A nadie va a sorprender que el canadiense Destroyer, que ya tuvo la rareza de hacer un EP de versiones de Sr Chinarro, dedique gran parte de los esfuerzos de su nuevo disco ‘ken’ a retratar la decadencia de la era Margaret Thatcher en Reino Unido, tal y como esta aparecía en su imaginación. El indie británico de finales de los 80 y principios de los 90 nunca fue nada popular en Estados Unidos, pero como todo el mundo sabe, el hombre detrás de este proyecto, Dan Béjar, si por algo fue conocido en sus inicios, fue por su devoción y homenajes a otro británico, David Bowie.
La querencia por la idiosincrasia del pop indie de este país es muy evidente en ‘ken’. ‘In the Morning’ tiene unas guitarras muy Bernard Butler (recordemos que este disco se llama ‘ken’ porque ese era el nombre provisional de ‘The Wild Ones’ de Suede), un bajo muy New Order que vuelve reiteradas veces a sonar en este disco y unos teclados muy The Cure que también. Pero además, Morrissey, otra de las obsesiones de Bejar, aparece múltiplemente referenciado en ‘Cover from the Sun’ («Nancy takes a bow / Sheila takes Manhattan») o ‘A Light Travels Down the Catwalk’ («A thorn in my side»), mientras Johnny Marr (el de ‘Please Let Me Get What I Want’) podría tocar en ‘Saw You At The Hospital’, un título muy Smiths para una canción delicada, fotográfica y bonita, inspirada en la neumonía que Béjar contrajo en la gira de ‘Poison Season‘, y planteando los problemas mentales que esta conllevó.
Es una canción inusualmente autobiográfica para los patrones de Destroyer, porque a lo que acostumbra es a ofrecer pequeñas fotografías, frases impresionistas que dan una pequeña idea sobre la verdadera temática de la canción, que a menudo se escapa a nuestro entendimiento. Es el caso de ‘Sky’s Grey’, la estupenda composición inicial, uno de los mejores exponentes aquí de cómo el artista ha ido armonizando las cajas de ritmo y lo sintético con lo clásico y orgánico, muy a lo Prefab Sprout. Con poco más que esa referencia al cielo gris ha construido una canción, mientras el “I’ve been working on the new Oliver Twist” revela tímidamente que está escribiendo un libro. Algo parecido pasa en ese «En Berlín hace sol, en Barcelona nieva» que muestra un mundo al revés en ‘A Light Travels Down the Catwalk’. También es el caso del modo de reflejar el aislamiento en ‘Ivory Coast’ («At night I sit and watch the world go by / I’m never never gonna try for the world / Like a rolling stone, always alone»), la sensación de que algo malo está a punto de pasar de ‘La regle du jeu’ o la escasa perdurabilidad de los artistas en la música de ‘In the Morning’.
Del mismo modo que las pistas sobre la vida y los pensamientos de Destroyer estar están, pero son concisas, las canciones aparecen esta vez solo como pinceladas, esbozadas, más que solidificadas como era el caso de las del formidable ‘Kaputt’. Aquí encontramos muchas composiciones cortas, como él dice inusuales en la carrera de Destroyer, pero esto parece más un truco, una pequeña trampa para aligerar el viaje, que evidencia de que este sea un disco adictivo en su brevedad. Algunas pistas tienen buenos desarrollos en busca de buenos lemas y paisajes preciosos (el «you do as Romans do» de ‘Rome’, el «I can’t pay for this. All I’ve got is money» de ‘Sometimes in the World’, el «I was a dreamer / Watch me leave» de «Tinseltown»), pero por ejemplo ‘Cover from the Sun’ no por corta y graciosa es su mayor hit potencial, ni ‘In the Morning’ saca tanto partido de la influencia de New Order como La Bien Querida de ‘A veces ni eso’.
Hay una cosa que Destroyer ha aprendido de finales de los 80 y principios de los 90, y es que los discos han de estar bien arreglados y masterizados. En ese sentido, la escucha atenta de este álbum es una gozada: sin irnos a cuerdas y arreglos pomposos, la percusión y el punteo de ‘Sky’s Grey’, los metales en «Tinseltown», esa pandereta en estéreo en ‘Cover from the Sun’ o los teclados de ‘La regle du jeu’ son una gozada oírlos nítidamente, sin mezclar con otros instrumentos à la 2014. Es solo que como es el caso del último disco hasta ahora de Morrissey, la calidad del sonido de la grabación está por encima de la composición primigenia. No terminan de dar un puñetazo en la mesa estas canciones, para recordarnos que la discografía de Destroyer ha estado a la altura de los grupos que tanto admira y muchas veces incluso por encima.
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘Sky’s Grey’, ‘A Light Travels Down the Catwalk’, ‘Rome’, ‘Tinseltown Swimming in Blood’, ‘La Regle du Jeu’
Te gustará si te gustan: Monaco, Electronic, The Tears
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