Qué es una mixtape y en qué se diferencia de un disco es un debate recurrente entre los seguidores del hip hop. Ahora que muchos álbumes «normales» ni siquiera se editan en formato físico, como ha sido el caso del exitoso ‘The Life of Pablo’ de Kanye West, es difícil dibujar la línea que separa ambos formatos. ‘Ídolo’ de C. Tangana es otro ejemplo válido de disco que nadie considera mixtape pese a no haber conocido edición en vinilo o CD, y que no por ello ha visto mermada su relevancia y su influencia en la cultura popular. Todos sabemos que más bien al contrario. Y cuando aún pulula por el top 20 español tras haber sido número 1, cuando aún no se ha producido su presentación oficial en Madrid, la ciudad de C. Tangana (los conciertos en La Riviera son esta semana), llega al mercado una nueva «mixtape» -esta sí, así se presenta en nota de prensa- bajo el nombre de ‘Avida Dollars’ con 10 temas del artista.
Recuerda Sony en un texto seguramente ideado por Puchito, que «»Avida Dollars» nació como un insulto que la vieja guardia del surrealismo europeo acuñó para criticar el éxito de Dalí y su obra». André Bretón creó este divertido anagrama de «Salvador Dalí» para reírse de él, pero este no dudó en apropiárselo para jactarse con orgullo de su dedicación al arte y al mundo de los negocios a la vez. Esta referencia sirve a C. Tangana por supuesto para hablar de su caso. Si ‘Ídolo’ era la construcción de su personaje como «ídolo pop» tras su fichaje por Sony y su entrada en radiofórmula, a todas luces una de las mejores noticias musicales de 2017, ‘Avida Dollars’ puede interpretarse como su resaca, tratando temas como la llegada del lujo y del dinero, pero también del lado oculto de la fama, con alguna letra más nihilista y triste, en sintonía con esa portada en la que vemos al cantante solo, destrozado, quizá de resaca, quizá de empalmada, quizá noqueado, o todo a la vez.
Su discurso actual es dejar claro que no se ha vendido y sigue siendo el mismo de siempre: el dinero ni le ha cambiado ni tiene nada de malo. «El márketing también es arte» parece querernos decir, y no hay más que recordar su sonada lona en Gran Vía, ahora el desplegar de carteles con este portadón por la capital o su actual campaña en Spotify, donde aparece esta misma portada en varios colores como si de un Warhol se tratara. Atentos a su recitado al final de ‘Baile de la lluvia’: «El arte de los negocios es el paso que sigue al arte / Durante los años hippies la gente despreció la idea de los negocios / Decía «el dinero es malo», «trabajar es malo» / Pero hacer dinero es un arte, trabajar es un arte / Los buenos negocios son la mejor de las artes».
Y C. Tangana ha vuelto a crear arte para rabia de sus haters en esta mixtape breve y adictiva. Muestra de su lado arrogante pero también de su sensibilidad, ‘Llorando en la limo‘ es una de sus mejores composiciones. La única co-producción en este caso de su «hermano» Alizzz es ya otro gran éxito en las listas que, como logró «Avida Dollars», lo que hace es asumir una crítica negativa («backlash») para sacar algo bueno, en este caso un gran estribillo. El humor («Me ha cogío la depresión en un Ferrari»), el deseo y la cotidianidad («voy a tu Insta a ver qué sale / con ese culo no se vale») y el patetismo («mírame qué mono llorando en la limo») van construyendo un himno ultra contagioso, estupendo en ese cambio de acordes de «en esta vida nadie sabe» y «estoy enamorado».
Porque el amor vuelve a ser protagonista de los textos de C. Tangana. La desazón que genera la fama aparece en ‘Na de na‘, lo ostentoso en ‘Huele a nuevo’ y la avaricia en ‘Siempre quise todo’, pero cuando aparece ella, Puchito pierde el sentido y se olvida de todo lo demás como explica en cada rima del amabilísimo y luminoso R&B ‘Cuando me miras así’, del que se ha encargado Enri-K, miembro de Damed Squad. A este respecto, hay que elogiar lo bien hilvanada que está la «mixtape». En ella han colaborado una decena de productores, como Steve Lean, Royce Rolo & Danni Ble de Banana Bahía, Lost Twin, Sky (Maluma, J Balvin) o The Rudeboyz, yendo de las bases duras y agresivas del rap a los ritmos más suaves, pero las canciones fluyen de manera natural, incluso confundiéndose unas con otras, sin que te des cuenta de dónde termina una y comienza la siguiente. Se han visto muchos «bonus tracks» bastante peor integrados que ‘Siempre quise todo’ en «discos de verdad».
Así que hoy se entiende menos que nunca qué es una mixtape. ¿De verdad no había muchas «pretensiones», como dice la nota de prensa? Pues menos mal, porque aquí es verdad que caben algunas canciones más anecdóticas (‘Sangre’) y algún interludio irrelevante (‘Cabernet Sauvignon’ aburre en su una dedicatoria a co-productores y colegas), pero la primera sensación de que esto era una colección de canciones de 2 minutos inacabadas se va diluyendo para dejar que muchas de esas pistas brillen con luz propia y todas funcionen, como decía, como un todo que escuchar en bucle. Empiezas preguntándote qué es este disco solo 6 meses después de ‘Ídolo’ y terminas deseando que todo «ídolo» lance su mixtape 6 meses después de su «disco» para contar en ella cómo le ha ido… Debería ser obligatorio. ¿No tienen todos los artistas esa necesidad de expresarse?
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Llorando en la limo’, ‘Cuando me miras’, ‘Na de na’, ‘Baile de la lluvia’
Te gustará si: todavía estabas enganchado/a a ‘Ídolo’
Escúchalo: Spotify