Lo que no se entiende tanto es que, por el hecho de ser un disco comprometido, que pone el acento sobre la brecha racial que sigue creciendo en EE UU, la música tenga que ser fea. Da la sensación de que el trío ha tratado de plasmar su enfado a través de sonidos y estructuras feístas, machaconas y algo agresivas, llenas de giros bruscos, que a menudo suenan inspirados en el ska y el punk. Esto funciona en varias ocasiones, especialmente en los singles ‘Lemon’ –con Rihanna, que está tocada por una varita que hace mejor cualquier cosa que toque– y ‘1000’ –con Future– y, sobre todo, ‘Don’t Don’t Do It!
’ –que tras su inicio dulcemente soul, da un giro que desemboca en el fastuoso verso de Kendrick Lamar–. También es las más dóciles ‘Deep Down Body Thurst’ y ‘Voilá’, si bien la sensación es que se recrean demasiado con temas demasiado simples como para prolongarlos hasta los 4 minutos.Sin embargo, ese equilibrio que soporta la primera parte del disco se viene del todo abajo desde ‘ESP’ en adelante. Todo parece un simulacro, un mal chiste contado con poca gracia y alargado hasta lo irritante –los casi 8 minutos de ‘Lightning Fire Magic Prayer’ son el colmo–. Tan rematadamente feo es que N.E.R.D son capaces de arruinar la presencia de nada menos que André 3000, Ed Sheeran –que sinceramente no se entiende qué pinta aquí, aparte de puro márketing– o M.I.A. y hacerlas del todo intrascendente. Salvo esa primera mitad –y no sin algún reparo: ¿a qué viene hablar en ‘1000’ de lo rico que eres en un disco sobre clasismo y racismo?–, ni lírica ni musicalmente hay por dónde coger ’No_One Ever Really Dies’. Si alguien necesita un disco de rock experimental y político hecho por artistas afroamericanos, le recomendamos que acuda a Ho99o9 y no pierda el tiempo con este. Lo agradecerá.
Calificación: 5/10
Lo mejor: ‘Lemon’, ‘Don’t Don’t Do It’, ‘1000’
Te gustará si: eres fan fatal de Pharrell, si es que tal cosa existe
Escúchalo: Spotify