La decepción que desde el punto de vista comercial -y para muchos también desde el artístico- había supuesto ‘Impossible Princess’ se resarció con el «comeback» de ‘Spinning Around’, el primer single de ‘Light Years’, que logró darle otro número 1 tanto en Australia como en Reino Unido. Concentrado en lo que Kylie sabe hacer mejor, el tema era un número de baile, pero ya no tan ochentero, como inmerso en los sonidos del nu-disco de finales de los 70 bajo la co-autoría de Paula Abdul. La producción de Mike Spencer, que después trabajaría con Jamiroquai, Rudimental o Emeli Sandé, no ha envejecido tan bien como la del disco posterior, ‘Fever’, pero como temazo, es incuestionable, acompañado además de un vídeo en shorts dorados que causaron furor («Nunca pensé que se hablaría tanto de unos shorts de 50 peniques»). Su letra anima a salir adelante y se muestra a favor del cambio, en sintonía con lo que estaba haciendo entonces la carrera de Minogue…
El primer single de ‘Aphrodite’, el álbum de 2010, es indisociable en España del paso de Kylie Minogue por el Orgullo de Madrid, lo que incluyó durante su promoción una versión en castellano inenarrable llamada ‘Los amores’, grabada como desde debajo de la cama de un sótano de Whitechapel. A pesar de esto y de lo que la canción se parecía en espíritu cósmico a ‘I Believe In You’, ‘All the Lovers’ parecía su versión mejorada (el estribillo y las estrofas casan mejor) y fue un gran primer single para el disco, sobre todo si rememoramos su orgiástico vídeo, cuya montaña humana deseas no ver terminar jamás.
El tercer disco de Minogue no se quedaba en ‘Better the Devil You Know’: mostraba una buena producción a medio camino entre la que había sido su filosofía ochentera y los ritmos que empezaban a sonar de los 90, y para muestra el remix diferente del single de 7 pulgadas y del vídeo de la trepidante ‘What Do I Have To Do’, buscando llevar a Kylie a otros lugares. Al final era ella quien nos sumergía en otro tipo de clubs en estos 3 minutos y medio de euforia que lo mismo podían agradar a los raveros de la época que a la última Azealia Banks.
Ideado inicialmente para la cantante sueca Pandora, Kylie supo hacer suyo totalmente este ‘On a Night Like This’ que se sitúa en el punto medio justo entre el europop de Saint Etienne y el estribillazo de Jennifer Lopez. También parece haber alguna conexión con el pelotazo que acababa de pegar Cher con ‘Believe’. Puede que su vídeo inspirado en ‘Casino’ de Martin Scorsese no fuera el más sofisticado de su carrera, pero al menos sí acentuó la sensualidad que desprendía la composición, algo muy evidente en esos «You kiss me, you touch me» que aparecen susurrados.
El segundo single de ‘Rhythm of Love’ tenía muy poco que envidiar al primero. En este ‘Step Back In Time’ de melodía espléndida, Kylie nos proponía viajar atrás en el tiempo cuando no encontremos nada de música actual que nos satisfaga. En concreto esta producción tiene pasajes realmente disco, pero también se asoman en un par de momentos guiños al acid y al primer hip-hop, de manera que, reescuchada hoy, parece que el rapero o rapera de moda va a asomarse para marcarse un featuring en cualquier momento (como sucedía después en el remix de ‘Shocked’ del mismo disco). Una canción, por tanto, clásica, pero también avanzada que no ha faltado en recopilatorios como ‘Greatest Hits’ o ‘Ultimate Kylie’.
Kylie fue pionera en trabajar con Calvin Harris, haciéndolo tan pronto como en 2007. Cuesta recordarlo pero hubo un momento en que el autor único de ‘We Found Love’ no contaba con más éxito que ‘Acceptable in the 80’s’. Harris trajo a ‘In My Arms’ alguno de sus sintetizadores retro favoritos en aquella época, conectando con su bonita melodía («how does it feel in my arms?» es uno de sus estribillos más tarareables), y despachándolos de manera sincopada, logrando que sea imposible no bailar en sus entradas y salidas.
Kylie había colaborado con Pet Shop Boys un par de veces. Además de ‘Falling’ de su disco ‘Kylie Minogue’ de 1994, Kylie era la voz femenina de ‘In Denial’, un tema del álbum de 1999 de Pet Shop Boys, ‘Nightlife’, en el que sacaba a un padre del armario. Pero en realidad su colaboración estrella parece esta sin serlo, favorita clara de sus fans pese a que su euforia histriónica y sobreactuada queda más cerca de ‘New York City Boy’ que de la perfección de ‘Go West’. Curiosamente, esta composición en la estela de Village People estaba en verdad co-escrita por Kylie junto a Robbie Williams y Guy Chambers, cuando aún no sabíamos de la obsesión de Robbie por Pet Shop Boys. Faltarían 6 años para que Robbie publicara su tema ‘We’re the Pet Shop Boys’, producido por Pet Shop Boys. En cualquier caso, un buen single que mereció más éxito, al menos más éxito que ‘Kids’, el dúo con Robbie Williams que más que nada era una canción de Robbie Williams con Robbie Williams.
En un momento en que parecía que Scissor Sisters se iban a comer el mundo, sus autores principales Jake Shears y el hombre entonces tan conocido como Babydaddy escribieron con Kylie este ‘I Believe In You’, un inédito para el correspondiente recopilatorio de la época. La canción volvía al espíritu electro tras la pausa de ‘Body Language’, pero aquí añadiendo un espíritu cósmico-onírico, merced a unos sonidos claramente adoptados de Kraftwerk, y a su vez sorprendiendo al integrar cuerdas sintetizadas. Un tema más que apañado teniendo en cuenta los holgazanes cortes que se han grabado como relleno para «greatest hits» a lo largo de la historia.
Desde ‘Can’t Get You Out Off My Head’, el público esperaba enloquecido que Kylie volviera a tener un éxito similar. Tras la decepción que para muchos supuso ‘2 Hearts’ como adelanto de ‘X’; muchos vieron en ‘The One’ un posible hit. No pasó nada con él ni siquiera gracias a un buen remix que reforzaba su carácter bailable, y a toro pasado es posible que no lo mereciera, pero sí forma parte de la pequeña historia de «Koala» como una de sus mejores canciones electro, de espíritu trance, letra egocéntrica e irresistible ritmo morse.
‘Magic’ no es la explosión de música disco en el año que petó ‘Future Nostalgia’ de Dua Lipa: contiene más bien una melodía melancólica, como recordando el día en que de hecho las pistas de baile estaban abiertas, mientras la letra nos ofrece la fantasía de que los amantes de este tipo de música puedan volver a desmadrarse «esta noche»: «Bailar juntos / no hay nada que pueda ser mejor / El mañana no importa / haremos que la noche dure para siempre». La gran baza de la canción está en su melodía y en sus arreglos clásicos. En cuanto a lo primero, el tipo de acordes de piano, más que a Chic, nos lleva al Nueva York de unos años atrás, al Brill Building, a Carpenters o a Carole King y Gerry Goffin; en cuanto a lo segundo, el desarrollo del tema, al que se van incorporando vientos y cuerdas de soul-disco, apunta más bien al sonido Philadelphia.