Lorde ha comenzado esta semana la rama europea de su ‘Melodrama Tour’, presentando el sobresaliente álbum que ha publicado este año. Antes de que llegue a Barcelona el próximo día 9 de octubre, actúa en Reino Unido y allí ha visitado los estudios de BBC Radio 1 para grabar en directo en el programa Live Lounge.
Además de su single ‘Green Light’, la neozelandesa ha hecho, como es costumbre en ese programa, una versión. Y ha sorprendido al elegir la que, por otro lado, es claramente la mejor canción de Phil Collins, ‘In The Air Tonight’.
Su versión es bastante fiel a la original –incluida ese redoble de batería que entra en torno al minuto 3:00–, aunque aporta un arreglo de guitarra muy The xx. Pero, sin duda, lo más irónico de todo es la cantidad de veces que la propia cantante pronuncia su propio nombre artístico a lo largo de la canción, con esos “oh, Lord, oh, Lord” que se repiten una y otra vez. Oh, LOL.
En todo caso, esto parece ser una reivindicación en toda regla del que fuera batería del grupo Genesis en los 70 y que, ya en solitario, se convirtió en toda una estrella del pop que vendió más de 100 millones de discos gracias a álbumes como ‘No Jacket Required’, ‘…But Seriously’ o ‘Bith Sides’. Es cierto que, en un momento dado, se convirtió en adalid de lo que él mismo definió hace poco como “música para un BMW deslumbrante”, metáfora de una música aburguesada y aburrida, sin riesgo y de emoción de postal. Pero eso es una crítica muy fácil y a todas luces injusta.
Lo cierto es que Lorde es quizá la artista más popular en reivindicar a Collins, pero no la única: tiempo atrás vimos a artistas alternativos como Neon Indian, Sleigh Bells, Yeasayer o How To Dress Well también lo hacían. Y es que no se puede negar que en su haber hay canciones mayúsculas como la propia ‘In The Air Tonight’, que abría magníficamente su debut en solitario ‘Face Value’ (1981), números de soul blanco tan potentes como ‘Sussudio’, ‘Don’t Lose My Number’ y ‘Something Happened On The Way To Heaven’ o baladones históricos como ‘One More Night’, ‘I Wish It Would Rain Down’ o ‘Another Day In Paradise’.
Después de una retirada algo confusa por unos misteriosos problemas de salud, su autobiografía publicada el año pasado, ‘Not Dead Yet’, clarificó un poco el oscuro periodo en el que el británico, que ahora cuenta con 65 años, ha estado inmerso: en 2002 decidió dejar de actuar para pasar más tiempo con su familia, pero su tercera esposa le pidió el divorcio y él se refugió en el alcohol, del que solo ha podido liberarse por medio de terapia. Ya recuperado y tras haber actuado el pasado junio en el Hyde Park de Londres, el próximo mes de noviembre Collins inicia una gira por Reino Unido y la Europa continental tras pasar más de una década alejado de los escenarios. Dado que él padece una lesión crónica que le impide tocar la batería e incluso le obliga a caminar con una muleta, su hijo de 15 años Nicholas será su baterista en directo. Una buena noticia que hace que este sea un momento inmejorable para reivindicarle como autor.