Macy Gray ha conseguido sustentar una carrera admirable tras el éxito mundial de su maravilloso primer single, ‘I Try’, hace más de 15 años. Lejos de quedarse en el “one-hit-wonder”, la cantante de Ohio ha seguido publicado álbumes que a su vez han seguido generando cierto interés, algunos de ellos tan buenos (y recientes) como ‘The Way’, de 2014; ha logrado un mini hit en streaming de ese mismo disco, ‘First Time’ (una de sus canciones más bonitas) y ha continuado dando conciertos por todo el mundo sin parar, aparecido en películas y colaborado con diversos artistas de relevancia como Justin Timberlake, Ariana Grande o Meghan Trainor. Esta última co-escribe ‘Sugar Daddy’, el sencillo principal de ‘Ruby’, el nuevo álbum de Gray, que no es la fusión de doo-wop y trap más sofisticada que se nos pueda ocurrir, pero sí una canción bastante mona cuya letra conserva el humor bobo que siempre ha caracterizado a la cantante que cantó una canción llamada “he cometido un asesinato”.
Ha declarado Gray que su intención con ‘Ruby’ ha sido hacer un disco pegadizo que guste a todo el mundo y se nota. ‘Sugar Daddy’ bebe claramente del pop adolescente de los 50 y 60, pero ‘Tell Me’ es abiertamente burlesque, ‘Over You’ tiene un punto muy beatlesco, ‘But He Loves’ representa el baldón dramático de rigor y ‘Witness’ es góspel. Muchas de estas canciones se mezclan con ritmos contemporáneos de hip-hop (‘Cold World’) o dance (‘White Man’), con mejores (‘Jealousy’) y peores (‘When it Ends’) resultados. La mejor de todas es ‘Buddha’, que aúna pop-rock y gospel al servicio de una melodía conmovedora con la que Gray expresa un mensaje de esperanza: “el futuro está en el aire, el pasado está en el suelo”. No hay clásicos ni nada que se le parezca, pero sí una autora cómoda en diversos estilos y con ganas de renovarse, aunque sea un poco.
Pese a las intenciones de ‘Ruby’, no puede pasarse por alto el carácter personal y profundamente introspectivo de estas nuevas canciones. En ‘Over You’, Gray celebra que ha superado sus problemas con la bebida, pero en ‘But He Loves Me’ interpreta a una víctima de violencia doméstica -que podría o no ser ella misma- y en varias ocasiones escuchamos a la cantante arrodillada ante Dios o Jesucristo con la intención de que sus “sueños se hagan realidad” (‘Buddha’), lo que incluye, en ‘Just Like Jenny’, visitar un “mundo maravilloso en el que me pueda colocar cada día, y donde pueda plantar un árbol del dinero”. En ‘Witness’, afectada por la decadencia del mundo, incluso desafía a Jesús: “sálvanos como prometiste / no es por nada, pero yo lo haría si fuera tú”.
Desde siempre, esto es, desde ‘I Try’, esa canción en la que Gray lamentaba el fin de una historia de amor, dejando para la posteridad un estribillo apasionante que llenaba el alma, el sufrimiento, y no otra cosa, ha producido el humor que impregna las canciones de Gray. “¿Cómo es que me siento tan sola, si todo el mundo conoce mi nombre?”, canta Gray en ‘Shinanigins’, pero cuando llega el estribillo es todo alegría. Ese contraste define a Gray tanto como su voz y ‘Ruby’ vuelve a ser un disco de canciones dolidas pero esperanzadas ante todo. No es su mejor disco, pero es otro disco personal, variado y a menudo emocionante de Macy Gray.
Calificación: 5,8/10
Lo mejor: ‘Buddha’, ‘Over You’, ‘Sugar Daddy’, ‘Jealousy’, ‘Shinanigins’
Te gustará si te gusta: John Legend y Alicia Keys pero también Ariana Grande y Meghan Trainor
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