Esta semana ha sido inolvidable para los concursantes de ‘Operación Triunfo 2017’, con una firma de discos que ha supuesto su primera salida al exterior y en la que han sido conscientes de que el fenómeno fan que hay alrededor del programa es mucho mayor del que se esperaba. Y especialmente inolvidable ha sido para Raoul y Agoney: Los Javis les animaron a que su versión de ‘Manos Vacías’ reflejase abiertamente una historia de amor entre dos chicos («ya está bien de tanta heteronormatividad, esto va a ser el nuevo ‘Escondidos'», les comentaron en clase), cerrando de hecho la actuación con un beso. La expectación era alta esta semana: por un lado, después de las alabanzas al programa por su visibilidad LGBT, se esperaba que el apasionado beso del pase de micros se repitiera en la gala, pero por otro, se temía un paso atrás por presiones, e incluso algunos medios hablaron de que RTVE se estaba planteando no renovar el formato… y no por la audiencia, que crece semana a semana.
Finalmente, el beso ocurrió, suponiendo un hito para el programa -lo más cercano es esta versión de Adam Lambert en la malograda edición de 2011, aunque desde luego no se trataba de La 1 ni de su contexto político-, pero el jurado consideró que Raoul no se había metido en la canción y no había transmitido nada, y decidió nominarle junto a Cepeda. Al barcelonés esto le sentó fatal, y su actitud (al igual que la de su compañero Agoney) ha dado mucho que hablar en las redes; algunos han criticado su enfado, entre ellos la propia Noemí Galera, mientras que otros le defienden, argumentando que había estado bajo mucha presión durante la actuación por dar ese beso en público y en directo, ya fuese por temas personales o por miedo a repercusiones en su futura carrera, como desgraciadamente sigue ocurriéndole a muchos artistas (la periodista de Vanity Fair Paloma Rando alababa su valentía al respecto anoche).
Beso aparte, en la gala también destacaron la estupenda versión que hizo Amaia de la (a su vez) versión de Fiona Apple de ‘Across the Universe’, la entregada reinterpretación de ‘Lágrimas Negras’ por parte de Ana Guerra (que, como curiosidad, disgustó a Mónica Naranjo pero maravilló a Zahara) o la garra de la expulsada Mireya. Decepcionó Aitana con lo que prometía ser uno de los grandes números de la noche, el megahit de Dua Lipa ‘New Rules’.