The Japanese House ha ido evolucionando desde sus primeros singles de 2015 hasta convertirse en una de las artistas más prometedoras del pop alternativo británico, pues además se codea desde hace un tiempo con sus compañeros de sello The 1975 (a los que ha teloneado) hasta el punto que George Daniel ha co-producido su debut, ‘Good at Falling’, y Matt Healy -el carismático líder del grupo- aparece en una de sus pistas, en concreto en la emotiva ‘f a r a w a y’, donde puede escuchársele claramente haciendo coros.
La canción no presenta la transición entre estrofas y estribillo más conseguida que se ha oído, pero es uno de los momentos álgidos de un álbum que suena tan bonito como el paisaje retratado en su portada, al tiempo que esconde unas letras llenas de depresión, ansiedad e incertidumbres, resultado de la ruptura de Amber Main (la chica de 23 años tras el proyecto) con la también cantautora Marika Hackman, cuyo nombre aparece explícitamente mencionado en una de las canciones del disco.
Prueba de que The Japanese House no ha hecho más que crecer con el paso del tiempo es que la que un día fue su mejor canción, ‘saw you in a dream’, publicada en 2017, cierra ‘Good at Falling’ en una versión nueva, más acústica. La desnudez de la grabación realza su preciosa melodía y si algo demuestra Main en su disco es que va sobrada de ellas, tanto si las presenta bañadas en vocoder, como es el caso de la emocionante balada ‘Lilo’, en la que Main recuerda los primeros momentos de su relación con Marika; como cuando rebaja la presencia de este instrumento en unas canciones que suenan más cerca del pop de radiofórmula, como es el caso de la apasionada ‘Maybe You’re the Reason’ y ‘You Seemed so Happy’, dos canciones que pese a su inmediatez y elemento POP en mayúsculas hablan de la depresión, con Main o “sintiendo el peso del mundo” o declarando, irónicamente, que la “apatía es un sentimiento divertido”.
Si algo caracteriza el sonido de The Japanese House es su fijación por la balada synth-pop de los 80 -‘We Talk All the Time’, ‘Worms’- pero también por el vocoder de Bon Iver -Main ha grabado parte del disco en el estudio Fall Creek de Justin Vernon, situado en una cabaña- y las voces distorsionadas de James Blake, además de por unas melodías que a menudo obligan a la mención de rigor a Fleetwood Mac (‘somethingfartoogoodtofeel’). La amalgama de influencias sitúa a The Japanese House en un punto intermedio entre Haim e Imogen Heap, entre Shura y los mencionados The 1975 o el “prismizer” de Francis and the Lights, pero Main siempre va por delante de sus posibles influencias gracias a su peso emotivo. En especial, la paranoia de ‘Everybody Hates Me’ da lugar a un estribillo majestuoso, cerrándose además con una bonita outro “Disney”, mientras la sintética ‘Follow My Girl‘ expresa con acierto el sentimiento de confusión y desasosiego de su letra y la balada orquestal ‘Marika is Sleeping’ conseguirá derramar más de una lagrimilla.
Dice Main que la mayoría de canciones de ‘Good at Falling’ las compuso antes de romper con Marika, pero que el álbum “suena como un disco de ruptura” de todas formas. En realidad, ‘Good at Falling’ suena grande y romántico, como un gran disco de amor, pero a su vez las letras se encuentran en el lado opuesto de ese término. ‘You Seemed so Happy’ es la clásica canción que suena feliz pero esconde una letra llena de amargura, y en general los textos de The Japanese House están llenos de culpa, decepción y ansiedad. Sin embargo, Main ha creado bastante belleza gracias a ellos, si bien ojalá en sus futuras composiciones las letras sean igual de felices que la música.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Maybe You’re the Reason’, ‘You Seemed so Happy’, ‘Lilo’, ‘Everybody Hates Me’
Te gustará si te gusta: The 1975, Shura, HAIM, Now, Now
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