Según datos de IMDB, hay 380 películas, series y cortos donde aparece el monstruo de Frankenstein. ‘Monster’ podría ser la 381. El vídeo de Paloma Faith es una variación, en clave feminista y serie B, del relato creado por Mary Shelley.
El doctor Frankenstein se pone el delantal y los guantes como si fuera a fregar los platos, y empieza a crear vida. Vida femenina. El laboratorio donde trabaja es una mezcla de la típica mansión gótica de las películas de la Hammer, el sangriento laboratorio-celda de ‘Carne para Frankenstein’ (1973), las estancias con iluminación ochentera de ‘La prometida’ (1985), y la iconografía exploitation de un filme de Jess Franco. Todo ello rodado con el ritmo y el manierismo camp de un capítulo de ‘American Horror Story’.
El final de ‘Monster’ es un acto de venganza feminista que tampoco rehúye los tópicos del género: el ataque de una bola de carne picada que parece recién salida de la nevera de ‘La casa de Jack’ (2018), y una caída a la típica piscina llena de liquido muy caliente, corrosivo y humeante que no puede faltar en este tipo de laboratorios de mad doctors.