Ed Sheeran fue la persona que más discos vendió en 2017, gracias a singles como ‘Shape of You’, ‘Castle on the Hill’ y por supuesto ‘Perfect’, ese hit navideño que Sheeran dedicaba a su prometida y que relanzó mediante sendos duetos con Beyoncé y Andrea Bocelli, en uno de los ejercicios comerciales más cínicos a la par que efectivos de los últimos tiempos.
Sabedor de su fama en las bodas -no en vano ‘Thinking Out Loud’ es la canción de boda más popular, aunque ahora le ha caído un pleito de la familia Gaye por plagio, que se prepare el inglés-, Sheeran buscaba dedicar próximamente otra cosa a su prometida aparte de ‘Perfect’, en este caso una capilla propia que instalaría en el pueblo de Suffolk, donde ya hay una iglesia, y en la que planearía casarse con ella. Pero la junta de un distrito local de Suffolk no se lo va a permitir y se lo explica a Sheeran en un curioso comunicado.
“Optando por un lugar de adoración de estilo claramente Cristiano, en lugar de ser comprensivo con el carácter del paisaje, esta propuesta crea una discordante anomalía en el paisaje, en cuanto a que crearía un segundo lugar de adoración a la vista misma de la iglesia ya existente en el pueblo”, empieza el comunicado. Pero no acaba ahí. Sheeran quiere levantar una capilla nueva que, sin embargo, luzca “ruinosa, como si hubiera estado allí 1.000 años”, y la junta de Suffolk no tiene muy claro si lo que quiere es una “locura caprichosa” o un “facsímil serio”. En cualquier caso, estas ruinas falsas “parecerían un engaño y restarían valor a la autenticidad” del lugar.
Finalmente, la junta tiene un nuevo golpe para Sheeran, y describe que su propuesta “no beneficia ni al pueblo ni a sus residentes, no tiene valor histórico y, francamente, no se construye a modo de lugar de adoración privado: es un lugar para la celebración de bodas de los ricos y famosos y todos lo sabemos”.