Sin duda uno de los personajes más fascinantes del panorama independiente nacional surgidos en 2019 es Rebe. Tras ese nombre que bien podría aludir a una joven poligonera, se esconde un ser singular que es (o simula ser) una especie de «ninfa de pop doméstico». Rebeca Díaz, una chica de veintipocos años que vive en la sierra madrileña, comenzó a juguetear con un par de amigos en el grupo Luli Rebe & Sus Xocolatinas, para después abrir su propio Soundcloud y Youtube, donde subía sus miniaturas musicales totalmente amateurs –»todo comenzó con un Casio PT-30″, dice su nota de prensa–. Miniaturas que se nutrían de la tradición de la canción melódica de los años 70 y 80 –Jeanette, Cecilia y Vainica Doble emergen como claros referentes– para crear una realidad paralela en la que la afinación, el sentido del tempo, la vocalización –para eso, también está Genius– y la pulcritud estética pasan a un segundo o tercer plano en favor de la libertad y el encanto de su singular compositora e intérprete.
‘Recuerdos de cuando me aplastó una piedra y me morí’, editado en formato físico al alimón por los artesanos sellos Snap! Clap! Club y Jeanne D’Arc (primero en una limitadísima tirada de cassettes y más recientemente en otra limitadísima tirada de vinilos, ambas ya agotadas), resume una etapa en la que el desamor que esconde su metafórico título instigó una batería de composiciones propias. Canciones que, cuando cabe discernir sus letras en las marañas de teclados random a lo John Maus, resultan ser menos (al menos un poco) naif de lo que esconden títulos como ‘Sabes a piruleta de fresa’ o ‘Sola en mi habitacion comiendo 1 melocoton’ (todo sic). La rabia surge incontenible en ‘Dimelo ya‘ y ‘No me molestes’ (que, tras la intro con la sintonía orquestal de ‘La abeja Maya’, dedica a un padre invasivo), tanto como lo hace la melancolía en ‘Me siento sola‘ (donde no tiene reparo en cantar «me la diste con queso» o rimar «escoba» con «boba») o ‘Nunca mas nunca mas’) y la desesperanza en ‘Tq cerca de mi’. Solo un gatito es capaz de sacarla de la tristeza, en la magnífica ‘Cuki q me has exo‘.
«Recuerdos»… es, además de un disco de canciones primorosas, una experiencia inmersiva de arreglos que parecen sampleados de discos perdidos de hace 50 años, de cajas de ritmo de baratillo, delays en la voz que llegan con un destiempo desconcertante, sintes obsesivos y extraños que divagan a su bola… Casi se diría que Tirzah, Ariel Pink o la primera Clairo son una influencia clara en este primer volumen «serio» de Rebe… si no fuera porque parece imposible: ella asegura que solo escucha «música española» (esto es, cantada en español) y que cuando se obsesiona con una canción, las ganas de versionarla son irrefrenables. Eso explica la presencia en el disco de una selección tan absolutamente libre de ellas como ‘Ni una sola palabra’ de Paulina Rubio, ‘El futuro’ de Kikí D’Akí, el popular bolero ‘Algo contigo’ o la célebre ‘Ramito de violetas’ de Cecilia. Claro que el concepto «versión» no encaja demasiado en Rebe. Podemos hablar más bien de transformaciones perversas y cándidas, todo a un tiempo, adaptadas a su propio sentimiento, haciéndolas suyas, sometiéndolas a su indisciplina. Sorprendentemente, estas señalan la gran virtud de ‘Recuerdos de cuando me aplastó una piedra y me morí’: por magníficas que sean esas canciones, no destacan por encima de la media, sino que se ponen al servicio del estrafalario e imaginativo universo –también visual: su Instagram es una fuente inagotable de perplejidad y belleza sui generis– que ella crea en su habitación. Si «bedroom pop cañí» es una etiqueta marciana, ella la convierte en realidad.
En un arrebato de tanta autoconfianza como candidez, Rebe se sabe una princesa de su propio mundo (y de los que nos adentramos en él) y asegura que quiere necesita hacerse rica con esto, mientras sigue lanzando apropiaciones memorables de hits de Alejandro Sanz y Marcelo Criminal –qué fantasía escribir algún día esta frase y que tenga sentido–, entre otras. Por supuesto, entendemos que no maneja otra opción que hacerlo dentro de ese peculiar universo que hace de la imperfección virtud, tan desconcertante como adorable. A lo peor, dentro de meses, quizá algún año, se aburra de esto, no soporte el odio o la incomprensión y dejemos de saber de ella para siempre, como un día sucedió con Ana D. Sería una pena enorme, claro. Pero ella ya ha publicado su propio ‘Satélite 99‘ y algunos –espero que no pocos– lo admiraremos por igual para siempre. Rebe actúa este viernes 10 de enero en la sala Dabadaba de Donosti, abriendo la noche para Cariño.
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘Cuki q me has exo’, ‘Me siento sola’, ‘Dimelo ya’, ‘Tq cerca de mi’
Te gustará si te gustan: Jeanette, Ariel Pink, Cecilia, Tirzah, Vainica Doble, la primera Clairo
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