‘Vis a Vis’ presentaba anoche en FOX su tercera temporada en medio de un pequeño hype en torno a la ficción española, en concreto por las series de A3Media que pese a su moderado éxito de audiencia han despertado cierto interés internacional. Ayer la renovación de ‘La casa de papel’ para su emisión en Netflix era noticia en el periódico musical NME (!) tras haber pasado por multitud de portales televisivos internacionales, y se ha confirmado la cuarta temporada de ‘Vis a vis’ cuando ni siquiera se había comenzado a emitir la tercera.
La serie carcelaria protagonizada por Maggie Civantos y Najwa Nimri fue una bocanada de aire fresco en la ficción española por la acción y su buen sentido del ritmo, su muestra de la perversión que puede suponer el sistema penitenciario, la falta de reinserción social, especialmente su juego con el falso documental o su buena incorporación de la trama romántica/sexy, mucho más hábil que la de ‘La casa de papel’. Sin embargo, la serie comenzaba en su segundo año a dar muestras de agotamiento, estaba muy bien cerrada ya y no, no todos los seguidores de ‘Vis a vis’ requeríamos una tercera temporada. La presentación de esta anoche dejó un sabor de boca agridulce, sobre todo por las altas expectativas que habían generado las primeras críticas.
Tras un soporífero vídeo musical de Míriam Rodríguez para esta tercera temporada de ‘Vis a vis’ con una canción llamada ‘Hay algo en mí‘ que nada tiene que ver con el carácter afilado, oscuro y violento de la serie (¿Esto es el Operación Triunfo diferente que hemos visto? Menos mal que la sintonía principal no ha cambiado), no se terminó de ver esa prometida nueva temporada que se iba a beneficiar de una duración menor y que iba a mostrar un ritmo trepidante hasta ahora inimaginado en la ficción española, que rara vez apuesta por los 40 o 50 minutos de extensión en contra de lo que mandan los cánones internacionales.
‘Vis a vis’ nos dejó la sensación de perder demasiado tiempo narrándonos el cambio a la nueva prisión para terminar contándonos un poco lo mismo de siempre: nueva carcelera terrorífica (Altagracia promete, pero es un truco que ya vimos al inicio de la segunda temporada), nueva presa indefensa (lo de la concejala corrupta ha tenido bastante gracia, pero no deja de ser Maca 2) y nuevas presas rivales para Zulema y sobre todo Maca (las presas asiáticas, de momento mudas, han dejado el mejor gag, entre Tarantino y Ang Lee). Los guionistas, además, han recurrido a un truco viejuno para dejarnos pegados a la pequeña pantalla: el cliffhanger. Tras un capítulo de ritmo dudoso y guión de bandazos con varios frentes solo esbozados (el colega de Altagracia, el enfrentamiento sin credibilidad ni tensión entre Anabel y Sole, la aparición de Castillo), en el último minuto… zasca. ¿Después de 1 hora de dudas, de verdad tendremos que volver la semana que viene? No sé, no sé… 5.