Paraíso Festival crece, y mucho, sin que se deba a un nombre concreto del cartel

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Paraíso Festival crece, y mucho, sin que se deba a un nombre concreto del cartel

El madrileño Paraíso Festival ha llegado a su segunda edición, a falta de conocer las cifras de asistencia de público, con un visible aumento de público respecto a su debut. Este año la lluvia no ha hecho acto de presencia, y por fortuna hoy tampoco se la espera, si bien, como advertimos hace unos días, las temperaturas durante la madrugada son bastante fresquitas (mínimas de 12 grados anoche, que serán 13 esta noche). La organización, con José Morán de los primeros FIB al mando, reaccionó ante este aumento de gente, que ya estimaban en un 30 o 40% hace unos días, y tan sólo hubo alguna cola en los baños de cabina, pero nunca en las múltiples barras. A destacar la buena comida seleccionada por la chef Rebeca Hernández, lo que implicaba encontrarte con una concursante de Masterchef cocinándote en uno de los food tracks, en concreto Silene. Fotos: Nabscab, excepto Chvrches (Rodrigo Mena).

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Paraíso Festival se caracteriza por la presencia de artistas de diversos países y también por la presencia de mujeres, y así, a primera hora de la tarde se pudo disfrutar de la bailonga sesión de Kampire, desde Uganda, en el escenario Manifiesto, llevándose una ovación a su desenlace; o de Mula, en el mismo lugar pero algo más tarde, y procedentes de República Dominicana. El trío formado por dos MC’s y otra integrante a las bases situada detrás desplegó una sabrosona amalgama de synth-pop, elegante perreo y algún guiño italo, a menudo con cambios de ritmo que incitan a la fiesta, también gracias al colorido fondo lumínico. La cumbre del concierto fue la estupenda ‘Nunca paran’.

Chvrches eran uno de los grandes reclamos del cartel, si bien la enorme cantidad de público que encontramos en el resto de escenarios y del recinto en general a su término, revelaba que Paraíso Festival está consiguiendo hacer marca al margen de los grandes nombres que pueda contratar. Mucha gente optaba a la misma hora por Moscoman o Nicola Cruz, cuando no por pulular de escenario en escenario. El grupo de Lauren Mayberry tampoco terminó de arrasar como hipotético cabeza (Paraíso opta por el orden alfabético en sus imágenes promocionales) debido a algún que otro problema de sonido. El micro de Mayberry no sonaba adecuadamente cuando el grupo comenzaba con ‘Get Out’ y, una vez resuelto el percance, daba la sensación de que Chvrches querían sonar más alto y más fuerte de lo que sabían, sin presentar por ello la nitidez y los matices adecuados. Solo cuando en última instancia sonaban sus mayores hits, como ‘Recover’, la desenfrenada ‘Clearest Blue’, ‘Leave a Trace’ y ‘The Mother We Share’, se dieron ese pequeño baño de masas. El set se cerraba con ‘Never Say Die’, de su último álbum, sin que nadie se preguntara por ‘Here With Me‘.

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Inmediatamente antes habían coincidido la británica IAMDDB, con una voz próxima al registro de SZA o incluso Amy Winehouse, pero con un DJ lanzando bases de R&B, urban y electrónicas modernas, cortantes y sugerentes (muy celebrado y coreado fue su hit ‘Shade’); y Bob Moses. El dúo canadiense triunfaba en el escenario grande con vibraciones próximas a los encantos de Apparat y el cuerpo de temas tan queridos por el público como el melancólico ‘All I Want’. Te gustará si te gustan Junior Boys y GusGus.

Pasada la medianoche era el momento de que llegara Cerrone, la leyenda. Su nombre en letras doradas era un signo del glamour que íbamos a escuchar en su sesión de música disco, en la que no faltaron ‘Je suis music’, ‘Supernature’ o el tema más pertinente que iba a sonar en todo el festival, ‘Cerrone’s Paradise’. Pese a algunos momentos más abstractos, las cuerdas fueron protagonistas de muchos de los hitos de este live en el que ocasionalmente apareció una cantante para hacer voces en directo.

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Tras el dúo Polo & Pan, que alternaban los ritmos más delicados de la electrónica con la melancolía que desprenden canciones como la tropicalilla ‘Canopée’, que pincharon. La noche terminaba con la rave del búlgaro KiNK en el Escenario Club (resguardado en esta carpa se estaba mucho mejor), mientras El Cuerpo del Disco lograba convocar a un centenar de fieles fans en el Escenario Nido dedicado a artistas locales, a ritmo de música disco clásica o relativamente actual (no faltó ‘Hung Up’ de Madonna).

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