El notable debut de SZA, ‘Ctrl’, se publicaba el pasado 9 de junio tras varios retrasos. Solana Rowe lleva desde 2012 abriéndose paso en la escena de R&B alternativo (‘Babylon’ o ‘Child’s Play’ son dos de sus primeros éxitos underground) pero el verdadero punto de inflexión para ella ha sido ‘Consideration’, su colaboración con Rihanna en ‘ANTI’, que ha supuesto el impulso perfecto para su carrera de cara a la publicación de este disco que, por cierto, tan bien se está vendiendo en su país (sigue en el top 20 de discos más vendidos de Billboard tras tocar techo en el top 3 en su semana de salida).
‘Ctrl’ no sigue exactamente la estela de los EP anteriores de SZA. Para empezar las canciones ahora están a numerosos peldaños por encima. Y a excepción de algunas tan acertadas como ‘Love Galore’ o ‘Broken Clocks’, donde la distorsión de los sintetizadores produce ambientaciones alucinadas en el estilo de las primeros temas de Rowe, ‘Ctrl’ propone sobre todo una producción sucia, áspera y por momentos maquetera (que no poco cuidada), que por supuesto busca evocar una sensación de autenticidad y crudeza en contraste con las producciones ultrapulidas del R&B comercial, y que además recalca la calidad de las canciones en sí. La producción grimosa de ‘Anything’ es un ejemplo claro, como también son las guitarras eléctricas de ‘Supermodel’, las baterías casi sin tratar de ‘Drew Barrymore‘ o ‘Normal Girl’ (dos de las mejores canciones del disco), el pop lo-fi de la excelente ‘Prom’ o simplemente la producción deliberadamente amateur de algunas de sus pistas más hip-hoperas (‘Garden’). Se desmarca del conjunto, por ejemplo, ‘Doves in the Wind’, la estupenda colaboración de Kendrick Lamar, probablemente porque parece que se haya escapado de ‘DAMN.’
Como sucede con lo nuevo de Jay-Z, la honestidad es el motor de ‘Ctrl’. En este caso la honestidad de SZA (Solana Rowe), se transmite sobre todo a través de unas letras confesionales, directas, en estilo de monólogo interior, sin filtros, como se percibe en el eufórico single ‘Drew Barrymore’, donde Rowe canta sin tapujos sobre su baja autoestima (“siento no ser más atractiva, siento no ser más femenina, siento no depilarme las piernas por la noche”), o en la canción que abre el disco, ‘Supermodel’, cuya letra directamente parece un mensaje de texto de SZA a su ex en el que esta le confiesa que se ha apuntado a una orgía para vengarse de él. A menudo la honestidad de ‘Ctrl’ es tal que podría hacerse una versión del disco en formato audio de WhatsApp y daría el pego.
Esta sinceridad brutal no está exenta de contradicciones (ahora “te necesito”, ahora “no necesito a nadie”) pero ‘Ctrl’ no pretende ser un disco de autoayuda desde el momento en que sus letras no pueden estar más llenas de culpa, baja autoestima y vergüenza propia. Como sugiere su título, el “control” que asume SZA en el álbum a veces funciona y otras, como el botón de un ordenador, no funciona o se queda atascado. Esta es la realidad de SZA, al fin y al cabo una chica de “veintitantos” (así se titula la canción que cierra el disco), y también la realidad de miles de chicas negras estadounidenses que acudirán a este disco en los próximos años, no para hallar respuestas a sus preguntas, sino para reconfortarse en la experiencia de una persona que ha sufrido y hallado la fuerza suficiente para sentarse a contártelo.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Supermodel’, ‘Love Galore’, ‘Drew Barrymore’, ‘Doves in the Wind’, ‘Broken Clocks’, ‘Prom’, ‘Normal Girl’
Te gustará si te gusta: el R&B que no busca sonar en la radio, los discos brutalmente honestos
Escúchalo: Spotify