_juno: «Las canciones no tenían que encajar en Zahara o en Mucho, por lo que paradójicamente eran más «de verdad»»

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_juno: «Las canciones no tenían que encajar en Zahara o en Mucho, por lo que paradójicamente eran más «de verdad»»

Esta medianoche se publica ‘_BCN626’, el primer disco de _juno, horas después de que hayamos estrenado el primer single, también llamado ‘_BCN626’, de este misterioso proyecto que ha venido dando que hablar durante los últimos días en las redes sociales. Zahara y Mucho -muy crecido tras el hit ‘Las ventanas se encienden’– llegan a su primera entrevista algo nerviosos, y sin planear bien lo que van a contar sobre su génesis y sobre su historia: no terminan de ponerse de acuerdo sobre si decidieron montar un grupo gracias a lo bien que funcionó un concierto conjunto organizado en el Reina Sofía de Madrid o en Burgos. Lo seguro es que algo muy diferente a sus respectivos proyectos ha surgido por el camino, y también al tema que habían escrito de manera conjunta, el hit ‘Hoy la bestia cena en casa’. Hablamos con ellos en exclusiva.

¿Por qué habéis optado por este secretismo y crear un hype en redes sociales, en lugar de explicar quiénes erais desde el principio?
Martí: «Se ha ido formando un poco de bola. Primero pensaba en The War on Drugs, que anticiparon 5 canciones de su disco y para mí escucharlo ya no fue una experiencia completa y mística. Tardé un año en escucharlo porque me daba como un poco de rabia. Queríamos hacer un grupo nuevo, con normas nuevas y no tener que cumplir con los arrebatos del sistema musical, con las reglas que nos vienen dadas, subir Stories y estas cosas absurdas de ahora. Que no se supiera quiénes somos es más secundario, simplemente una consecuencia de eso».
Zahara: «Ha sido un secreto hasta para amigos, nuestras familias… porque queríamos tener primero el disco. Eso nos ha llevado a guardar este secreto durante un año. Que no fuera «hemos montado un grupo, nos hacemos unas fotos, tenemos 3 canciones» y que quedara en nada. Ya que nadie sabía nada, era atractiva la idea de dar ahora todo el material de golpe».

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¿Cómo surge el grupo?
M: «No lo recuerdo muy bien… Un día me llamó Zahara, que estaba con Ernesto, nuestro mánager, y me dijo: «Tú aún no lo sabes, pero acabamos de montar un grupo tú y yo». Ernesto, fan del rock, decía que era como un sueño que siempre había tenido, que hubiera sinergias entre las bandas que llevaba, tipo Jack White. No tuve posibilidad de decir que sí (risas). Una semana antes hicimos un concierto en el Día de las Museos, con Carmona».
Z: «Quería que tocáramos Mucho y Zahara, pero yo pensé que vaya chapa, un acústico a las 8 de la mañana, así que pensamos en tocar juntos. Nos lo pasamos mejor. Vamos con un Casiotone, hacemos ‘Guerra y paz’… por pasárnoslo mejor. Mientras decidíamos eso, Ernesto y yo estábamos de viaje comentando que el concierto de Zahara y Mucho en Burgos había sido flipante, que queríamos seguir componiendo juntos después de lo de la «Bestia»… Y ahí fue que Ernesto dijo: «ahí veo un grupo»».

‘Hoy la bestia cena en casa’ podría haber influido, porque es una canción distinta a todo que ha funcionado guay, pero tampoco parece el germen, porque el disco no va por ahí…
M: «Es la primera piedra. Ella me manda un texto, y yo hago la canción. No es hacer canciones al 50% como ahora, pero sí nos damos cuenta de que hay un lenguaje musical que funciona».
Z: «Él entendía lo que yo tenía en la cabeza».
M: «No me tenía que explicar nada, estaba sobreentendido por cómo conceptualizamos la música. Aquí es todo al 50%, aunque por los machismos sistémicos la gente entienda que Martí hace los sintetizadores y Zahara canta, pero todo es al 50%: las letras, la producción… todo. Daría la sensación de que ella es la compositora y yo produzco, pero no. Y esa es la diferencia respecto a la «Bestia»».

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«Aunque por los machismos sistémicos la gente entienda que Martí hace los sintetizadores y Zahara canta, todo es al 50%: las letras, la producción…»

No hay autorías aclaradas en los créditos del CD. ¿En qué creéis que se va a equivocar la gente al asociar una canción a cada cual?
Z: «En ‘_BCN626’ el germen es mío, pero la melodía es tan de Martí que hay gente que nos ha dicho: «¡cómo se nota que esta es de Martí!». Mi padre escuchó ‘_El infinito’ y es el germen de un texto de él que yo organizo. Las metáforas son todas suyas. Y mi padre: «¡No puede ser!». Y yo: «¡jo, papá!» (risas)
M: «Al escribir, ella hace mucho texto y luego hace edición, como en los libros, recorta las ideas que funcionan. Y eso ha sido un aprendizaje para mí en este disco».

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Entiendo que el concepto «álbum» era importante para vosotros, porque lo sacáis de golpe…
Z: «Me encanta la inmediatez de componer una canción y sacarla. Pero tenía la sensación de que si queríamos que este proyecto fuera serio y tuviera proyección de futuro, tenía que tener unos cimientos. Si hubiéramos llegado a sólo 4 canciones, habríamos sacado un EP, pero entramos en una dinámica de creación bonita y fructífera. Empezamos a entender las sinergias de pasarnos e intercambiar ideas, arpeggios, melodías, ahora «esto lo cantas tú y es otra cosa», ahora «esto lo canto yo y es otra cosa»… Y nos dimos cuenta de que queríamos contar algo, de que conectábamos. Después de grabar en noviembre ‘_Casamurada’, que fue la última de todas, al volver intentamos seguir con otras ideas, y ya no pertenecen a este disco, estamos en otro lugar de búsqueda».
M: «Cuando haces 3 o 4 canciones, descubres una instrumentación que te genera un mundo concreto. Queríamos explorar ese mundo, y era este disco. No hay órganos, tengo claro qué delay va en este disco… Ese mundo de repente se agota como una pantalla de Supermario y pasas a una musicalidad diferente. Tenemos curiosidad por ver cómo será lo siguiente de _juno. Yo veo un caminito».

Pero esperad que la gente escuche el primero, ¿no?
M: «Es que los tiempos son muy diferentes, desde que haces un disco a cuando se presenta…» (risas)

En este hay una producción fantasmagórica, un poco banda sonora de terror indie como para ‘A Ghost Story’…
Z: «Hay una fantasma en la ‘_Casamurada’, María. Yo es que los veo. La Casamurada es un estudio precioso en Tarragona y todo el que ha ido ha notado una presencia».
M: «Hicieron un exorcismo los dueños de la casa. Es una casa milenaria».
Z: «Yo dije que había fantasmas, y los dueños nos dijeron que los habían exterminado. Yo dije: «habéis exterminado arriba, pero abajo no». Yo los siento y a veces los veo. No es que crea o no crea. Es que los veo. Ya veo el titular: «veo fantasmas» (risas), y a la mierda toda la entrevista (risas). Pero esto me pasa, no me avergüenza».

Bueno, está el disco de La Bien Querida de ‘Brujería’, sobre cuando su padre hacía espiritismo, y el caso de Aldo Linares colaborando en Cuarto Milenio…
M: «Hay cosas extrañas en esa casa».
Z: «Yo creo que hay gente que ve cosas y yo las siento. El penúltimo día iba María pegada a mí todo el día».

Todo el disco tiene un ambiente fantasmagórico, realmente, no solo ‘_Casamurada’. No sé qué habéis estado escuchando…
M: «Allí el disco da un salto, porque está grabado aquí en mi estudio. Era más digital, y más seco. Allí amplificamos la parte más electrónica. La CasaMurada tiene dos pozos para hacer reverbs, como la sala de eco de Abbey Road, pero en plan natural, para que la electrónica sea más orgánica y no viva en el ordenador. Escuchamos mucha electrónica para hacer el disco, el disco de remixes de Sufjan Stevens de ‘Carrie & Lowell’, ese tipo de electrónica pequeñita, una electrónica doméstica, íntima, que te abrazara un poco».
Z: «Hemos escuchado mucho a Billie Eilish, pero tampoco había unas referencias concretas. Él tiene un amplio espectro y yo también y coincidimos en un 80%. Traíamos una base parecida, no era como «esta canción debería ser esto». Es que adonde íbamos nos gustaba porque eso estaba ya ahí».

Pero _juno es bastante distinto a Zahara y Mucho…
Z: «Por eso nos dábamos cuenta de que esta música no era para él ni para mí».

Zahara: «Yo pensaba que la electrónica era un coñazo»

En «Domingo» y «Manitoba» os recreáis especialmente en largos pasajes electrónicos… Igual os ha dado por el ambient…
Z: «Escuchamos mucha música instrumental, eso es algo que sí he aprendido con él, en la gira de ‘Astronauta’ me pasaba mucha música de James Holden, Caribou, Floating Points ahora… Cuando no conoces la electrónica te parece repetitiva, machacona, cuadriculada… y la verdad es que los patrones se mueven todo el rato, donde sientes que estaba el bombo ya se ha ido desplazando y hay otra cosa… Es fascinante, no te das cuenta y no paran de pasar cosas. Yo pensaba que la electrónica era un coñazo» (risas)
M: «Con el ambient pasa lo mismo».
Z: «Cuando no conoces algo, lo normal es rechazarlo. Cuanto más escuchas, más matices le ves. «Manitoba» viene de un arpeggio de cuando estoy aprendiendo piano. Cuanto más deformaba la música, más me fascinaba, más se parecía a esta música con la que estaba conectando».
M: «A mí ‘Domingo de resurrección’ me suena a Pink Floyd, «Manitoba» a ‘Welcome to the Machine’, y hace 10 años que no escucho Pink Floyd. Ella hace más referencias a artistas modernos, pero tengo tal mezcla de música en la cabeza que ya no sé si es una referencia directa o un cacao que tengo montado».

En ‘_Casamurada’ encontramos mosquitos, un cuerpo desnudo, sexo… Todo este costumbrismo y fantasmas los encontramos en todo el proyecto. ¿Cómo ha evolucionado desde que empezó?
M: «Empieza con ‘Los otros’, que no empieza como una canción de _juno»
Z: «Es una canción para el disco de Zahara, es una historia de una amiga que lo está pasando mal y yo empiezo a sacar su historia. Él coge la frase «siempre hay una vida esperando» del boceto, pero al contrario que la «Bestia», que enseguida estaba hecha, esta canción requería de más trabajo… ‘_BCN626’ viene de una idea muy David Lynch de estar en un hotel. ¿Sabes esa escena de ‘Carretera perdida’ en la que un personaje dice: «ahora mismo estoy en tu casa. Llama a tu casa y verás cómo estoy allí»? Estoy imaginándome a mí misma. Es mi fantasma. Es esa cosa de verte a ti misma a través de la ventana».
M: «Ahí empieza el rollo de escribir textos los dos. Y ahí está el grueso del disco».
Z: «Ahí es cuando nace _juno de verdad. Vamos a hablar de cosas que están pasando, cómo te sientes tú, cómo me siento yo. Cada vez se vuelve más metahistoria. Empieza el proyecto cuando se juntan dos personas para escribir. Y ‘_Casamurada’ son dos personas hablando de lo que está pasando. Sentimos que es un disco porque ha pasado ese viaje. Un viaje en el que se iban liberando los egos».
M: «He afrontado cada canción liberado del ego personal, como pensando en el proyecto. Cuando escribo para Mucho pienso en mí, todo el rato mi mierda, veo un político en televisión, me enfado y escribo. Y aquí pensaba en un ente, liberado del ego. No está esta cosa predominante de sacar mis mierdas, sino que queríamos hacer algo bonito».

«Las canciones no tenían que encajar en Zahara o en Mucho, y paradójicamente eran más «de verdad». Se da esta contradicción: te liberas de ti, pero en realidad das más de ti»

Habláis de _juno como algo ajeno, historias de amigos… pero el proyecto es muy intimista, y hay un componente sexual que va en el single.
M: «Son historias propias o ajenas, nos da igual, creemos que no es importante. También está el misterio de la música: las letras te dirán todo».
Z: «Cuando yo hago una canción para mí, tengo mis normas y es para mí. Aquí al pensar para otro proyecto sucede una cosa: al liberarme de contar lo mío, eso hacía que fuera tan libre… no tenía que encajar en Zahara o en Mucho, y paradójicamente era más «de verdad». Se da esta contradicción: te liberas de ti, pero en realidad das más de ti. Al estar protegido por este ente, resulta que eres más tú».
M: «Hablar de sexo me parecía incómodo, y aquí me sentía liberado. Quería hablar de cosas bonitas, y no de política. Yo nunca había cantado tan íntimo, me daba vergüenza grabar voces a mí, a ella no, que no le ha dado nunca (risas) y eso es porque estoy sacando mucha verdad. Te despojas de ciertos miedos y vainas que tienes para no mostrarte del todo. Es la broma de tener al animalillo «junito»: ha funcionado para liberarse y sacar mucha verdad».

En las imágenes sois un chico y una chica en una cama, el ente que vendéis es una pareja…
M: «Vendemos amor».
Z: «Vendemos una historia de amor».

¿Pero que es real? Los de las fotos sois vosotros, no son modelos…
M: «Todas las respuestas están en las letras».
Z: «Ha sido bonito contar una historia de amor. Creemos que las canciones hablan de la verdad. Que esté personalizado o no directamente en nosotros, puede ser un cotilleo de verdad o no, pero no tiene nada que ver con la temática de las canciones. Las canciones hablan de lo que yo siento, o él siente.»

Martí: «Hablar de sexo me parecía incómodo, y aquí me sentía liberado. Quería hablar de cosas bonitas, y no de política»

El disco se grabó el año pasado, ¿pero le ha afectado el confinamiento?
M: «No ha habido rodaje de vídeo por el confinamiento. y ha afectado al mástering».
Z: «Queríamos masterizar con Heba Kadry, que ha trabajado con Björk, pero justo era en marzo y no podía ir al estudio. Y el videoclip queríamos que tuviera un audio nuevo, como en directo y que los sintes te llevaran a otro lugar».

¿Respecto a la presentación en vivo?
Z: «Teníamos la idea de no tocar, porque nos iba a coincidir con las giras de Zahara y Mucho. La idea era: «Escuchadlo y ya haremos una gira de _juno». Ahora no sabemos qué va a pasar ni con Zahara, ni con Mucho, ni con nada» (risas)
M: «Abel Molina tenía el proyecto de hacer un vídeo con personas humanas y al llegar el confinamiento, lo que hace es más un trabajo de post-producción. Nos ha venido bien, providencialmente, que cree estos personajes que hemos podido subir en Twitter como teaser».
Z: «Ha podido sacar cosas que con nosotros no se habría podido. Además cada canción tendrá unos visuales».
M: «Respecto a actuar, me encantaría decir «podemos ser como los Beatles», y dedicarnos a hacer canciones. Pero el otro día vi un vídeo del Palencia Sonora, con Mucho, con Zahara, con Iván Ferreiro… y me dieron todos los males, tengo muchas ganas de tocar. Pero he perdido un poco la esperanza. Seríamos solo ella y yo en el escenario, con un mundo especial, muy vivo y cada día un concierto diferente. Ojalá se pueda hacer. Si no, pues los Beatles y ya está» (risas)

¿Qué expectativas tenéis?
Z: «Tienes ilusión, queremos que llegue a la gente, si no te lo quedas y te lo pones tú 20 veces. Hemos puesto mucho amor, pero nace de la falta de pretensión comercial. Ricky (Falkner) dijo que boicoteamos todos nuestros hits. Dijo: «Me ha encantado la de la ‘_Casamurada’, pero boicoteáis todos vuestros hits».

Se me ocurren formas de hacer un proyecto chico-chica bastante más comerciales…
M: «Cada uno canta unas partes, no queríamos que pasara esa cosa de un dúo tipo Pimpinela…»

«Hemos puesto mucho amor, pero _juno nace de la falta de pretensión comercial. Ricky (Falkner) dijo que boicoteamos todos nuestros hits»

¡Pero si ya nadie lo hace!
M: «Pero no nos casaba la idea» (risas)
Z: «Había una obsesión de poner unas normas artísticas en _juno, y la principal era hacer lo que nos apeteciera, que no hubiera una norma comercial. Estamos ya bastante presos de eso de manera más o menos directa en nuestros proyectos: aunque luches contra ello es inevitable. Aquí partes con 0 oyentes, y no anula nada. Ojalá llegue a la gente porque nos parece muy bonito».

Hay temas llamados ‘_Déjame entrar’, ‘_Los otros’, ‘_A dos metros bajo tierra’… pero no todos son pelis o series, ¿no?
Z: «No, pero a mí me pasa en Zahara: ‘David Duchovny’, ‘Donde habitan los monstruos’… Como este disco es tan autorreferencial, las pelis, las series, todo eso está. Y me parece liberador contarlo. Como escuchar los huevos batiendo (en la última canción). Ya verás su vídeo, es mi momento favorito».
M: «Le hace ilusión ese instrumento nuevo» (risas)
Z: «¡Los batí yo!».

Me gusta ‘_BCN626’ como para un anuncio de hoteles. Habla de «lo que solo se hace en los hoteles»… ¡que no en un AIRBNB!
Z (risas): «Cuando eres músico, vives mucho en los hoteles y nunca vuelves cotidiano un hotel, aunque te sientas más cómodo».

«La casa lleva el peso de la rutina, sobre todo sexual. Una misma pareja se comporta de una manera y de repente en un hotel, «fiestón».

Y lo dices como algo bueno.
Z: «La casa lleva el peso de la rutina, sobre todo sexual. Una misma pareja se comporta de una manera y de repente en un hotel, «fiestón». Y en casa si se te derrama una botella es un drama, pero un hotel te da libertad: «¿se ha derramado? ¡No pasa nada!» Que no digo que eso sea bueno (risas), pero tienes una falsa idea de libertad. Un hotel tiene sus propias normas, cuando cierras esa puerta, lo que sucede es solo tuyo».

Hay un momento en esa letra que te entendía la palabra «pene», pero ya he visto que no…
Z: «¡NOO! ¡Que no digo pene!». (risas)

El caso es que hay un componente sexual con el que es difícil lidiar…
Z: «Es lo que decía de normas y autoexigencias. Con Zahara si me propongo hablar de sexo, no puedo, ni pa’atrás. Estoy condicionada por una premisa. Aquí me cuadra. Estaba con el Casiotone haciendo unos acordes que no sabía y como que salía. No había ninguna intención, no sabía si esa canción era el inicio de algo o no. Y como no sé si lo voy a cantar…»
M: «Hay una falta de censura radical».
Z: «Porque a lo mejor lo canta él, hay unas más de mí que canta él y unas más de él que canto yo. En ‘_Déjame entrar’ sí estaba claro que la primera parte es la mía, pero en las otras tenía esa libertad…»
M: «Es como «estoy diciendo guarradas, pero que las cante otro»»…

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