Pero alguien tiene que ganar, en una proto-gala –lo del público virtual sigue siendo raruno– que comenzaba de forma muy dinámica, con un vídeo introductorio que daba paso a las primeras actuaciones, todas seguiditas, de los finalistas. Cantaban las canciones que interpretaron en la gala inaugural de la edición en modo medley… y realmente no hemos podido apreciar un salto destacable en ninguno de ellos. Ni siquiera en Nia, que estuvo tan bien como el primer día con ‘I Like It’. Parecía que el programa iría a todo pasto… y no, pronto empezó el relleno con vídeos de escaso interés, con especial mención a una especie de promos bancarias con charlas supuestamente profundas, pero llenas de topicazos en realidad. También amenizó (es un decir) la noche el tema que han compuesto todos en común, ‘Sal de mí‘, que cantaron todos los concursantes a coro. Y, ya que estaban, se quedaron como figurantes, dando juego a Roberto Leal, eso sí.
Y, obvio, cantaron los presumibles ganadores de esta edición. Comenzó Anaju, que fue muy valiente escogiendo ‘7 Rings’ de Ariana Grande. Es de admirar su apertura de miras, habiendo cantado por C. Tangana, María José Llergo y ahora la diva pop en los últimos tres programas, pero lo cierto es que en los primeros compases se vio que no era una canción para lucirse vocalmente. Pero sí como artista de una manera más global, mostrando presencia y yendo de menos a más, culminando muy arriba y abriendo las piernas en un plano frontal muy poderoso. Eva en cambio fue más hábil, y escogió una ‘People Help The People’ de Birdy más apta para lucirse. Y lo aprovechó: estuvo particularmente bien, aunque sin grandes alardes de emoción. Con una canción tirando a random, era complicado ir más allá.
Flavio fue de los que mostró una mayor evolución desde el inicio del programa, básicamente porque se mostró más vivo y enérgico que nunca antes en el concurso con ‘Death Of a Bachelor’ de Panic! At The Disco. Lo cual no era muy difícil, porque pese a su bonita y singular voz, había venido mostrando una languidez muy cansina. Por suerte, sus 19 años hacen pensar que, si tiene personalidad como intérprete como artista, tiene tiempo de sobra para formarla y crecer. El simpaticón (léase con todo el retintín del mundo) de Hugo, en cambio, acapara todo el desparpajo y el morro que le falta al murciano. Eso le ha hecho crecer como posible ganador. Defendió ‘Radioactive’ de Imagine Dragons con solvencia, mostrando que se desenvuelve con cualquier palo. Si da con el adecuado una vez salga de la academia, puede que le vaya bien. Si no, puede seguir mirando en las tapas de los yogures, a ver qué pasa.
Y Nia ha cerrado por fin la ronda de actuaciones. Desde el primer minuto del programa ha mostrado un poderío en todas las lides muy por encima de todos sus compañeros, y lo ha sostenido muy bien. Tiene un don para el pop, capaz de cantar y bailar simultáneamente con una soltura digna de una profesional. Y sin embargo, ella (o alguien a su alrededor) está empeñada en hacer boleros, ritmos latinos… o baladas como ‘Say Something’. De los cinco finalistas, la canaria fue la que sacó menos partido a sus cualidades (quizá por todas las que tiene) con este insulsísimo tema de A Great Big World y Christina Aguilera. Y puede haberle costado el triunfo.
Tras una actuación en directo de La Oreja de Van Gogh interpretando su último single, ‘Abrázame’, y adelantando que el álbum que la incluye saldrá en septiembre (antes Famous, ganador de la edición 2018, estrenó nuevo single), se han cerrado las líneas para dar a conocer los dos concursantes menos votados y que, por tanto, quedan sin opción de ganar el concurso. Hugo, con un 13% de los votos, ha sido el primero en escuchar su nombre, y Anaju, con un 16% de apoyos, la segunda, siendo por tanto quinto y cuarta en esta edición.
Y a partir de este momento, llega ese absurdo momento de OT en el que el ritmo televisivo se torna agonía, con vídeos y rellenos insufribles. Entre ellos, los tres «superfinalistas» (?) han tenido la oportunidad de volver a cantar otra canción, los singles en solitario compuestos por ellos que cada uno ha sacado en estos meses. Eva sacaba partido a su faceta interpretativa con ‘Dumb’, que por lo visto la ha inspirado el Jim Carrey de ‘La Máscara’; Flavio cantó esa ‘Calma’ que le ha producido Nacho Mañó de Presuntos Implicados de una manera demasiado ortodoxa (que alguien le presente a Vic Mirallas, por favor); y Nia, con la que la dirección echó el resto en cuanto a realización y producción (está claro que en Gestmusic apostaban por ella), aprovechó la plataforma para hacer que su pobre single salsero ‘Ocho maravillas’ pareciera algo más de lo que es gracias a una (otra) fantástica interpretación.
La suerte estaba echada, y la gala, como dijo el propio Iván Labanda desde la academia, estaba siendo larguísima… y más que iba a ser, porque quedaba la despedida de Roberto Leal –oficiada por Samantha con bastante soltura– los alegatos finales y un repaso a las actuaciones de los tres últimos participantes, que despertaron (por increíble que pareciera casi a la una y media de la mañana) unas ganas difíciles de contener de tirar el televisor por la ventana o, como poco, apagarlo. Pero, llegados a ese punto, había que aguantar. Un poco por asistir al show en el que Lola Indigo ha hecho un medley de ‘Mala cara‘, su nuevo single, y ‘4 besos’, cuyo disco de platino le entregaba Roberto Leal. Pero sobre todo por ver de una vez cómo acababa este concurso del demonio: Nia (con un 45% de los votos) se confirmaba como la esperada y esperable ganadora de Operación Triunfo 2020 por delante de Flavio (32% de votos) y Eva (tercera clasificada con un 23% de los votos). ¿Habemus estrella del futuro u otro cesto?