Venir de Nueva Zelanda y trabajar en sus dos primeros álbumes codo con codo con el productor Joel Little, sin duda, no les hizo ningún favor. Antes de sentarse en el estudio con los hermanos Nott, Little se encargó de la producción del ‘Pure Heroine’ de Lorde. Y ya se sabe cómo funciona la industria musical: ante el éxito de ‘Royals’ Capitol, a la desesperada, quería a toda costa una nueva Lorde en el mercado. Aquello nunca pasó con su debut ‘Evergreen’, y mucho menos después con el algo más discutible ‘Conscious’. Ante los flojos resultados Capitol les mandó de patitas a la calle y el dúo, como tantísimo otros, pasó por una etapa en la que no sabía muy bien qué hacer para reconducir su carrera. Así es cómo llegamos a esta tercera entrega de Broods que edita el sello independiente Neon Gold y que recibe por título ‘Don’t Feed the Pop Monster’.
¿Van a hacerse famosísimos con este nuevo disco? Pues va a ser que no, para qué engañarse. Aunque eso sí, estamos ante un LP de lo más sólido que, a diferencia de los previos, es mucho más luminoso sonoramente e, incluso, orgánicamente atrevido, puesto que en estas doce canciones no hay solamente synth pop. Ahí está el que para quien esto escribe es, junto a ese caramelo tan dulce llamado ‘Peach’, el mejor tema del lote: ‘Dust’, una pieza que mama de Fleetwood Mac y que hace rememorar el giro que los suecos Nike & The Dove, al igual que ellos, hicieron en ‘Everybody’s Heart Is Broken Now’ abandonando los sintetizadores y las cajas de ritmos por algo más humano. La presencia de guitarras eléctricas destaca, asimismo, en la dosmilera ‘Old Dog’ (que tanto podría ser de Garbage o Roxette como haber aparecido en el ‘Sucker’ de Charli XCX). Firmo ya donde haga falta para que en el futuro tiren por estos derroteros.
Sus problemas con Capitol quedan plasmados en la inmediata y muy bailable ‘Hospitalized’. Y, aunque haya algún momento correcto sin más como ‘Every Time You Go’ (a la que le falta un poco de fuerza) o la bonita ‘Falling Apart’, la única canción que realmente me sobraría es ‘Too Proud’. Se agradece que Caleb quiera probar suerte ante el micro, pero su voz me parece impostadísima y no me acaba de encajar como la de su hermana Georgia, quien está más que notable en ‘Why Do You Believe Me?’ o en ese canto a la vida que es ‘Everything Goes (Wow)’. Veamos qué ocurre con ellos en un plano comercial y mediático, pero lo cierto es que pueden estar muy orgullosos de lo que han hecho en ‘Don’t Feed the Pop Monster’. Les ha sentado muy bien no tener que rendir cuentas a Capitol.
Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘Peach’, ‘Dust’, ‘Hospitalized’
Te gustará si te gusta: Chvrches, Niki and the Dove y sus dos primeros álbumes
Escúchalo: Spotify