‘High Road’, lo nuevo de Kesha, llega al mercado tres semanas más tarde de lo previsto y sin que ninguno de sus singles de presentación, de la gran apuesta de ‘Raising Hell’ a la baladita con Brian Wilson y Sturgill Simpson ‘Resentment’, hayan hecho demasiado ruido.
En primera escucha, el disco co-producido sobre todo por Stint, Stuart Crichton y Drew Pearson, es un compendio de influencias mostrando los diferentes lados de Kesha excepto quizá el más punky. Hay alguna guitarra que podríamos decir influida por Red Hot Chili Peppers, pero la canción ‘Honey’ es un medio tiempo más cercano al R&B de TLC o Lauryn Hill. Hay baladitas intensas como ‘Shadow’, temas al ukelele como ‘Cowboy Blues’, y también retazos urban como ‘Kinky’, en la estela de ‘Fancy’; así como canciones destartaladas y circenses como su propio título, como es el caso de ‘Potato Song’. Llaman especialmente la atención ‘Birthday Suit’, a medio camino entre Lily Allen y el J-Pop gracias a ese sonido Nintendo; y ‘BFF’, una cucada con Wrabel (que parece Adam Levine), en la que ella canta sobre los nervios pre-Grammys.
Pese a que el disco comienza su andadura en Metacritic por encima del 7 sobre 10, el álbum no parece estar entusiasmando al público demasiado de primeras. Hay en nuestro foro de Kesha quien se niega a oírlo, también quien lo defiende y quien lo critica. Victornoe opina: “High Road terminó siendo mejor de lo que esperaba. El title track, Shadow, Honey y Cowboy Blues es una GRAN secuencia. Luego decae hasta que aparece Potato Song, que es Rich White Straight Men 2.0′. En el lado contrario tenemos a Apoarttc: “No he podido ni terminarlo. Me ha parecido un coñazo y se me estaba haciendo larguísimo. Todo lo rescatable que tiene ya lo hizo mucho mejor en el Rainbow, que al final le quedó un disco bien chulo. Esto no hay por dónde cogerlo».
En Popjustice también hay opiniones en ambos extremos. Hay quien afirma «The Potato Song me lo está dando todo», otro usuario dice «Kinky describe mi relación actual así que dejadme pasar la introducción y disfrutar un poquito». Tiene cierta gracia el comentario que dice que «mucho de esto suena como un disco de Macklemore de 2014», y algo menos de imaginación quien concluye «las primeras 5 canciones son basura». Entre quejas sobre más y más canciones sobre «haters», hay quien reprocha: «¿os estáis obligando a que no os gusten las canciones para tener algo que escribir? ¿como un complejo periodístico o algo así? Personalmente me ha llevado 3 escuchas entrar en él». Y quien equilibra: «¿es una obra maestra? No ¿Es un disco divertido y alegre, con corazón y canciones decentes en él?». Sí».