Aunque los sellos siguen manteniendo su importancia en el sostenimiento de la industria musical, las redes sociales siguen siendo –el papel del difunto Myspace, lo han ocupado, en buena medida, Instagram e incluso Twitter– una herramienta para la difusión de artistas independientes. Es el caso de Dounia, una joven (20 años) que está logrando ocupar páginas en publicaciones como Time, Billboard, The Fader o Dazed gracias al runrún que sus canciones han ido generando y que, desde la autogestión, suman millones de escuchas en Spotify y Youtube.
Dounia nació en Queens, Nueva York, en una familia de origen marroquí. En su infancia volvió al país de sus padres mientras ellos seguían trabajando en EE UU, donde regresó para cursar estudios medios. Logró aprender inglés por sí misma devorando libros de una biblioteca pública, explica, pero los estudios no le fueron muy bien en el instituto. Lo mejor que sacó de esa época, dice, es que dedicó una canción a desprestigiar a un novio, un rapero, que la trató mal y la subió a Soundcloud. La canción corrió como la pólvora y ahora su perfil de Instagram reza «mejor que tu novio rapero». LOL. Dice Dounia que, aunque nunca recibió enseñanzas para ello, la música siempre ha estado en ella y que le resulta natural como medio de expresión.
Así, a finales de 2017 autoeditaba –distribuido, eso sí, por Empire, la compañía más potente de USA– ‘Intro To’, su primer EP en el que daba muestras de una voz y un flow muy personales, a medio camino del jadeo y la dulzura soul. Un disco con canciones como ‘East Coast Hiding’, ‘So Cool’ (que no se corta un pelo aprovechando el mismo sample sobre el que Jorja Smith construyó ‘Blue Lights’) y ‘Shyne’ como ariete que han llamado la atención que se ha convertido en un pequeño fenómeno entre el público más joven, que encuentra muy atractivos los mensajes de afirmación femenina y «body positive» de una misfit –cita a Princess Nokia como una de sus mayores fuentes de inspiración–. Aprovechando esa atención, Dounia ha publicado este año varios singles que acrecentan la atención sobre ella: primero ‘Avant Garde’, en la que destroza a las chicas blanquitas que intentan hacerla sentir mal; y esta misma semana ‘How I See It’, una canción de inicio acústico en la que ella toma la iniciativa con el chico que le gusta y le cita en el patio trasero. Nuevas muestras del innegable gancho de una artista que se está construyendo a sí misma sin manipulaciones externas, acentuando su genuinidad.