Confeti de Odio / Llorar de fiesta

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Confeti de Odio / Llorar de fiesta

«Llorar de fiesta» es un concepto muy vinculable a la historia de la música pop. Lo sabe Robyn, lo saben Saint Etienne y lo sabían Ultravox cuando decidieron abrir un disco con un tema llamado ‘Dancing with Tears in My Eyes’. El EP de cinco canciones de Confeti de Odio no se parece a nada de esto, y mucho menos a Roosevelt, pero se aferra también a una idea de la que nos hablaba el productor alemán: «Me gusta buscar un equilibrio entre lo melancólico, embriagador y triste con algo uptempo y rápido (…) Incluso en la pista de baile, las canciones que se te quedan tienen una melodía o letra que no es superfeliz, sino las que tienen una carga profunda, un significado, un doble significado o lo que sea».

El proyecto de Lucas de Laiglesia, hasta ahora conocido por su participación en Axolotes Mexicanos, se debate igualmente entre la tristeza del mayor de los patetismos y el humor más revitalizante. Para que nos entendamos, escuchar estas 5 canciones que hablan de soledad, penas y miserias supone pasar un muy buen rato, como si estuvieras «de fiesta», por varias razones. En primer lugar porque en un par de ocasiones hasta pueden bailarse aunque sea como una canción de jangle o de punk pop; en segundo porque sus textos son reflejo de un victimismo autoparódico en la línea del mejor Morrissey («sonreír me cuesta y hablar no me interesa, y tampoco que me vean como un chico raro y misterioso»); y en tercero porque pese a su evidente conexión con la generación millennial, están dotadas de una universalidad en la que pueden verse reflejadas diferentes generaciones.

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Es normal vincular a Confeti de Odio con proyectos afines como Putochinomaricón por su retrato ácido de la adicción a internet y la modernidad mutante hasta el absurdo. ‘Pocos likes’ es una canción que podría haber escrito Chenta Tsai perfectamente: «En Twitter, soy Paulo Coelho. En Facebook, soy de Podemos. En Instagram, soy Justin Bieber. Pero mis likes son invisibles». Y ‘Tu puta barba’ se define muy acertadamente como «el ‘Sufre Mamón’ de la nueva generación pop». Pero lo bueno es que Lucas se incluye en el pack de los obsesionados consigo mismos abriendo el EP con ‘Para mí’, reflexionando sobre el excesivo ego de la generación de las redes sociales, pero sin dejarse amedrentar por el entorno (‘Tu puta barba’, el final de ‘Quiero ser la muerte’). A un tiempo crítica, drama y desafío.

Musicalmente, el EP se mueve entre diferentes estilos. La voz y el tipo de letras dan una clarísima unidad al conjunto, aunque estaría bien que, como ha pasado con Nos Miran, el punk pop de ‘Tu puta barba’ quede como anécdota de unos inicios: el punto cincuentero de ‘Pocos Likes’, los arreglos naíf de algo llamado ‘Quiero ser la muerte’ y sobre todo la estructura in crescendo, «carente de estribillo», de la genial ‘Hoy será un día horrible’, un himno desde que la canción se aferra a la confesión «yo soy una pose», son muchísimo más interesantes.

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Confeti de Odio telonea a Cariño este sábado y domingo en el Café La Palma de Madrid. Las entradas están agotadas desde hace semanas.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Hoy será un día horrible’, ‘Pocos likes’, ‘Para mí’
Te gustará si te gusta: Morrissey, Putochinomaricón, L-kan
Escúchalo: Spotify

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