Este 20 de septiembre se han cumplido 10 años desde el lanzamiento de ‘Call Me Maybe’ de Carly Rae Jepsen. El primer single de ‘Kiss‘ vio la luz a las puertas de otoño de 2011, si bien su éxito se extendió en verdad a lo largo de todo 2012 después de que Justin Bieber tuiteara (el diciembre anterior) que ‘Call Me Maybe’ es «posiblemente la canción más pegadiza que he escuchado». A partir de ese momento se encadenaron sin cesar las parodias de ‘Call Me Maybe’ y su vídeo, convirtiendo ambos en uno de los fenómenos pop del año.
‘Call Me Maybe’, que habla sobre una chica que está enamorada de un chico que después se descubre que es gay, consiguió lo que ninguna otra canción o disco de Carly han conseguido después, conquistar al público generalista. Así describíamos la canción en la lista de mejores canciones de 2012: «Si ha habido una canción capaz de hacer sombra al (a la postre) insufrible Gotye este verano, esa ha sido la de esta canadiense, que se ha metido en el bolsillo hasta a los heteros más heteros del mundo, que han terminado haciendo cientos de parodias del vídeo (y del tema), algunas más saladas que otras. Canción tramposa y facilona donde las haya, pero también tan pegajosa que puedes cantarla como si no hubiera un mañana desde la escucha número uno».
Una década después, ‘Call Me Maybe’ sigue siendo el mayor éxito de Carly Rae Jepsen y probablemente lo será para siempre salvo milagro de última hora. La crítica especializada pudo haberse derretido con el pop sofisticado de ‘EMOTION’, uno de los discos clave del siglo XXI, pero, a pesar de que Carly ha demostrado ser una artista de álbumes comprometida y seria en los años posteriores al lanzamiento de ‘Call Me Maybe’, a ojos del gran público sigue siendo una «one-hit-wonder» y ‘Call Me Maybe’ es la canción de Carly que sigue en la imaginería popular.
¿Para bien o para mal? ‘Call Me Maybe’ ha existido siempre en esa ambivalencia entre ser una canción buena o mala dependiendo de a quién preguntes, como ‘Break My Stride‘ de Matthew Wilder o ‘Barbie Girl‘ de Aqua. Su sonido de pop barroco ultra sintético e infantiloide, plasmado en unas cuerdecillas que no pueden sonar más falsas y también en un videoclip donde Carly aparenta 18 años en lugar de los 25 que cuenta en ese momento, es decir, es muchísimo mayor de lo que sugiere la canción, lo cual ya resulta chocante de descubrir en su momento; conforman una grabación de la que Carly se ha querido distanciar a todas luces en sus dos álbumes posteriores y con razón. Puede ser pegadiza pero suena a música de niños.
Es esclarecedor que ‘Call Me Maybe’ provocase reacciones tan adversas ya en su momento. La canción está diseñada para ser insoportablemente pegadiza y, por lo tanto, el público la recibió con los brazos abiertos hasta que no pudo más con tanta glucosa concentrada. En 2021 sería de necios decir que es «mala»… ¿triunfaría tanto una «mala» canción cuya melodía recuerdas aunque no la hayas escuchado activamente en 10 años? Seguro que Rick Astley sabe algo de esto. Porque sí, ‘Call Me Maybe’ también es una canción-meme: no te la puedes tomar demasiado en serio pero a todo el mundo le gusta. Aunque la odie. Y eso en sí mismo es un éxito.