexiones melódicas a los Beatles (el robo es especialmente palmario en ‘Roman God-Like Man’), etc. Pero, oh sorpresa; quizás porque es verano y el cuerpo sólo me pide rock descocado y sin complicaciones, esta vez estoy gozando a Temples plenamente. Los ingredientes son los mismos, pero el plato les ha quedado más sabroso.
Porque ‘Volcano’ es un disco intrascendente, sí. Y también fresquito. Y entretenido. Repleto de temas ligeros y de melodías de fuste. Su psicodelia pop resulta aquí aún más luminosa y amable. Todo está pensado y diseñado desde y para el hedonismo, sin más intención que hacer pasar un buen rato. Nada más empezar ‘Certainty’, con su saltarín riff de ¿clavicordio? ya se me evaporan los prejuicios. Y es que las líneas de teclados añejos se adueñan del disco y adornan deliciosas golosinas pop como ‘Born in the Sunset’, rematada por coros surf. En ‘In My Pocket’ citan a Syd Barrett en versión accesible. El organillo desquiciado en ‘Mystery of Pop’, sus redobles como palmadas, el puente cantado a toda revoluciones, construyen un todo bastante irresistible. También hay intentos de ampliar su sonoridad hacia nuevos territorios. El inicio de ‘(I Want to Be Your) Mirror’ contiene ciertos tintes de indie de los ochenta en sus guitarras, aunque luego llega la deriva barroca en su estribillo. O la aproximación al pop comercial adulto de los 80 de ‘Open Air’, que incluso recuerda un poco a ‘I’m Still Standing’ de Elton John.
En ‘Volcano’ Temples afianzan su personalidad. Sí; siguen siendo inofensivos y todavía no alcanzan a sus referentes ni a las suelas de los zapatos, pero… ¿Y lo bien que se lo pasan (y nos lo pasamos) mientras lo intentan?
Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ‘Certainty’, ‘(I Want to Be Your) Mirror’, Born Into the Sunset’, ‘In My Pocket’
Te gustará si te gusta: los Beatles, los primeros Status Quo, Pink Floyd, el revival psicodélico.
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