Hay muchas cosas que admiro de Madonna como artista pero sobre todo dos: su capacidad para descolocarme y su capacidad para divertirme. ‘Medellín’ contiene algo de las dos. En primer lugar, porque ninguno de los primeros singles de sus 14 discos se parecen entre sí, salvo que consideremos su gusto por las buenas melodías su leit motiv al haberse criado en los años 60 nada menos que en Detroit.
En ‘Medellín’, la melodía perfecta de la autora de ‘Like a Prayer’ también se encuentra. Únicamente se esconde en un arisco estribillo dub que parece consecuencia de las nuevas leyes de la modernidad, como se ha visto en algunos lanzamientos recientes de Lorde, Rosalía, Ariana Grande o Rihanna, que desagradaban con coros raros que luego se pegaban a fuego. Prefiero esperar 10 días antes de terminar de decidir qué opino de los «ven conmigó», pero el resto de la canción es oro: «si te enamoro / si me enamoras / nos vamos, nos vamos pa’ Medallo» es el diálogo chico/chica que no sabíamos que necesitábamos oír en ‘La Isla Bonita’; los «1, 2, chachachá» y los «slow down, papi» son los ganchos extra sobre los que parece que necesitan asirse las canciones de hoy; y tanto Maluma como Madonna se muestran en sus partes vocales integrados en el mejor dueto posible. Ella dice algo; él se ríe. Y así sucesivamente, dejando una sensación de complicidad máxima.
Quizá porque Madonna llevaba un año grabando este disco y él llegó el último, me imaginaba a Maluma aquí un poco forzado, pero lo cierto es que ha entrado tan feliz y contento que en su Instagram se ha emocionado de verdad oyendo el estreno del tema en un coche -no importa la dirección- en Beats 1: «Imposible contener las lágrimas y la emoción después de escuchar esto. No saben mi felicidad y lo que representa esto para mi VIDA». Se nota. Sus dos pre-estribillos son puro nervio en este sueño húmedo típico de la Madonna de ‘Erotica’; y por otro lado rara vez la música del cantante ha estado mejor producida, pues su fuerte es la creación de «hooks» históricos, pero no el acabado, como se vio en ese clásico contemporáneo llamado ‘Chantaje’, que el mundo tardó un par de días o tres en apreciar de verdad.
Por su parte, Madonna no puede sonar más cómoda (que no acomodada) en la tranquilidad sensual de algún remanso de Colombia, Cuba o Jamaica. Hay un momento clave en esta composición y es el arranque de la letra, cuando Madonna se toma «una pastilla para dormir». A causa de eso, la producción del tema está dominada por un ambiente «onírico» y lleno de «reverbs», con algunas tomas vocales de la artista tan elevadas en su abstracción que incluso suenan próximas a la espiritualidad de ‘Ray of Light’, como se ve muy claramente en la segunda estrofa.
Y ahí es justo cuando la canción se anota el tanto del humor. Madonna canta, en un ataque de intensidad, que «por una vez no ha tenido que esconderse a sí misma». Y la respuesta de Maluma es: «oye, mamacita, qué te pasa, pero si ya estamos en mi casa / Si sientes que hay un viaje ahí en tu mente / será porque te has pasado con el aguardiente». Alguien le sacará la punta a esto, pero es básicamente la historia de un rollo recién llegado a casa, desequilibrado entre amor o sexo o atontamiento. La Madonna de ‘Music’ hablando a la Madonna de ‘Ray of Light’ para exigirle: «¡dame de eso que tú estás tomando!». Veremos, en el vídeo -del que ya puede verse un adelanto- quién pudo más. Sexo o amor. Espiritualidad o hedonismo. Sueño o realidad. Maluma o Madonna. Maluma o Madame X.