Música

The Divine Comedy / Office Politics

El tiempo y los discos lo confirman: qué suerte tenemos de haber vivido en el mismo espacio temporal de un artista como Neil Hannon. Aunque por un momento (allá por el inicio de este siglo, cuando hizo un desigual intento de contemporaneizarse en ‘Regeneration’) parecía que podíamos perderle, él y su creación The Divine Comedy han sobrevivido a base de seguir precisamente a la suya, del todo ajeno a las convenciones musicales y artísticas de cada etapa de estos últimos 25 años. Si una vez estuvo de moda, fue un mero accidente.

Por eso en esta década no podemos contarle grandes “éxitos” como lo fueran en los 90 ‘Becoming More Like Alfie’, ‘National Express’ o ‘Something for the Weekend’. O incluso –aunque de menor repercusión– en los 00 con ‘Absent Friends’ y ‘A Lady of a Certain Age’. Pero ¿a quién le importa cuando sus trabajos no bajan nunca del notable? Lo fueron ‘Bang Goes The Knighthood’ y ‘Foreverland’ y lo es, también, este ‘Office Politics’. Un disco nuevamente magnífico aunque tampoco cuenta con grandes himnos, para quien los espere: el juguetón single ‘Queuejumper’ –entre ‘Kokomo’ de The Beach Boys, ‘You Can Call Me Al’ de Paul Simon y ‘Road to Nowhere’ de Talking Heads– es pegadizo, sí, pero es demasiado obvio y forzadamente cómico. Es, además, una anomalía dentro del disco que, eso sí, sirve de introducción tanto para el disco como para uno de sus personajes. Uno que antepone su propia ambición a absolutamente todo.

La fortaleza de ‘Office Politics’ va más allá de sus singles, puesto que su valor está en el conjunto. De hecho, es tan diverso en estilos y sonidos que, si observamos sus canciones aisladas, pierden sentido y fuerza. Pero unidas y en el cuidado orden que se presentan, son mucho. Sobre todo porque se acerca a ser, más que un álbum conceptual, la banda sonora de un musical que no se ha escrito aún. Un musical repleto de humor (un factor fundamental y que se acentúa no solo en los textos sino también en los sonidos) ambientado en el mundo laboral de una oficina un tanto carpetovetónica que seguro os suena: al estilo de ‘The Office’, prueba que la caspa en el ámbito del trabajo no es patrimonio único de nuestra querida España. Hurra. Como siempre, esto sirve a Neil para hablar de decadencia y fracaso, de sueños rotos y del amor como salvavidas. Pero, en este caso, esos conceptos adquieren una proyección social: entre jijís y jajás, el artista irlandés nos presenta su inquietud –que debería ser la nuestra– por la deriva socio-laboral en el mundo contemporáneo, donde la tecnología está eliminando el factor humano, truncando profesionales (y profesiones) de manera drástica y prematura. Y, lo que es peor, generando una precariedad que nos conduce a un abismo insondable.

Como explicaba Hannon en su nota de prensa mecanografiada –los detalles están cuidados al máximo, y no sólo en lo musical y lírico–, en ‘Office Politics’ nos encontramos con una cohorte de personajes dolorosa y cómicamente familiares: Knox, el trepa insaciable hasta extremos temibles (‘“Opportunity” Knox’); el Sr. Hillary, jefe chapado a la antigua que añora los tiempos en los que podías abusar física y moralmente de tus lacayos sin peajes que pagar (‘Office Politics’); los buenazos (y aburridamente estándar) ‘Norman and Norma‘, pareja en coma emocional que encuentra en las recreaciones medievales la chispa adecuada para reavivar su pasión; el romance entre dos empleados con el que ella se ilusiona para descubrir que se trata sólo de “otra muesca en el revolver” (‘A Feather In Your Cap’); el insoportable patetismo del “alma de la fiesta navideña (‘The Life and Soul of the Party’). Hasta Billy Bird, un personaje que los fans de The Divine Comedy bien recordarán, hace un “cameo” entre los caracteres retratados y que pululan de una canción a otra.

Pero, como si de una verdadera pieza teatral (ya sabemos que sus directos tienen mucho de eso) se tratara, esos momentos de comicidad cómplice se entreveran tanto con autoreferencias –el autorretrato honesto, entre bromas, de ‘Psychological Evaluation’– y freakadas relacionadas –la divertida retahíla de un comercial a la desesperada en ‘The Synthesiser Service Centre Super Summer Sale’; la curiosidad de que Philip Glass y Steve Reich ciertamente se autoemplearon en una empresa de mudanzas

antes de convertirse en maestros de la clásica contemporánea– como con el auténtico tuétano de todo esto: la pérdida de humanidad en el trabajo en favor de estas “máquinas infernales” –descrito con ironía en la garynumanesca ‘Infernal Machines’– nos lleva a una situación inédita para la Humanidad, en la que no tendrá nada de provecho que hacer en el futuro.

Así, ‘Absolutely Obsolete’ –que escenifica un despido con asombrosa fidelidad para alguien que no ha trabajado nunca (o eso presumimos) en una oficina– y ‘You’ll Never Work In This Town Again’ –título que no debe leerse como una amenaza figurada sino literalmente– nos conducen a un mundo oscuro que Hannon acierta a dibujar en el tenebroso vals entonado por un desahuciado mendigo en ‘I’m a Stranger Here’ y la solemne y circense ‘Dark Days Are Here Again’. En ese sentido, ‘Office Politics’ termina por ser una oda al derecho al trabajo y a la dignidad de la clase proletaria invisible en la trastienda del teórico éxito empresarial –“el carro de asnos” que siempre va tras el “desfile del Honorable Alcalde”, como dice en ‘After the Lord Mayor’s Show’–. Así lo inspira ese currito en la emocionante ‘When The Working Day Is Done’ al que, entre caras grisáceas que se empujan en un tren (retrasado, claro) de vuelta a casa, oteando el periódico del vecino por encima del hombro, se le enciende una chispa que le lleva a alzar la voz y gritar “¡Nosotros damos y no obtenemos nada a cambio!” Por supuesto, uno imagina que, tras la confusión inicial ante esa salida por la tangente, el resto de tropa acaba agachando de nuevo la cabeza y siguiendo a lo suyo.

Todo esto se acompasa, como decía, en uno de los discos más ricos y variados que nunca haya publicado Neil Hannon, en el que la inspiración clásica se alterna con la electrónica. Pero no, que nadie tema estar ante un nuevo ‘Regeneration’ –el momento, como nos confesó sin titubeos, más bajo de su carrera–. Esta vez hablamos de una electrónica eminentemente retro que evoca a referentes citados explícitamente en ‘Psychological Evaluation’: “Human League, OMD, Kraftwerk, Soft Cell, Japan, Eurythmics, Depeche Mode, Gary Numan, Heaven 17, Pet Shop Boys, Buggles, Ultravox, Yazoo, Art Of Noise…”

Esa conjunción de teclados apolillados y viejas cajas de ritmos empleados aquí y allá cuajan sorprendentemente bien con ecos de chanson y música de entreguerras, reminiscencias de ‘El violinista sobre el tejado’, momentos disco (‘The Life and Soul of the Party’), electrofunk primitivo (‘Office Politics’), ritmos latinos pasados por el «filtro Bond» (‘You’ll Never Work In This Town Again’), coros gospel y soul, bucles prodigiosos como sintonía de una sitcom imposible (‘Philip and Steve’s Furniture Removal Company’) y, por supuesto, la Divina Comedia de gran pop orquestal que conocemos y amamos (‘Norman and Norma’, ‘Absolutely Obsolete’, la preciosa y triste ‘A Feather In Your Cap’, ‘“Opportunity” Knox’). Un conjunto maravilloso y exquisito tanto en lo musical como en lo lírico (más que nunca, sus letras merecen un vistazo atento para desentrañar sus múltiples bromas y guiños a la cultura popular y la propia carrera de Neil) que, sin canciones destacables (aunque cada cual dará con sus favoritas), brilla precisamente por su unidad y ese (sólo aparente) caos que es una oficina que bulle de actividad humana (aunque sea la de procrastinar) en cada esquina. Ojalá nunca se extingan, como The Divine Comedy.

The Divine Comedy es uno de los principales nombres confirmados en la edición 2019 de BIME Live, en Bilbao. Pero además estará presentando ‘Office Politics’ en otras ciudades del país: el 3 de noviembre de 2019 en Valencia, La Rambleta; el 5 de noviembre de 2019 en Barcelona, Sala Apolo; y el 6 de noviembre de 2019 en Madrid, La Riviera.

Calificación: 8,1/10
Lo mejor: ‘Norman and Norma’, ‘Office Politics’, ‘You’ll Never Work In This Town Again’, ‘A Feather In Your Cap’, ‘»Opportunity» Knox’, ‘When The Working Day Is Gone’
Te gustará si te gustan: Sparks, The Auteurs, Benjamin Biolay.
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Raúl Guillén