No todo fueron bajas en el año de pandemia. No todos los festivales cancelaron o pospusieron sus ediciones de 2020. También hubo alguno que se las arregló para nacer. Fue el caso de El Bosque Sonoro, que debutaba el pasado mes de septiembre situándose en Mozota, Zaragoza, un localidad de 60 habitantes, reuniendo a 3.000 personas bajo las condiciones que permitió la pandemia.
Los artistas que actuarán este año serán Novedades Carminha y Media Punta (el jueves 1 de julio); Viva Suecia, que acaban de fichar por Universal (el viernes 2 de julio), La Habitación Roja y Niños Mutantes (sábado 3 de julio por la mañana), Iseo & Dodosound e Irregular Roots (mismo sábado, pero por la noche), mientras el domingo 4 será el turno de La Pegatina con Samba da Praça (13 horas) e Iván Ferreiro (22 horas). Las entradas ya están a la venta. Aunque el cartel en este tipo de eventos es lo de menos al lado del significado del ciclo en un entorno natural en la llamada «España vaciada». Los protagonistas este 2021 serán los llamados «nidos».
La fórmula «nido» permitirá en dichas fechas acudir al festival y bailar de pie «con todas las medidas de seguridad en tu grupo burbuja». Dice la organización: «Los nidos serán espacios delimitados con capacidad para cuatro, cinco o seis personas y contarán con una barra lateral donde recibir los pedidos de comida y bebida realizados a través de una app y restringir así los movimientos dentro del recinto y no perder ni un detalle del escenario». La fórmula permite a los asistentes estar de pie, amparándose en varios estudios universitarios que recuerdan que bailar mejora la salud mental, así como nuestro propio cuerpo.
Los nidos están hechos de esparto y estacas preservando el medio ambiente, mientras la gastronomía también se preocupa de elaboraciones sostenibles. Además, por cada entrada vendida se plantará un árbol en la zona más degradada de Mozota a través de la plataforma Tree Nation. El proyecto El Bosque Sonoro es posible gracias al patrocinio de cervezas Ambar y su compromiso con los «valores de sostenibilidad que El Bosque Sonoro representa: amor por el territorio, la cultura y el medioambiente».
En la presentación del evento, la concejal del Cultura de Mozota Rosana Sanz recordaba que El Bosque Sonoro «surgió de la autogestión, de algunos vecinos, ¡que son profesionales de la cultura. Fue una oportunidad para dinamizar para que el día de mañana las hijas y nietos de los vecinos mantengan el nexo con el pueblo y ellos acaben enriqueciéndolo». La edil subrayaba la importancia de las instituciones, porque “tan importante son las iniciativas como tener apoyo”. Por su parte, los organizadores de El Bosque Sonoro, que responden a los nombres de Sr. Búho, Sr. Conejo y Sr. Lobo agradecían “todo el apoyo del pueblo” y han querido dejar claro que «lo importante de esta iniciativa es Mozota, sus vecinos, la flora y la fauna del bosque». Además, hacían hincapié “en la gente del sector cultural, que lo está pasando muy mal, sin ayudas”.