Es, desgraciadamente, una de las noticias de la semana: el actor estadounidense Michael K. Williams ha sido hallado muerto en un apartamento de Williamsburg, Nueva York, a la edad de 54 años. Se sospecha que el actor ha sufrido una sobredosis de heroína.
Conocido por su papel de Omar Little, un astuto atracador de narcotraficantes homosexual residente en Baltimore, en ‘The Wire’ (2002-2008), Michael K. Williams es considerado uno de los mejores actores de televisión de su tiempo y no solo por dicho papel, calificado como el «más memorable en una serie llena de personajes memorables», y por el que Barack Obama se rindió a sus pies, sino también por otros considerados igual de buenos o casi, como sus roles de Chalky White en ‘Boardwalk Empire’ y de Montrose Freeman en ‘Lovecraft Country’.
Era especialmente característica la cicatriz facial de Michael K. Williams, resultado de una brutal pelea en la que se vio involucrado a los 25 años. El actor llegó a declarar que la cicatriz le había cambiado la vida y así fue: cuando el rapero Tupac descubrió una foto de él en una agencia de actores le invitó a aparecer en la película ‘Bullet’ (1996), la segunda de su carrera. El actor nacido en Brooklyn terminaría participando en más de 50 películas y 25 series de televisión, de ‘Ley y orden’ y ‘CSI’ a ‘12 años de esclavitud‘, entre muchas otras.
Últimamente, Williams había hablado públicamente sobre sus problemas de adicción y de salud mental y afirmado que había empezado a acudir a terapia para «desentrañar al crítico en mi cabeza y el modo en que este ha afectado a mis acciones, a cómo respondo a ciertas situaciones, a mis relaciones».