‘ERA’ de León Benavente es nuestro «Disco de la Semana», pues de nuevo vuelve a venir cargado de singles (‘Líbrame del mal’, ‘Di no a la nostalgia’, ‘Canciones para no dormir’) junto a otros temas con enorme potencial para sus directos (‘Mítico’, ‘Todas las letras’) y canciones de gran calado (‘Persona’, ‘La gran muralla’).
El grupo se embarca desde este fin de semana en una gira tan larga como es habitual (fechas en su web) y tengo la suerte de poder volver a hablar con Abraham, Luis, Edu y César sobre lo que representa este disco para ellos. Como siempre, César (batería, percusiones) es el más dispuesto; Edu (bajo, sintetizador), el más llano; Luis (guitarra), el más callado, aunque cuando hable, sentencie; y Abraham (voz) el más distante, pese a que siempre sea amable. Una charla que vuelve a poner sobre la mesa su conciencia de grupo y su humildad: con exactamente el doble de oyentes que Triángulo de Amor Bizarro, parece que les daba cierto complejo preguntar a los gallegos si querrían colaborar con ellos. Esta
y otras curiosidades, bajo estas líneas. Foto: Cecilia Aha.
¿Qué significa este disco para vosotros respecto a otros discos de León Benavente? ¿Qué implica esta nueva ‘ERA’?
Abraham: «Los discos son una fotografía del momento, del trabajo de los últimos 2 años y de las vivencias de esos 2 años. Sin ser conceptual, el título nos da un hilo conductor que habla sobre el paso del tiempo, sobre lo que «ya no es». «ERA» es una palabra polisémica que habla también de un nuevo comienzo y se puede entender como un disco post-pandémico, pero aunque no hubiéramos vivido la pandemia, creemos que podría haber salido el mismo disco».
Para mí el disco habla de las nuevas tecnologías, hay cierta crisis existencial, mucha frustración…
César: «Más que de la frustración va de la ambición. Somos muy ambiciosos desde el punto de vista artístico, a nivel producción y a nivel composición al afrontar la canción. Tú hablabas de «frustración», pero es la frustración por un avance. Hemos evolucionado para ponerle otros trajes a la canción que no habíamos usado antes. ‘La cámara de ecos’ es un 3×4 que no habíamos usado antes, es una canción más clásica, tiene un piano, que es un instrumento que nunca había aparecido en un disco de León Benavente, incluso una acústica. Y luego están las máquinas que te hacen estar en el presente».
A: «Nunca habíamos metido una instrumentación tan años 70 como ‘La cámara de ecos'».
Pero el resultado en general no es tan diferente, ¿no?
C: «Musicamente sí, el traje es otro. Lo que hay detrás de letras y melodías vocales te lleva a otro lugar, no te lleva al rock del primer disco de León Benavente».
A: «La personalidad es la nuestra, somos las mismas personas y llevamos mucho tiempo haciendo música, pero el primer motivo que unos une es intentar hacer algo distinto. Bien sea la electrónica o lo que sea, son medios para llegar a un fin que es hacer un disco, intentar no hacer la misma fórmula: hacer discos lo más distintos posible dentro de que somos las mismas 4 personas. A lo mejor viene alguien y dice «a mí este rumbo no me gusta», y otro que dice «esto ya no es León Benavente». También nosotros estamos muy metidos y muchas veces ves un cambio claro como ‘Mítico’, y hay gente que no lo ve».
C: «Tampoco buscábamos algo rupturista, ha sido un proceso natural como músicos. Está claro que para ser rupturistas tendríamos que hacer algo más radical».
En ‘Mítico’, ¿qué representa el uso de voces distorsionadas?
A: «Es para matar al cantante, nada más (risas) Todo lo que suena en las estrofas es un octavador de voz, un efecto que se suele usar para complementar la voz. En este caso decidimos quitar la voz original y es como cargarse al cantante, que está muy bien de vez en cuando (risas).
Por un lado, decís «no a la nostalgia», pero la música es muy 70’s y principios de los 80’s, ¿no? Que también es nostalgia…
Edu: «También es muy 90’s, muy 2000, muy 2020».
¿El qué de 2020?
E: «No te lo voy a decir, hay que descubrirlo oyendo el disco (risas) Tenemos el don de coger de aquí y de allí sin que sea explícitamente nada».
«Tenemos el don de coger de aquí y de allí sin que sea explícitamente nada concreto»
Yo creo que ya hemos hablado que es la personalidad de León Benavente y la clave de su éxito, pero la base me sigue pareciendo kraut, o muy principios de los 80.
L: «Viene por las influencias adquiridas, pero no es nostalgia. La nostalgia es mirar atrás y querer quedarte ahí».
C: «Tienes una visión kraut del disco pero en este disco no hay nada de kraut. Es más nostálgica tu sensación enfocándolo al kraut que el disco en sí (risas)».
‘Líbrame del mal’ es un tema que va evolucionando, y para mí el teclado del final sí es kraut.
C: «Me parece curioso que te parezca kraut porque es en el disco que menos aparece».
A: «También es que kraut es como decir rock al final. Todos los estilos son más amplios de lo que parece. Ese sintetizador, ese arpegiador, cuando Edu lo trajo, dijo que era muy Moroder. Luego, dentro de esa canción, hay 5 o 6 canciones distintas. Cuando salió nos lo decían, me hace mucha gracia porque me gusta adivinar las fuentes de donde vienen las canciones. Es divertido».
¿Cuál creéis que es la grabación más viajada de este disco? Porque hay mucho de canción-río, de empezar de una manera y terminar de otra.
C: «A ‘Mítico’ se le dio bastantes vueltas, hasta el último día. Siendo corta nos dio un buen quebradero de cabeza. ‘La gran muralla’ es de esas que se van desarrollando, habla de una pareja que se deja, y representa esas fases: ese inicio, esa convivencia, el crescendo y luego se rompe. ‘Te comes mi corazón’ tiene mucho desarrollo. ‘Líbrame del mal’…
Edu me ha mirado mal cuando he dicho antes lo de crisis existencial.
E: «¡Yo no miro mal a nadie!».
«Nunca ha habido una crisis en el grupo porque es de las cosas más preciadas que tenemos, si no la que más»
Me interesa tu opinión aunque no seas el letrista. ¿No ves crisis existencial? ¿Ni siquiera en algo llamado ‘Persona’?
E: «En todos los discos hay crisis, cada uno tiene una crisis personal durante la grabación».
Luis: «En cada disco más de una» (risas).
E: «Un disco termina por ser algo doloroso, no llegas a donde quieres, hay canciones que te cuestan más… pero es nuestro oficio. En cuanto a crisis personal, cada uno ha tenido sus movidas pero como grupo nunca hemos tenido una crisis, siempre es seguir adelante. Ha habido crisis personales, pero no en el grupo. El grupo está por encima porque es de las cosas más preciadas que tenemos, si no la que más».
Os veo una conciencia de grupo tipo U2.
C: (risas) «O Depeche Mode».
L: «Me veo más cerca de Los Lobos en cuanto a relación. Los vi en Gijón, y me maravilló el concepto de clan que había allí con abuelos, nietos…»
Alguien: «A nosotros eso no nos va a pasar».
C: «Es interesante lo de U2, o lo de los Beatles: cómo la relación entre personas varía los discos».
Nada que ver con The Cure.
C: «Es verdad con ese bajista que se iba, que volvió a entrar, no sabemos muy bien…»
«Nunca hemos hecho una canción realmente triste»
¿Alguna aportación del letrista en cuanto a crisis?
A: «¿Hay alguien que conozcas que no tenga crisis? Lo que pasa es que al oír adjetivos como «existencial» o «frustración»… todo eso tiene una connotación negativa porque al referirte a un disco con ellos parece que va a ser un disco triste. Aunque León Benavente no seamos muy buenos, aunque nuestro material de entrada no sea luminoso y tienda a ser más oscuro y reflexivo, nunca hemos hecho un disco triste, nunca hemos hecho una canción realmente triste. Y creo que eso está bien porque lo más fácil cuando juegas con estas sensaciones es que sea triste y que no transmita la energía que nosotros queremos transmitir. Luego cada uno será como quiera, pero como grupo en el escenario queremos proporcionar una experiencia que sea vital».
L: «Y es algo se ha creado solo, hay un porcentaje de algo que nosotros no hemos hecho sino que se crea cuando estamos juntos».
Yo no veo vuestras canciones tristes, pero tampoco alegres… como que «luchan contra la adversidad».
A: «La materia prima no suele ser la alegría y el regocijo» (sonríe)
L: «Es importante sentirnos identificados y casi en el 100% de los casos, (Abraham) toca lugares comunes de una manera muy bonita».
A tenor de ‘Viejos rockeros viejos’, ¿a qué edad se empieza a ser un «viejo rockero»?
A: «Depende de la edad mental».
C: «No es lo mismo un viejo rockero que un «viejo rockero viejo»».
L: «Cuando dejas de aprender, cuando te rindes, cuando eres nostálgico».
«No ser un «viejo rockero viejo» requiere de un trabajo diario de investigación»
O sea que hay gente que es vieja a los 20 años.
L: «No se refiere a la edad, sino al estado. Creo que tiene que ver con no rendirte, con no perder la ilusión, cuando te gusta mucho la música, pero no miras hacia adelante».
E: «Entiendo que la gente se quede en el camino, porque no ser un «viejo rockero viejo» requiere de un trabajo diario de investigación. Hay mucho trabajo detrás de no ser un «viejo rockero viejo». Aunque a veces caemos en serlo: luchamos contra eso».
Lo digo porque ahora se habla mucho de edadismo, y la canción tiene un punto de «retirarse a tiempo». ¿Quién tiene que retirarse?
E: «Mira a Quincy Jones. Hablamos de retirarse antes de que te falte la energía. El problema es cuando ya no tienes energía. A lo mejor haces cosas que a la gente no le parecen bien, pero si a ti te parecen bien…»
Me encanta que volváis a colaborar con Tulsa, que debería tener más reconocimiento, ¿pero por qué la habéis encajado en un tema como ‘Todas las letras’?
A: «En el disco anterior la llamamos para una canción muy distinta, ‘Mano de santo’, más cantada y más electrónica. Es una gran amiga de los cuatro, nos gusta mucho su carrera desde que empezó. Cuando la llamé, queríamos que colaborase en una canción pero no sabíamos en cuál. Hasta el último momento, hubo un par de opciones. Vino al estudio, le pusimos esta canción y ella misma dijo: «¿me habéis llamado para esta canción?» (sonríe) La empezamos a ensayar, la canción es un recitado, pero ella empezó a cantarla más. Estuvo muy guay. Al colaborar con alguien con quien ya has trabajado, es bonito hacerlo no donde ya sepas que va a quedar bien. No: hemos intentado forzar un poco y ver dónde podíamos ir».
«No sabíamos hasta qué punto a Triángulo le iba a apetecer colaborar en un disco de León Benavente»
¿Y con Triángulo?
A: «Triángulo no sabíamos si iban a querer colaborar. Les admiramos mucho y no sabíamos hasta qué punto les iba a apetecer colaborar en un disco de León Benavente».
¿Tenéis algo de complejo?
A: «No, mucho respeto a su decisión».
Alguien: «¡Son gallegos!» (risas).
A: «Todo este mundo parece la misma escena, pero hay diferentes formas de estar. Ellos llevan una carrera impecable en todos los sentidos. Una vez teníamos esta canción, le enviamos la canción con unas notas e hicieron otra cosa».
E: «¡Pedimos un Triángulo y nos dieron un cuadrado!» (risas)
A: «La guitarra de Rodrigo esperábamos que fuera en la parte más distorsionada, y metió una acústica con chorus, pero al escucharla es una gran aportación. Isa pasó ya no de cantar las partes sugeridas, sino que no cantó nada de la letra que yo había escrito y estableció un diálogo sin cantar lo mismo que estoy cantando yo. Metió sus frases».
Está bien que no sea la típica colaboración chico-a…
A: «Nuestras colaboraciones no suelen serlo, ni la de Maria Arnal ni la de Cristina (El Columpio Asesino), son como medio diálogos. No se me había ocurrido decirle a Isa que escribiera su complemento a esa canción».