Como ya apuntamos hace 11 meses en el artículo «Las 5 claves del éxito de ‘Shallow’«, en el que hablábamos de las razones por las que Lady Gaga estaba recuperando fans, una de las razones del éxito de la canción que subrayábamos era cómo se dirigía al público mayoritario. Su discografía ha tenido un par de destellos de genialidad como ‘Venus’ o ‘Perfect Illusion’ muy difícilmente comprensibles por el oyente casual, pero desde luego este no era el caso. En Forbes apuntaban que el 66% de las personas que acudieron al estreno de ‘Ha nacido una estrella’ en Estados Unidos eran mujeres, el 68% era mayor de 35 años y el 42% tenía más de 50 años. Nada que ver con el target comercial de ‘Applause’. Aunque seguramente estos datos se han equilibrado, al menos desde mi experiencia personal, sí creo que por primera vez en mucho tiempo se ha escuchado a mujeres de distintas edades afirmar que les gustaba una canción de Lady Gaga. No solo a hombres.
‘Shallow’ fue número 1 enseguida en Reino Unido y en aquel momento parecía un hit que superaría a ‘The Cure’ y a ‘Million Reasons’, pero no a los temas de los dos primeros discos de Lady Gaga. Lo que más tiraba para atrás era el sonido de fondo de la película y los aplausos que sonaban en la grabación, haciéndolo sonar excesivamente dependiente del estreno de la cinta, que todavía no había llegado. La decisión artística desconcertó a nuestra redacción, que se debatió entre criticar su «cochambrosilla producción» -ese típico AOR que tanto se odiaba en los 80 y tanto gusta a Lady Gaga desde niña- y tildar el tema como «correcto, de corte clásico». Quien más acertó fue, de nuevo, curiosamente, una chica, nuestra redactora Mireia Pería: “Es una balada poderosa, melodramática, calculadamente desgarrada, algo impostada en su emoción quizás, empezando por esa guitarra a lo ‘More Than Words’, continuando con la factura clásica de hit adulto, su muy cuidado crescendo… Otra muestra más de que la evolución de Lady Gaga a gran diva de la canción le está saliendo estupendamente bien. Y, por supuesto, se merienda a Bradley Cooper. Pero eso era ya previsible”.
Un panorama similar, moderado, se respiraba en el hilo correspondiente de nuestros foros, donde los usuarios recibían muy bien el tema, pero sin hablar de la cima de la carrera de la cantante. Xtian23 indicaba que ‘Shallow’ le parecía «mejor que Juanita» (el disco ‘Joanne’). Denial indicaba: «me gustó Shallow aunque me molestó un poco el ruido del «público»». Ibop adivinaba «Maravilla. Esta canción sólo puede no gustarle a las feas» y respondía a aquellos que decían que Bradley sobraba: «Nos sobra porque somos maricones, pero muchas mujeres americanas mojarán las bragas con su parte. Yo creo que han sido listos y hecho bien en sacar una canción con ambos».
También hay quien opinaba: «Pues me he quedado como si nada con la canción. Not my cup of tea». Una opinión significativa por dos razones: porque por mucho que triunfe esta no es la Gaga preferida para una parte de nuestros lectores (otros temas suyos han funcionado muchísimo mejor en nuestro humilde top semanal, sin ir más lejos ‘Perfect Illusion’ o ‘Applause’) y sobre todo por lo que pasaría después: el tema estaba todavía muy, muy lejos de tocar techo, de mostrar su grandiosidad, algo que sucedería varios meses más tarde, tras la emisión de los Oscars. La llama de ‘Shallow’ se mantendría viva durante semanas gracias a la buena recepción de la película, en la que tiene un protagonismo brutal (no, no es la canción de los créditos como se pretendía al principio); y la cinta recaudaría 440 millones de dólares a nivel global habiendo costado 36. Pero sería con la bonita actuación en la ceremonia de los Oscars donde se desquitaría de una rocambolesca presentación en vivo en los Grammy que ya no está en Youtube, se haría con galardón a Mejor Canción y alcanzaría el top 1 en Estados Unidos tras viralizarse en Youtube.
200 millones de visualizaciones avalan a esta actuación, pero lo mejor es que se relanzó ya para siempre el tema, que hoy suma 858 millones de reproducciones en Spotify y 700 millones en Youtube en su versión oficial. Son 1.560 millones de reproducciones que dejan atrás la suma de ‘Bad Romance’, hasta ahora el gran clásico de Lady Gaga (1.440 millones en total); pero que además no dejan de crecer a cada día que pasa. Un año después de su edición, ‘Shallow’ aún es top 51 en el top global de Spotify, sumando más de 1 millón de escuchas a diario, y con todo un futuro de manera recurrente en radios adultas. Ya nos lo contaba en una interesantísima entrevista Mark KitCatt, responsable del sello de Adele en España: «Cuesta mucho que las radios comerciales programen las baladas, lo que pasa es que si funciona una balada, funciona mucho». En España, ‘Shallow’ es doble platino sin haber llegado nunca al top 10.
Estas cifras han sido todo un respaldo por supuesto para Lady Gaga, que ahora se supone que va a volver a la electrónica y tendrá muy difícil llegar a una cantidad de público tan grande y tan variado, para su mano derecha Mark Ronson, y para dos personas que se nos suele olvidar que estuvieron involucradas en la composición: Andrew Wyatt de Miike Snow (!) y Anthony Rossomando, colega de Carl Bârat de los Libertines en aquella cosa llamada Dirty Pretty Things (!!!). Una gente con la nómina resuelta de por vida, entre la que por supuesto despunta Lady Gaga. Después de este pelotazo en el que además se esconde una metáfora sobre «ahondar», sobre «alejarte de la superficie» y sobre huir de «lo poco profundo», que se refiere tanto al amor como al arte… ¿le tentará seguir una línea similar o la única opción es ofrecer algo como reacción?