Este domingo El Mundo ha publicado una entrevista exclusiva con Thom Yorke. Realizada por Pablo Gil en Londres, el encuentro estaba destinado a la promoción de ‘Suspiria’, su nuevo disco en solitario que es, a la vez, la banda sonora para el remake de la película de terror de mismo título de inminente publicación/estreno –el álbum ve la luz este próximo viernes, 26 de octubre, mientras que para la película habrá que esperar al 7 de diciembre–.
El periodista musical retrata a Yorke como un tipo parlanchín y hasta divertido, en contra de la imagen de tipo esquivo y taciturno que se suele proyectar de él. Respecto a este nuevo disco, explica que ha sido todo un reto puesto que es la primera vez que escribe una obra completa por encargo –en este caso, del director Luca Guadagnino, autor de la ya célebre ‘Call Me By Your Name’– aunque a la vez le sirvió para probar su nuevo estudio doméstico y sus instrumentos y aparatos de los años 70, perfectos para un film ambientado en el Berlín de 1977. ”Aceptar el encargo era en parte una forma de darme permiso a mí mismo de hacer lo que me saliera de los cojones en el estudio que me había construido en casa”, dice.
También habla de su estilo de trabajo caótico e intuitivo, contando que vive en un estado permanente de canciones a medio terminar, llevándole años rematarlas, aunque no está especialmente preocupado por ello. «Si tuviera un método para hacerlas tendría un problema”, dice, a la vez que se confiesa un músico “muy vago”: “No soy estricto conmigo mismo, no me controlo, dejo un monumental lío a mi paso, me pongo a trabajar con un programa de ritmos antes de saber cómo funciona, y tampoco sé leer música. Voy dando vueltas y luego tengo que encontrar el modo de darle sentido. Por eso necesitas a alguien que te dé una respuesta”, dice tras reconocer que necesitó de la ayuda de un productor para remachar ‘Suspiria’ –se trata de Sam Petts-Davies, colaborador de Frank Ocean, los propios Radiohead… y ¡Roger Waters!
La conversación con Gil deriva en temas políticos al citar ‘Has Ended’, una de las canciones del disco en las que toca la batería su hijo adolescente Noah, en cuya letra habla de “los fascistas y de su rey marioneta”. “Obviamente, ahí soy yo cantado sobre el mundo de hoy”. Asegurando que le encanta “demasiado” hablar de política, revela su asombro por la inacción de los jóvenes ante situaciones como el Brexit: “En mi país, por ejemplo, tenemos esta cosa llamada Brexit. Y tenemos un Gobierno que no tiene ni idea de cómo manejarlo y cada día asistimos a ese espectáculo terrible. Y la gente no hace nada”. Ante la pregunta de si la música puede provocar una reacción en la gente responde sarcásticamente “sí, cuando escucha a Kanye West”, posiblemente señalando la reciente reunión de este con Trump. Por último, revela que no puede esquivar sus opiniones políticas hasta el punto de que, cuestionado por sus planes para 2019, cuenta que está terminando un nuevo disco en solitario junto a Nigel Godrich, “muy electrónico, pero muy distinto a lo que he hecho hasta ahora”. «No tenía el deseo de hacer música muy política, pero todo lo que hago tiende hacia ello de todos modos”, dice.