Mallrat apuntó maneras en el inicio del ciclo Lovesick

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Mallrat apuntó maneras en el inicio del ciclo Lovesick

En la madrugada del sábado al domingo la Pop Bar de la barcelonesa Sala Razzmatazz arrancó el ciclo Lovesick, donde durante los próximos meses podrá verse a un palmo de distancia a artistas emergentes nacionales e internacionales del pop. Las australianas Haiku Hands serán las protagonistas el próximo 3 de agosto y las madrileñas Cariño harán lo propio el 26 de octubre. Aunque la encargada de abrir el fuego este fin de semana fue la joven de 20 años de Brisbane Grace Shaw, más conocida como Mallrat, que hasta la fecha apenas cuenta con dos EP’s en el mercado: ‘Uninvited’, lanzado hace tres años, e ‘In the Sky’, que el pasado 1 de junio cumplió un año de vida. Foto: Rubén 242.

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Respaldada única y exclusivamente por una Dj que lanzó las pistas, Mallrat apareció puntual a las 2:45 en una sala a medio gas. Lo cierto es que lo tenía difícil porque a esa misma hora debajo, en la sala principal, se encontraba Grandmaster Flash siendo reverenciado por miles de almas. Así que aun siendo pocos (pero bien avenidos), presenciamos el debut en nuestro país de una artista que en su Australia natal ya es capaz de colgar el cartel de no hay entradas allá donde va como si fuera una suerte de Billie Eilish de las Antípodas.

En total interpretó nueve temas y, a diferencia de en otros conciertos previos, no se animó a marcarse su versión de ‘bellyache’. Empezó con ‘Tokyo Drift’ y ‘Sunglasses’, ambas incluidas en su EP de debut, para a continuación marcarse ‘UFO’ y una celebrada ‘Better’, una de las canciones más luminosas de su repertorio. Prosiguió con ‘Inside Voices’, una ‘For Real’ con infeccioso piano pregrabado noventas, ‘Nobody’s Home’ (el único single que de momento ha liberado en lo que llevamos de año) y, como traca final, ‘Groceries’ y ‘Uninvited’, donde finalmente se desmelenó algo más de lo que no había hecho en la media hora precedente.

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El show se hizo cortísimo, lo que demuestra que su trabajo en el estudio progresa mucho más que adecuadamente. Está por verse qué ocurrirá cuando se anime a tirarse a la piscina del LP, algo que más temprano que tarde acabará ocurriendo para jugar en otras ligas mayores. No obstante, a pesar de que vocalmente estuvo correctísima y fue fiel a lo que hasta ahora habíamos podido escuchar desde nuestras casas, sí es cierto que Mallrat todavía tiene que dejarse llevar mucho más sobre el escenario, mostrarse menos contenida y alardear de un carisma que, de momento, sólo se asoma a la puerta. Lo más difícil ya lo tiene: un puñado de buenas y muy disfrutables canciones que dejan con ganas de mucho más. Si de aquí en adelante trabaja aún más su presencia escénica estamos seguros de que despuntará como es debido.

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