El bache personal que está atravesando Britney Spears vuelve a ser noticia. Después de que hace un par de semanas comunicara su internamiento en un centro de salud mental para tratar sus trastornos psicológicos, agravados por la enfermedad de su padre, en las últimas horas la prensa internacional se hacía eco de unas imágenes de ella fuera la clínica. Según El País, por ejemplo, en las fotos junto a su pareja aparece «bastante normal si no fuera por su mirada perdida e, incluso, atemorizada».
Ante la cascada de noticias que se mostraban preocupada por ellas, especulando sobre su salud, la cantante ha salido al paso publicando un vídeo en Instagram. En él saludaba a sus fans y «se pasaba» por ahí para asegurar que «todo está bien», que su familia está atravesando una etapa de estrés y que por eso ha estado apartada, pero que volverá muy pronto.
Sin embargo, el texto que acompaña ese vídeo habla de manera algo inconcreta y, aquí sí, preocupante sobre una serie de emails que su ex-amigo y colaborador Sam Lufti habría estado enviando y que en absoluto están firmados o suscritos por ella. También habla de «rumores» y asegura que su familia ha recibido «amenazas de muerte», sobre las que dice estar tomando cartas y pide privacidad para poder enfrentarse al duro trance que está pasando.