La proliferación de festivales en nuestro país prácticamente ya cada fin de semana e incluso con algunos findes coincidiendo varias citas parecidas en distintas ciudades de España no siempre viene acompañada de la deseada variedad en el cartel. Por eso es de agradecer que existan citas como Tomavistas. El festival madrileño agotaba finalmente abonos y congregaba a un total de 16.000 personas con una línea editorial muy clara, enfocándose en la música alternativa, sin recurrir a grandes exclusivas internacionales ni apenas concesiones al indiemainstream. Hay que felicitar a la organización por tener el buen gusto de contar con Spiritualized, un grupo que puede que no esté en su mejor momento de popularidad y que seguro que en solitario no te llena los recintos que unos Izal o unos Vetusta, pero que a nivel técnico tiene mucho que enseñar a las bandas noveles. Fotos: Javier Rosa.
Jason Pierce, casi apartado a un extremo del escenario, acompañado de su banda compuesta por una decena de personas, comenzó su set con ‘Come Together’, aquella maravilla incluida en ‘Ladies and Gentlemen We Are Floating in Space’, que ha cumplido ya 20 años, pero se centró en verdad en el tracklist ordenado de su último álbum, ‘And Nothing Hurt‘. Y puede que no haya conseguido ser un álbum generacional como para muchos fue «Ladies and Gentlemen» pero a nadie pareció importarle. La presencia de tres coristas, la meticulosidad de los músicos y por supuesto la belleza contenida en temas como ‘I’m Your Man’ nos metieron de lleno en un show exquisito en el que sí, sentimos que ellos y nosotros «éramos uno». Entre la fiereza y la densidad de la brutal ‘On the Sunshine’ y sus repetidos «take it easy» y lo onírico de la pista final del álbum ‘Sail On Through’, nos quedó claro el que parecía el mensaje de Pierce: que Spiritualized aún tienen tantas cosas que decir como a finales de los años 90.
El grupo británico había actuado a las 22.25, y lo hacía precedido en el escenario grande de los que podíamos considerar los otros cabezas de cartel, Carolina Durante. La banda de Diego Ibáñez acaba de ser top 2 de ventas en España, y aunque parece el disco no va a ser tan longevo en las listas como nos gustaría, el público sí abarrotó dicho escenario para entonar los éxitos del mismo. Hay por ahí un runrún, según el cual el disco de Carolina Durante ha decepcionado algo en comparación a los singles que conocimos en años anteriores. Es verdad que son ‘Perdona (ahora sí que sí)’ y sobre todo ‘Cayetano’ las canciones que se reservan para el subidón final, pero es que ‘Joder, no sé’, ‘KLK’ o ‘Nuevas formas de hacer el ridículo’ dan perfectamente la talla, añadiendo estribillos coreables a su repertorio, como ese «qué te parece dejar de existir», pura gasolina para sus directos, el final «lo lamento» de ‘Cuando niño’ o el delirante «Me masturbé con tu foto de la semana pasada», que constituye todo un subidón ideal para el pogo cuando aparece. Por lo demás, Diego sigue enganchado a sus peculiares bailes hecho un ovillo y las enormes pantallas que han puesto este año nos acercaron un poquito más a ellos los que nos tuvimos que conformar con ver su show de lejos.
Unas pantallas bien grandes habrían venido bien en el segundo escenario a Cass McCombs o Hinds, sendos conciertos algo perjudicados por la distancia y la aglomeración. No me importa no ver a Joe Crepúsculo si puedo bailarlo mientras, pero las texturas folkies de McCombs eran para degustar de cerca o sentado. Así, no logré conectar demasiado con su áspero setlist y tampoco parecía preocuparle demasiado: ¿cómo es posible que aquella joya llamada ‘Dreams Come True Girl’ no sea fija en su repertorio? En cuanto a Hinds, hicieron uso de su desparpajo habitual interpretando los temas de sus discos junto a alguno que no identifiqué y presumo nuevo, mostrándose totalmente cómodas y confiadas en su recreación del sonido garage.
El festival llevaba en marcha desde mediodía, cuando actuaban Cariño, Soleá Morente o Enric Montefusco. En su interés por atraer a toda la familia, los menores pagan menos o, dependiendo de la edad, no tienen que pagar entrada para Tomavistas. Por eso era habitual cruzarte con familias con carritos de bebé y niños pequeños, que en general desertaron después de Spiritualized o Deerhunter, quienes presentaron con corrección, sin desbocarse, las canciones de indie-rock americano que han caracterizado su carrera, como ‘Desire Lines’ o ‘Helicopter’. La entrada a esta fue una recreación en punteos, una búsqueda de texturas próximas al noise con algo de distorsión, que mostraba de nuevo que no les urgía meterse al respetable en el bolsillo.
Mucho acertaron con un concierto bastante electro en el que parece confirmado que lo suyo son los sintetizadores. Bailar es lo que apetece en torno a la medianoche, no pensar, y su cierre con ‘Putochinomaricón’, su tema político en el que la dedicación al performer madrileño es solo la punta del iceberg, fue un plus. Hablando de política, Joe Crepúsculo nos animó a votar el día siguiente durante la interpretación de ‘A fuego’, uno de los hits que nunca falta en su setlist, como ‘La canción de tu vida’, ‘Dime la verdad’, ‘Pisciburger’ o ‘Mi fábrica de baile’. No sé si la gente terminaría de hacerle caso, pues la participación en las elecciones de Madrid no ha sido espectacular, pero lo seguro es que nadie se cansa del maravilloso repertorio de Crepus, recientemente recopilado en un «grandes éxitos». Que siga la fiesta.
La noche terminaba con Friendly Fires a eso de las 3 de la mañana: no hay carpas con dj’s en este festival. Por suerte, la banda nos obsequió con un gran show que hizo las veces de carpa, en el que el cantante Ed Macfarlane se lo bailó todo y lo dio todo de sí mismo con unos pasos muy personales, casi freakos, que no podías dejar de mirar durante su hora de set. Una mina de memes si alguien se pusiera a ello. En cualquier caso, Friendly Fires se confirmaron una vez más como un valor seguro para bailar a altas horas de la madrugada, a lo que contribuyen hits tan eficientes y divertidos como ‘Love Like Waves’ o ‘Paris’ o más recientemente ‘Heaven Let Me In’. ¿Cuándo es su siguiente concierto?