Medalla / Emblema y poder

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Medalla / Emblema y poder

Y nosotros preguntándonos si el auge de la música urbana podría acabar con el rock’n’roll… ¡Pues claro que no! No mientras veamos cómo grupos formados por gente muy joven y tan diversa como Biznaga, Cala Vento, Las Odio, La Plata, Los Bengala o Melenas publican discos sólidos y enérgicos, que contagian su ímpetu. En esa cadena de nuevo rock debe estar Medalla, un cuarteto barcelonés cuya apuesta es, posiblemente, la más ambiciosa de todas las citadas en este párrafo. Y es que este cuarteto formado por el ex-The Saurs con Marc López (The Zephyr Bones), Benoît Garcia (Rapaza) y Joan Morera (The Stagpies) no tiene el más mínimo complejo en abrazar las maneras del hard rock y el heavy metal de los 70 y 80, algo que la primera oleada indie rechazaba de plano casi de manera necesaria.

Y es que aunque su nota de prensa cita referentes próximos como King Gizzard & The Lizard Wizard o Thee Oh Sees, lo más llamativo –y lo saben– viene cuando asegura que aspiran a “ocupar un espacio imaginario que se encuentra entre Judas Priest y El Columpio Asesino”. Toma castaña. Pero es que, por peregrino que suene, lo consiguen e invitan a jugar con otra combinatoria: estrechan la distancia que hay entre Queens of The Stone Age y Triángulo de Amor Bizarro. A eso, aproximadamente, suenan las canciones de ‘Emblema y poder’, su álbum de debut producido por Sergio Pérez (Svper), a un stoner rock de riff poderoso con trazos de glam y distorsión y puros ganchos. Así lo demuestran trallazos de los de dejarse el cuello haciendo head-banging, como ‘Navaja certera’, ’Máquina de plata’, ‘Sable negro’ o ‘Fortaleza’.

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Medalla tienen cuajo y no temen, además, arriesgar dentro de esos patrones: ahí están el magnífico –sobre todo por sutil– uso de la flauta travesera que hacen en la enorme ‘Montaña cruces’, las trompetas de Josep Peris (Opatov) en ‘Fortaleza’ y ‘Murciélago’ o la cambiante estructura de ‘Deporte en vano’. También son bragados en el aspecto lírico: aunque ese “te voy a cortar el pelo con una navaja, vas a quedar más guapa que calva” sea muy early-TAB y el inesperado y sonoro “va a recibir una buena hostia que le haga despertar” de ‘Caballero triste’ tenga un puntito de Ilegales, lo que más sorprende es la imaginería medieval que emplean en muchas de las canciones, a veces empleando un castellano nada coloquial y sobre todo recuperando iconos como el castillo, corceles, caballeros y aceros, tan propia del heavy clásico. Un auténtico hallazgo, ocupando un espacio que parecía reservado a proyectos vetustos como Ñu o Medina Azahara.

Bien es cierto que en ciertas ocasiones esa valentía les hace resbalar: pese a lo efectiva que es ‘Deporte en vano’ desde el punto de vista melódico y planetero, sus ironías sobre el furor por el deporte parecen fuera de lugar y suenan demasiado naif respecto al resto de letras. Pero es apenas un leve borrón en un debut fantástico, que no deja la más mínima duda de que tienen entre manos algo muy potente entre manos. Y que queremos verlo crecer.

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Medalla actúan mañana viernes, 22 de diciembre, en la sala Sidecar de Barcelona dentro de la Xtrarradio Xmas Party, junto a La Plata y Heather.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Navaja certera’, ‘Montaña cruces’, ‘Máquina de plata’, ‘Sable negro’, ‘Cabellero triste’
Te gustará si te gustan: los primeros Triángulo de Amor Bizarro, QOTSA y te encanta sacudir la cabeza y sacar cuernos con la mano.
Escúchalo: Spotify

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