En los inicios de su carrera musical, Nicolas Godin, mitad de Air, mandó unas cuantas maquetas a las compañías discográficas, siendo siempre rechazado. Desmoralizado, decidió dejar la música y dedicarse a la Arquitectura, carrera que había estudiado entre 1989 y 1995, mucho antes de que llegara el pelotazo de ‘Moon Safari’ (1998). En un momento dado, llegó a convencerse de que la música no sería lo suyo. Arquitectura y música permanecerían unidas para él en cualquier caso, y así, su primera creación musical, ‘Modular Mix’, era un tributo al arquitecto Le Corbusier, y la música de Air era concebida como algo «espacial». Pero es ‘Concrete and Glass’, su segundo álbum en solitario, el que definitivamente ha querido unir ambas disciplinas.
Tras un álbum inspirado en Bach en el que no quiso utilizar ordenadores, Nicolas Godin ha desarrollado ‘Concrete and Glass’ después de que el artista francés Xavier Veilhan le pidiera producir música para diferentes exposiciones que estaba haciendo en espacios modernistas de todo el mundo. Tres trabajos en Los Ángeles de Pierre Koenig, John Lautner y Richard Neutra; uno en Rusia de Konstantin Melnikov, el Pabellón de Barcelona de Ludwig Mies van der Rohe y la Iglesia de Claude Parent en Nevers (Francia) son algunas de las obras sobre las que se han edificado estas 10 nuevas composiciones de Nicolas.
En ese sentido, para comprender por completo este disco es imprescindible leer la entrevista que Godin ha concedido a Purple.fr hablando de diseño interior, moquetas, poco de música (llega a tener que explicar lo que es un vocoder) y lo que tienen en común la arquitectura y la música como arte. En sus propias palabras, «lo que es importante de la arquitectura no son los muros y las formas, sino el espacio entre dos paredes (…) Y pasa lo mismo entre dos notas. Una nota por su cuenta no es nada. Pero dos notas juntas forman un acorde. Eso crea un espacio, un color».
Todos identificamos el «color» y el «espacio» creados por Air, tan «chill» y confortables, y ‘Concrete and Glass’ es un álbum ideado para todos aquellos que añoren el sonido de ‘Moon Safari’. Dice también Nicolas que no ha querido acercarse especialmente a las nuevas generaciones porque no quería sentirse «como una señora vieja de Beverly Hills» ni tan «tonto como parecía el Bowie que hacía jungle» con todo «lo fan que es de él». Eso puede producir que el disco suene un tanto fuera de onda, pero no que sea peor. Partiendo de un vocoder que nos habla de la búsqueda de una «casa de vidrio y hormigón», nos embarcamos en un viaje en ocasiones tan disfrutable como el propuesto junto a Kate NV. ‘Back to Your Heart’ es una canción que, al margen del edificio que la inspiró nos lleva al conocido Brill Building en sonido y en su texto a un «hogar» que añoramos y al que queremos volver y que es fácil deducir cuál es a partir del título de la canción.
Las composiciones se han deshecho de sus títulos provisionales o relaciones con los edificios que las inspiraron hasta el punto de en ocasiones quedar algo diluidas en su propósito, pero al margen de coartadas intelectuales, son varias las que sobreviven al margen de su contexto. ‘We Forgot Love’ con Kadhja Bonet recuerda a los mejores trabajos con voces femeninas de Tricky, Moby o Massive Attack (pienso exactamente en ‘Black Milk’ de ‘Mezzanine’); ‘What Makes Me Think About You’ habría encajado en el último de Daft Punk; y ‘Catch Yourself Falling’ es una de esas despreocupaciones que a Alexis Taylor le gusta cantar fuera de Hot Chip, aquí con un puntito chillwave. Puede que hace mucho que no te acordaras de que Sia cantó para Zero 7, pero una vez dentro de la experiencia, ¿a quién desagrada caminar sobre una moqueta?
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘We Forgot Love’, ‘Back to Your Heart’, ‘What Makes Me Think About You’
Te gustará si te gustan: Air, Zero 7, Washed Out
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