““Why you always rap about being gay?” / cause not enough niggas rap and be gay / where I come from niggas get called faggot and killed” decía Kevin Abstract en ‘JUNKY’, poco después de haber reflexionado “is it homophobic to only hook up with straight niggas? / you know like closet niggas masc-type / why don’t you take that mask off / that’s the thought I had last night”, en lo que podría ser una referencia a ‘The Mask You Live In’ y al concepto de masculinidad. Hay muchos aspectos por los que BROCKHAMPTON no es una boyband cualquiera, por los que muchos medios no les califican como tal pensando que para ellos es una etiqueta despectiva… y nada más lejos de la realidad: “¡Somos una boyband y punto! La gente no para de añadirle cosas como “autoproclamada”, “boyband de Internet”, y es mentira, me están robando. Déjame ser Zayn, qué cojones. ¿Por qué no puedo ser Justin? ¿Porque tengo pelo “nappy” y una nariz grande?” zanja al respecto la cara más conocida del colecti… perdón, de la boyband: Kevin Abstract.
Y es que, aunque no hay un líder del grupo, Abstract, que también ha sacado proyectos en solitario (recomendable ‘American Boyfriend: A Suburban Love Story’), es probablemente su rostro más visible, y uno de los que más insiste en que sí son una boyband, y que no hay nada de malo en ello. Pero, como decíamos, hay muchos aspectos por los que el grupo no es una boyband cualquiera, desde su sonido a su aspecto, pasando por los componentes (¡14!) o su espíritu de trabajo anticorporativista… y, sobre todo, por sus letras. Porque no es que haya muchas boybands rapeando sobre salud mental, drogadicción (que no consumo de drogas), abusos sexuales, racismo, clases sociales, crímenes de odio y reflexiones sobre tu sexualidad y tu propia homofobia interiorizada.
Kevin Abstract, Merlyn Wood, Dom McLennon y Matt Champion como vocalistas, JOBA y Bearface como vocalistas/productores, Romil Hemnani, Jabari Manwwa y Kiko Merley como productores, HK Sileshi como diseñador gráfico, Ashlan Grey como fotógrafo, Roberto Ontenient como diseñador web (y como atracador de bancos), y Jon Nunes y Brian Washington como managers. Todos ellos son la boyband, que en su mayoría se conoció por un foro de fans de Kanye West (aún existe el hilo) ninguno de ellos supera los 25 años y hace solo dos que lanzaron su primera mixtape (‘All American Trash’), todo hecho como un proyecto entre amigos. Ellos graban en su casa y suenan internationally: hace dos años de la mixtape, pero solo de su primer álbum, que tratándose de un debut imaginaríamos sencillito, pero no… su “primer” álbum son en realidad tres, la trilogía ‘SATURATION’, lanzada a lo largo del año pasado.
Y ni un año después de la última entrega llega este ‘iridiscence’, que supone su ¡cuarto! largo, el primero con una gran discográfica (RCA), y que ha sido grabado, además de en su propia casa, en otro estudio también muy discreto: los Abbey Road Studios. Repetimos, ‘All American Trash’ es solo del 2016. Es evidente que aquí está pasando algo, la cosa es ¿realmente es para tanto o son solo un fenómeno pasajero? Tanto la mixtape como la trilogía ‘Saturation’ hablan a favor de la primera opción, y este ‘irididescence’ (que supone el inicio de otra trilogía, ‘The Best Years Of Our Lives’) no es una excepción. Desde su penetrante inicio con ‘NEW ORLEANS’ hasta el final groovy de ‘FABRIC’, el álbum es otra muestra de cómo las distintas personalidades e influencias de los miembros del grupo se fusionan y retroalimentan para, junto con movimientos bastante valientes por su parte, dar como resultado un trabajo con el que no puedes sino alegrarte de su tremendo éxito (conseguía el nº1 de Billboard en su semana de salida).
Algunas de las influencias que citan los chicos se identifican fácilmente (Frank Ocean, Childish Gambino, Kanye, Timberlake) y otras extrañan un poco más pero se pueden encontrar: el amor de Kevin Abstract por Pink Floyd y, especialmente, por el ‘Kid A’ de Radiohead aparecen en ‘SOMETHING ABOUT HIM’, que trata precisamente el amor de Abstract por su novio Jaden Walker. Líricamente el tema no tiene mucha complejidad, pero su simplicidad es encantadora, y recuerda también a algunas canciones de ese ‘Dead Petz’ que Miley hizo con The Flaming Lips. Uno de los puntos fuertes de ‘iridescence’ es precisamente su heterogeneidad, cómo se puede pasar de ese delicado tema al bruto ‘WHERE THE CASH AT’, donde Merlyn toma todo el protagonismo, de ahí al toque drum n bass en la fantástica ‘WEIGHT’, donde cada miembro da lo mejor de sí mismo para hablar de los efectos de la fama, de ahí al estilazo que derrochan en la agresiva ‘J’OUVERT’, de ahí a la traca final con ‘SAN MARCOS’, que nos recuerda a ratos al Yung Beef más melódico, o ‘TONYA’, donde colabora serpentwithfeet.
La salida del grupo de Ameer Vann tras acusaciones de abuso les ha podido afectar a nivel personal, pero desde luego no a nivel musical: este trabajo es una muestra de la envidiable salud de una boyband para la que el nombre no es nada despectivo. No en vano, ‘SAN MARCOS’, que por letras es de las que más podría ser de una boyband “tradicional”, es uno de los mejores temas del disco. Ellos desde luego viven su amistad como cualquier otra boyband, como muestra este mensaje de JOBA, incluso podría decirse que los crees más: ese buen rollo y bromance que en otras bandas manufacturadas parece forzado aquí lo ves real. Hay muchos detalles que se pueden ir desgranando; y es que, haciendo un juego con el nombre del álbum, podemos decir que BROCKHAMPTON parecen tener “colores” distintos según el ángulo desde el que los mires. Y, de hecho, cada vez que vuelves a “mirar” una de sus canciones, sus letras, los matices de sus bases o de la producción, descubres algo en lo que no te habías fijado. La banda y sus trabajos suponen una muy recomendable entropía de colores, y lo mejor es que esto solo acaba de empezar.
Calificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘J’OUVERT’, ‘WEIGHT’, ‘SAN MARCOS’, ‘TONYA’, ‘DISTRICT’
Te gustará si te gusta: meter en una batidora a serpentwithfeet, One Direction, el ‘DAMN.’ de Kendrick Lamar, Childish Gambino, Yung Beef, el Dead Petz de Miley, Mykki Blanco, Princess Nokia y Frank Ocean. Y estar dispuesto a probar el zumo que salga de ahí.
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