Thurston Moore / By the Fire

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Thurston Moore / By the Fire

‘By the Fire’ es la continuación del anterior disco de Thurston Moore, ‘Rock N Roll Conciousness’. Su pareja, Radieux Radio, vuelve a encargarse de las letras, Deb Googe (My Bloody Valentine) se mantiene, aniquiladora, al bajo, si un disco cerraba con ‘Aphrodite’, este acaba con ‘Venus’… Aunque algunas cosas han cambiado. Paul Epworth sólo produce un tema, ‘Breath’ que, además, es el único en que colabora Steve Shelley. Las percusiones son, básicamente, obra de Jem Doulton.

Pero la continuidad más reseñable radica en que Thurston permanece en la senda más Sonic Youth, desarrollada en temas largos, larguísimos, aquí aún más extendidos y abundantes que en ‘Rock N Roll Conciousness’, lo que resulta en un disco de duración extenuante. Sus 82 minutos casi duplican los 42 del anterior. También ha bajado un poco la velocidad de los temas en general. ‘By the Fire’ continúa siendo asfixiante, pero algo menos directo, contiene más recovecos y… resulta aún mejor disco. Tiene mucho de deslumbrante y adictivo; su conjunto, aunque largo, es mucho más redondo y cohesionado. Y, paradójicamente, es de mejor escucha.

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El amenazante inicio post punk de ‘Hashish’, sus punteos de bajo y guitarra alternados hasta que estallan, ya sirven para que afilemos colmillos. Pero los guitarrazos marca de la casa, reconocibles, familiares, con los que abre ‘Cantaloupe’ han de alterar el cuerpo de cualquier fan de Sonic Youth: atmósfera sofocante y sexual, nube de distorsión, pegada melódica… Purito rock’n’roll sexy marca de la casa, que recoge lo mejor de los hits de la banda autora de ‘Daydream Nation’.

Pero donde emerge el disco como campeón es en las tonadas largas. ‘Breath’ (más de diez minutos) empieza acústica para, a los dos minutos, arrearnos con la batería galopante de Shelley y los guitarrazos pletóricos de Moore y, a continuación, aparcar el peligro inminente para convertirse en una pieza de lo más erótico-festiva, casi bailable. ‘Siren’ (doce minutos) arranca dulce y se desarrolla en un emocionante crescendo hasta que se empieza a nublar, se oscurece. Pero al final el sol vuelve a salir, calmo. Aunque el «tour de force» es ‘Locomotives’, dieciséis minutos, con un primer segmento de batería marcial y ferroviaria y ambientación onírica. Su latente amenaza va aumentando, y en el segundo segmento lo onírico muta a pesadilla. Su tercer segmento suena a locomotora oxidada, y es lo más cercano al ruidismo y a la abstracción de todo el disco (el cierre recoge todo lo anterior pero en forma de canción más convencional pero efectiva). Y ‘Venus’, el petardazo final de trece minutos, suena a hangares de avión, a bola de distorsión creando vórtices, succionando.

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‘By the Fire’ no alcanza la categoría de terrorismo sónico de My Bloody Valentine o el desquiciamiento de los temas más esquinados y vanguardistas de Sonic Youth, pero es una sublimación de la fórmula. Ruidaco, sí, pero con la capacidad de involucrar y emocionar. Thurston Moore es otro de esos clásicos veteranos que han conseguido reivindicar y reinventar su glorioso pasado sin sonar trasnochados o falsos, sino palpitantes, actuales.

Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Cantaloupe’, ‘Breath’, ‘Siren’, ‘Venus’
Te gustará si te gustan: Sonic Youth, My Bloody Valentine, Swans
Youtube: vídeo de ‘CANTALOUPE’

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