Villagers ha visitado Madrid este verano por primera vez para promocionar su disco, el excelente ‘The Art of Pretending to Swim’. Una vez con el disco en la calle, compartimos la conversación, en la que Conor O’Brien, el clarísimo líder del proyecto, habla sobre las letras y la producción no solo folk del disco, las alocadas grabaciones descartadas en el álbum y también música pop. O’Brien nos habla de tecnología o Spice Girls, y también sobre la escena alternativa y gay de Dublín o la muerte de Dolores O’Riordan. El artista actuará el 18 de noviembre en Bilbao (Kafe Antzokia), el 19 de noviembre en Madrid (Changó Live) y el 20 de noviembre en Barcelona (Razzmatazz 2). Foto: Rich Gilligan.
Has venido a Madrid exclusivamente para presentar el disco, no para tocar en este caso. Es como un «promo tour» a la antigua usanza, como el de los grandes.
Nunca había hecho una gira en España como la que voy a hacer, tenía 3 días libres, me dijo mi mánager que si quería venir de promoción y dije que sí. Solo había ido a Barcelona y a un festival de Bilbao. Nunca había venido a Madrid, es muy emocionante. Con la agencia hablé de ir a tocar a sitios donde no había ido.
Me da la sensación como de que tú y/o tu sello pensáis que es tu disco más importante…
Quizá. No sé, no puedo elegir, no puedo controlar lo que me pasa, así que cada disco no es como una elección para mí. No puedo juzgarlo porque cada disco es algo que no puedo controlar. Lo único que puedo controlar es el tiempo que paso trabajando en la música, pero aparte de eso, la dirección de la música sigue su propio camino.
¿Cuánto tiempo te ha llevado este disco?
Empecé como hace 2 años a escribir. Había más sonidos, pero decidí quitar la parte más loca de este disco y va a salir aparte. Hubo una conversación entre el sello y yo y de manera extraña estuve de acuerdo en que había que hacerlo así. Hay una canción llamada ‘This Is The Art of Pretending to Swim’, es la que da título al disco y no está en el disco. Saldrá aparte. Tiene sintetizadores pum-pum-pum, batería, un sample de un hombre de los 60 que habla y llora por algo que le da el gobierno americano. Estuvo en el disco, pero al jefe de Domino le pareció demasiado loca. Pero fue parte de él durante un tiempo.
Cuando dices «pum-pum-pum», ¿te refieres a que es tecno?
No, no es tecno, tiene batería como de heavy y mis voces están «pitcheadas».
«A los 30 vuelves a buscar algo de espiritualidad, porque es lo que te han enseñado. Coges un poco de budismo, de hinduismo, de esto, de lo otro, y lo unes. En Irlanda hay una espiritualidad creciente»
La religión es un tema en este disco, ¿verdad?
No diría que la religión organizada es un tema enorme en el álbum, sino más bien la idea de Dios. Para mí decir que he encontrado un lugar para Dios en mi corazón es como liberarme, porque tomo la palabra Dios y la hago mía. Consigo hacerla mía pese a la educación que he recibido. Dios puede ser solo una palabra para lo que quieras: para mandar a la mierda cosas o para ser amado, o para sentir orgullo, para cualquier cosa.
En ‘A Trick of The Light’ pareces reírte de ver una señal divina, cuando lo que puedes estar viendo es algo totalmente random.
Lo puedes interpretar así, pero la hice pensando algo así como “si algo me hace bien, me sirve, nadie me va a quitar eso». Si es un efecto luminoso, si solo es una ilusión, si esa ilusión te consigue dar fuerza, ¿qué más da? Si así te sientes mejor con tu entorno, más abierto, más conectado con los demás… Tu espiritualidad puede venir de donde pueda.
España ha sido un país muy católico, en el que la religión últimamente no parece tan importante. ¿Lo es en Irlanda?
Yo creo que es igual. En los últimos 15 años o 20, la gente ha dejado de ir a la iglesia o de rezar. Antes ibas a misa pero en las noticias salían noticias de abusos. Crecí pensando «¿qué es esto de la iglesia? Es raro, se les ha ido por completo». Pero yo rezaba cada noche, nombrando a todo el mundo que conocía para que estuvieran bien. Estaba obsesionado. De adolescente pasas, con 20 te concentras en tu vida y a los 30, ahora, vuelves a buscar algo de espiritualidad, quizá por lo adictos que somos a los móviles. Coges un poco de budismo, de hinduismo, de esto, de lo otro, y lo unes. En Irlanda hay una espiritualidad creciente. La tecnología nos ha tomado por completo. En 2 años no he leído un libro porque estaba obsesionado con mirar el móvil.
«La tecnología nos ha tomado por completo. Pasé 2 años sin leer un libro porque estaba obsesionado con mirar el móvil»
¿Y qué miras tanto?
El mail, Twitter, Instagram, Facebook. Para mis sobrinos es lo normal. A principios de año cogí unas vacaciones. Empecé a leer, reenfoqué mi vida, me leí como 4 libros cada 2 semanas y lo disfruté mucho. Sentía que mi cerebro volvía. La tecnología es bonita, pero nos jode también. Todo el mundo está publicando cosas todo el rato.
La canción de ‘Ada’ reivindica a una mujer muy creativa de hace 200 años, Ada Lovelace, la que se considera la primera programadora informática. ¿Te interesaba más reivindicar a una pionera por el lado feminista o realmente te interesan los algoritmos y las matemáticas?
Las dos cosas. Me interesa el primer algoritmo porque gracias a él tenemos ordenadores, máquinas con las que estamos todo el rato. Lo que hizo fue extremadamente hermoso para la conexión humana, pero a su vez terrorífico. La uso como metáfora. El tema no es solo la tecnología sino también un prisma más espiritual. Decir que «me siento como un sirviente de Ada» es como la liberación de estar controlado por el algoritmo. Somos solo un poquito más libres al darnos cuenta de lo pequeños que somos, y de esa conciencia, eres libre para empezar a experimentar de nuevo.
¿Dónde escuchaste hablar de ella por primera vez?
Leí sobre ella y la vi en un cómic que salió con su historia. La buscaba en Google todo el rato, como a Charles Babbage y su máquina analítica. Me documenté mucho sobre el inicio de los ordenadores, me parece muy guay.
He leído que John Grant y otra mucha gente de la música canta en la versión extendida de ‘Ada’, ¿alguien que te dijera que no o no se pudiera pasar?
Unos pocos…. (risas) no sé si lo quiero decir. Stuart Staples de los Tindersticks me dijo que estaba muy ocupado, y luego he visto que sí porque ha sacado disco. Me encanta su voz. Nico Muhly también estaba ocupado. Pregunté a demasiada gente (risas). No sé si has escuchado la versión larga de la canción, pero cuando el disco acaba en «fade out», aparecen como 8 minutos más de música con músicos, amigos míos… introduciendo sus respuestas a la canción: poesía, trozos de canción, texturas… Si te pones los cascos verás que hay muchas cosas distintas, y es como un viaje. Y acaba con la letra del inicio del disco.
En ‘Love Came With All That Brings’ oigo ecos de Moby, aunque no sé si será un referente para ti…
No mucho, crecí cuando aquel disco (NdE: ‘Play’) era tan masivo, pero en ese momento yo estaba más con Nirvana (risas).
Sí he leído que te encanta Floating Points.
Sí, lo vi en el Primavera. Muy «groovy».
¿Qué ha sido entonces lo que ha inspirado esta canción?
Creo que yo recordando descubrir a Portishead, Tricky y Massive Attack a finales de los 90, y la parte más espiritual del jazz tipo Alice Coltrane, también Al Green… El sample que hay es de un grupo de góspel llamado Dixie Hummingbirds, llegué a esa canción a través de otra canción, y eso plantea preguntas existenciales.
En ‘Hold Me Down’ hay trazos de una banda sonora, ¿es algo que te gustaría explorar?
Me encantaría, es la razón por la que me metí a hacer música. Me encantaría seguir por ahí. Me gustan los collages sonoros, grabar cosas como el tráfico, hacer una historia, también trabajar más en sintetizadores, música que potencie la imaginación.
Lo que oímos en ‘Again’, ¿es tu voz? Parece una canción muy divertida de grabar…
Sí, con el pitch modificado. Sí, fue muy divertida de grabar.
La radio es rara en Reino Unido. No han querido pinchar ‘Fool’ porque contiene la palabra «dopamina»
Me parece como el single claro, me parece súper pegadiza y me encanta cómo se desarrolla.
Al principio dijeron que sí, que fuera, pero pensaron que no sonaría mucho en la radio. La radio es rara en Reino Unido, de todas formas, dijeron que pincharían el primer single, pero no el segundo (‘Fool’) porque contiene la palabra «dopamina». Lo cual es bastante raro porque no es una palabrota, es una cosa que se produce en tu cuerpo.
¿Te refieres a Radio 1?
A Radio 2, dijeron que no querían que sonara a causa de esa palabra. Y mencionar a Dios es peligroso para la radio. Es un poco raro.
Me encanta cómo suena el «there’s an ocean in my body, there’s a river in my soul» del primer single. ¿Has hecho ahí algún tipo de homenaje a la americana, al folk…? Me suena como a una letra sacada de un clásico de góspel.
Puede ser, pero no en esa canción. Supongo que en el pasado he oído cosas así. Veo lo que quieres decir, aunque no me viene a la mente ninguna canción en concreto a la que me refiera. Qué interesante.
He ido a natación este verano, y me he dado cuenta de toda la gente que no sabe nadar a mi alrededor. No sé si te ha pasado algo parecido y por eso el disco se llama «El arte de fingir nadar».
(risas) Es más metafórico. Aunque lo gracioso es que empecé a nadar hace poco, me mudé de apartamento y me apunté a una piscina cerca hace poco. Así que igual está en mi cabeza (risas).
«No me gusta mucho Taylor Swift. Creo que es aburrida»
También está en ‘Fool’ la frase «one day I will precede my reputation». No sé si has querido hacer un guiño a Taylor Swift o ya lo tenías escrito de antes.
¿Cuál es la de Taylor Swift?
Todo su último disco gira en torno a esa idea y se llama ‘reputation’.
Es una expresión muy común (risas).
No te gusta la música pop.
Sí, pero ella no mucho.
¿Y eso?
Creo que es aburrida.
«He tenido que aprenderme las canciones de las Spice Girls para una boda, y me he dado cuenta de que estaban muy bien hechas»
¿Qué tipo de música pop?
Me gustaban las Spice Girls. Hace poco he tenido que hacer una boda y tuve que aprenderme las canciones de las Spice Girls, me he dado cuenta de que estaban muy bien hechas.
¿Has tocado las canciones de las Spice Girls en una boda?
La novia decía las canciones y yo tenía que cantar el estribillo.
¿Y esto está en Youtube?
¡¡NO!! (risas, tararea ‘Stop’) Esa canción es increíble.
¿Cómo ha evolucionado Dublín en los últimos años, en la escena alternativa y gay? No voy desde 2006 y me he quedado en el George…
(se parte) George es el sitio más antiguo, muchas veces ha sido el único sitio gay al que ir. Ahora hay más. Está el Panti Bar, no sé si conoces a Panti, la drag queen que lo lleva. También hay muchos sitios que son como mixtos. Dublín ha cambiado mucho, ya no hay tanto estigma. Si hubiera nacido 10 años después, habría sido muy diferente.
¿Y qué hay de la escena alternativa? Yo me la imaginaba un poco Glasgow, pero era como buscar una aguja en un pajar…
Club indie como tal… ¿Has estado en Whelan’s? Es el sitio al que la gente suele ir. Tiene capacidad para 450 personas, y los grupos van ahí y queda abierto hasta que se va la gente. Hay muchos sitios alrededor pero no son como clubs, son más bien como pubs.
¿Sales mucho? Por el tipo de música que haces no parece mucho…
(risas) Esto es lo más divertido de la entrevista. ¡Creo que puedes tener razón!
Oye, la nota de prensa dice que tu disco es bailable. Y creo que puede serlo a veces.
(risas) No es exactamente. No lo he escrito yo, fue otra persona… No salgo mucho, pero si salgo me vuelvo loco, tengo que parar, bebo como un alcohólico.
En serio, ¿crees que se puede bailar con este disco?
Sí… creo que sí, cada canción tiene un tempo diferente.
Aunque también me esperaba otra cosa cuando leí que ‘Real Go-Getter’ era «Villagers en modo pista de baile en éxtasis».
Sí, la verdad es que pensé lo mismo cuando vi eso. Quería hacer algo que fuera divertido de tocar, que la gente se moviera un poco y no se enfocara tanto hacia las letras de lo que yo tenía que decir. Me aburrí un poco de eso, de toda la parte excesivamente analítica, y quería hacer algo que fuera un poco más feliz, aunque también hay algo oscuro. Al final hay una mezcla de cosas.
¿La palabra «go-getter» («ambicioso») tiene algún tipo de connotación negativa para ti? ¿Como algo agresivo?
¿Como en el mundo de los negocios? No iba por ahí… Es una canción sobre la depresión, que retrata una especie de pacto interno de la persona. Es alguien diciendo: «Puedo hacer esto, puedo vivir feliz», pero sonando como si solo se lo creyera a medias. Por eso la voz tiene que ser emocionalmente neutra. Es una persona en el proceso de vivir, queriendo salir de un agujero negro.
«No puedo explicarlo si no has crecido en Irlanda, pero la voz y la presencia de Dolores O’Riordan era… Yo también lo sentí cuando murió. Es una parte de la historia nuestro país»
Según te oigo y hablando de Irlanda, no he podido evitar acordarme de la muerte de Dolores O’Riordan, me ha sorprendido mucho la reacción a su muerte en Irlanda. No fue precisamente el país en el que más triunfaron Cranberries. No pensé que fuera una persona tan querida.
Creo que mucho de lo que ha pasado es que mucha gente ha conectado grandes partes de su vida con un período concreto de la existencia de Cranberries. Igual en la última etapa no eran tan populares como los dos primeros discos, pero… No puedo explicarlo si no has crecido en Irlanda, pero su voz y su presencia era… (suspira) Yo también lo sentí cuando murió. Es una parte de la historia nuestro país. Tenía una fuerza en su voz… Recuerdo verla en MTV cantando ‘Zombie’ y pensar: «¿qué ha hecho con su voz?». Está cantando una canción sobre los problemas en Irlanda. Fue muy fuerte que una canción de un grupo de pop hablara de eso. Estaban por supuesto U2, pero había algo en ella realmente mágico, y por eso mucha gente se emocionó.
Finalmente, ¿realmente te gusta ver un directo random de Villagers tan alto en Spotify, el de ‘Nothing Arrived’?
¡Ya! No sé cómo ha sido…
Seguro que está en una playlist.
No sé, es la culpa de Ada (risas). Solo digo: «si más gente escucha mi música, yo estoy contento».