Nena Daconte ha vuelto con un breve disco de 7 canciones que supone su regreso a la actualidad musical tras un lustro de ausencia. Una de sus pistas destacadas es la guitarrera ‘Mi mala suerte’, que recuerda a ‘Tenía tanto que darte’ pero solo lo justo, pues el tema tiene identidad propia, y otra de ellas es sin duda ‘La Llama’, una canción preciosa que hace de su sencillez su mayor virtud.
La base de ‘La Llama’ se compone poco más que de un bombo, el ritmo de unas palmas que le hacen de eco y un piano, a los que en el estribillo se une un banjo. Tanto el tempo como la progresión de acordes de la melodía instrumental recuerdan ligeramente a la de ‘Stay with Me’, el éxito de Sam Smith, pero donde el británico imprimía todo el drama del mundo a una canción de desamor, Nena Daconte suena serena cantándonos sobre la resistencia en tiempos difíciles, haciendo uso de una melodía perfecta que sin duda pide toda tu atención en el estribillo, en el que además, en palabras de Meneses, aparece un inesperado acorde “flamenco” que la artista atribuye a su productor Paco Salazar. Estas han sido sus palabras en la entrevista que le realizábamos recientemente: “El banjo es idea de Paco, siempre identifica mi voz con el banjo, y le gusta ponerlo cuando graba conmigo. A mí lo más bonito de esa canción me parece el acorde flamenco que sale en el estribillo cuando no te lo esperas. La canción se va a un sitio que parece que no tendría que ir ahí. Esa parte es de Paco”.
Con su, por otro lado, cristalina dicción, que bordea el ASMR (esas erres), Meneses comparte en la letra de ‘La Llama’ una reflexión sobre el fracaso y sobre la necesidad de seguir adelante, cantando que pese a haber “tropezado tanto” y sumar “tantos fracasos”, ella sigue en pie. En el estribillo, la madrileña se compara con una “hoguera que nunca se acaba”, con la “columna que queda al final” y con “un barco en mitad del mar, que ninguna ola consigue volcar”, en un pasaje poético y emotivo de nuevo en su suma sencillez. “Soy la llama que nunca se extingue, un soldado caído jurando volver, la luna que nadar pide, girando en el horizonte”, concluye.