Cuando ya parecía todo terminado con el final de la maravillosa ‘Toy Story 3’, Pixar ha decidido no guardar todavía a sus juguetes y presentar una cuarta entrega, que aunque sobre el papel parezca innecesaria, finalmente no lo es tanto. Woody intenta adaptarse a su vida sin Andy con su nueva dueña Bonnie. El primer día de colegio, la niña crea un juguete a partir de un tenedor y otros elementos reciclados que se convertirá en su preferido y al que llamará Forky. La aventura comienza cuando Woody intenta enseñarle que es un juguete y no basura como él se cree, y que su deber es cuidar de la pequeña ya que va a ser importante para ella para el resto de su vida. Desde el principio, y como suele ser habitual en todas las películas de Pixar, queda claro que bajo ese entretenimiento vistoso supuestamente para niños, se esconden reflexiones y preocupaciones adultas. ‘Toy Story 4’ vuelve a exponer temas ya conocidos en la saga como la soledad o el rechazo, pero esta vez a una escala mayor, abriendo un horizonte nuevo a sus personajes y enfrentándolos al difícil mundo exterior.
El comienzo, sin embargo, puede dar indicios de falta de ideas, de que sus creadores han decidido explotar la mítica franquicia exclusivamente por fines comerciales. Lleva algo de tiempo –quizá unos 15 o 20 minutos- descubrir que era una falsa alarma: las buenas ideas siguen y en esta entrega hay tanta imaginación e ingenio como en cualquiera de las otras. Nuevos personajes se incorporan a la pandilla de Woody (entre los que participan poniendo voz en su versión original Jordan Peele, Keanu Reeves o Christina Hendricks) y a su vez también hay otros que regresan como Bo Peep, la muñeca de porcelana de la que el vaquero estaba enamorado, ahora totalmente libre, valiente y decidida.
Sin duda, uno de los aspectos más destacables del filme es su apartado visual, quizá el más sofisticado y técnicamente impecable que ha realizado Pixar hasta la fecha (y eso es mucho decir). Desde que en 1995 revolucionaran la animación digital con la primera parte, el estudio no ha dejado de ser pionero en la técnica animada, logrando resultados cada vez más impresionantes a la hora de plasmar tanto emociones como movimientos. ‘Toy Story 4’ no tiene momentos tan memorables ni inspirados como la primera o la tercera, pero no deja de ser un capítulo de lo más estimable en un universo que sigue mereciendo la pena explorar. Es la película más madura y triste de ‘Toy Story’, sin que esto le impida ser siempre divertida y muy entretenida. El poso nostálgico que dejó la anterior, se arrastra aquí durante todo su metraje con el viaje personal de Woody -un personaje muy bien escrito cuyo arco nunca se ha descuidado-, hasta llegar a un final que sería un cierre perfecto para la saga. Aunque todo parece indicar que podría haber una quinta parte. No supondrá ningún problema si siguen haciendo las cosas como las han hecho hasta ahora. 7.