Benidorm Fest me dejó traumatizado

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Benidorm Fest me dejó traumatizado

«Quiero llorar, qué rabia y que impotencia». «Que bajón más grande, Dios mío». «Qué decepción el resultado… Seguimos en la caspa». «Decepción absoluta; seguimos siendo mierda mainstream». Estos son algunos de los comentarios que habéis dejado en nuestro Instagram este fin de semana comentando la derrota de Rigoberta Bandini en Benidorm Fest, donde quedaba en 2ª posición a 5 puntos de Chanel, exactamente la diferencia que había decidido el jurado, que se decantaba por una producción de laboratorio editada por BMG. Una ‘SloMo’ que parece un remedo de Becky G, solo que sin el humor de esta, pero bastante disfrutona al fin y al cabo.

RTVE se ha anotado un rotundo éxito con la iniciativa de este concurso para determinar al representante español de Eurovisión: ya no solo es que las semifinales lideraran en su franja horaria o que 3 millones de personas de audiencia media vieran la final del sábado. Es que la respuesta en redes ha sido abrumadora y la repercusión social de las canciones ha llegado incluso a la política: Ada Colau e Irene Montero han apoyado a Rigoberta Bandini, y varios miembros del Partido Popular se han mostrado en contra de ‘Ay mamá’. Por su parte, la vicepresidenta del gobierno Yolanda Díaz mostraba su apoyo a Tanxugueiras. Y sin embargo, en última instancia la cadena pública no ha parecido dejar contento a casi nadie, dejando cierto regusto amargo incluso, cuando el lema de esta edición era «el festival que tú quieres». Tanxugueiras ganaron el voto popular y su derrota va a llegar al mismísimo Congreso de los Diputados sin que nadie alce la voz para decir que igual ahí se nos está yendo un poco la olla: Galicia en Común y BNG quieren detalles sobre cómo se escogió al jurado. Los sindicatos de RTVE han pedido una investigación. Esta mañana Benidorm Fest ha salido hasta en Al Rojo Vivo.

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Voy a romper una lanza a favor de ese jurado que ha estado cerca de salir de Benidorm escoltado: yo tampoco terminaba de ver a Tanxugueiras en Eurovisión. Las canciones de corte folclórico tienden a encontrar dificultades para pasar siquiera de las semifinales. Nadie parece recordar el caso de Polonia en 2019 porque su canción no logró clasificarse para la final. Las propias Tanxugueiras tienen otras canciones de sonido más avanzado y, peor aún, el trío gallego solo preparó algún tipo de realización o montaje sobre ‘Terra’ después de la primera semifinal. A diferencia de su amigo Rayden, se presentaron con los deberes sin hacer. Todo lo contrario que Chanel, con una coreografía y puesta en escena espectaculares, en la que se ha cuidado al milímetro hasta la iluminación, resultando un pedazo de show como mínimo técnicamente. Ahora queremos que cuente menos el jurado, cuando el voto popular se ha caracterizado por apoyar propuestas tan ilustres como Chikilicuatre o John Cobra, por no hablar del componente troll de ese jurado demoscópico que a punto ha estado de llevar a Gonzalo Hermida a Turín sin haber actuado siquiera.

Más traumática me parece la derrota de Rigoberta Bandini. Su tercer lugar en el voto demoscópico viene a poner sobre la mesa que la música independiente sigue siendo una cosa minoritaria, pese a los números que hace o los ingresos que genera. La sociedad no ha valorado que Paula Ribo, la artista detrás del proyecto, escriba sus propias canciones y las edite desde su propio sello. El único sello asociado a su fenómeno que vemos en las plataformas de streaming es «Rigoberta Bandini», claro indicativo de que se ha hecho a sí misma.

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Su fenómeno se labraba en internet durante la pandemia. Corría el verano tonto de 2020 cuando descubríamos maravillas como ‘In Spain We Call It Soledad’ y ‘Too Many Drugs’, que había triunfado en otro «Contest», el de nuestros foros. Había ahí ciertos ecos a Chico y Chica o Las Bistecs en humor y espontaneidad, pero con un desvergonzado potencial comercial que incluía una improbable cita a Mónica Naranjo, quien se ha apuntado un tanto apoyando desde sus redes varias veces el proyecto. Rigo ha versionado a Mocedades y tiene una canción llamada ‘Julio Iglesias’, por lo que la canción melódica de los años 70 está también en su imaginería, pero las producciones tiran más al synth-pop con algún suave guiño trance o latino. Lo mismo aparece un ramalazo EDM que una cumbia. Por alguna razón, co-produce Stefano Macarrone de Mendetz, el grupo más parecido a Daft Punk que ha habido en nuestras fronteras.

Con ‘Perra’ Rigoberta Bandini entregaba un enorme himno feminista de gran calado: he visto a 2.000 personas, las que habían agotado en muy pocas horas los tickets para ver a la artista -sin disco en el mercado- en La Riviera gritar enloquecidas una y otra vez «QUIERO SER UNA PERRA». ‘Ay mamá’ ha calado incluso más, siendo un éxito en las listas desde su primera semana. En las últimas se ha terminado de convertir en un viral que la va a alzar al número 2 oficial en las listas oficiales de Promusicae en unos días: no va a ser top 1 por muy poco, pero en cualquier caso es un gran éxito que ya ha trascendido el underground para resultar completamente transversal. Ha sido promocionado en Telecinco, pero ya había rulado antes en plan boca oreja, pues son muchas las madres las que han compartido en sus redes ‘Ay mamá’, hartas de no poder amamantar a sus hijos cuando y donde quieren o pueden. El tema ha sido debatido incluso en varios programas de televisión de diferentes cadenas y Tania Llasera ha sido solo una de las que se ha pronunciado frente a sus 750.000 followers: «Esta canción es maravillosa. Nunca entenderé cómo se puede sexualizar y demonizar algo tan sencillo y natural como dar de comer a tu hij@. Defensora también de que se respete la elección de cada cual. Pero son solo tetas».

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‘Ay mamá’ era una apuesta extraña para Eurovisión, pero paradójicamente esa era su principal baza para ganar el certamen: ser una apuesta inimitable y diferente como antes lo fueron otros ganadores inesperados como Salvador Sobral, Måneskin o Netta. Como propuesta es rara y también podía habernos dejado últimos, pero tampoco es que a nadie le hubiera importado porque también quedó última Remedios Amaya y ‘Quien maneja mi barca’ jamás ha dejado de ser una canción de culto.

Como apuesta artística pop además, ‘Ay mamá’ tenía sus recovecos: Rigoberta Bandini se presentaba con un vestido de Joan Ros en homenaje a los tapetes de ganchillo de nuestras abuelas, en el que entre otras cosas se podía leer la palabra ANETO en referencia a una de las líneas de la canción, la Tetamundi que ha llevado al escenario es obra de la artista Marina Salazar, y en rueda de prensa la cantante había afirmado que para Turín realizaría una puesta en escena más internacional y entendible para quien no hable castellano. Faltaba por presentar, de hecho, el videoclip, que tan importante fue por ejemplo en el desarrollo de Netta. Había partido.

La derrota de ‘Ay mamá’ ha hecho tanta pupa porque no es solo una canción de música pop; está llena de simbología y es una de esas canciones que puede cambiar las cosas y hacer de hecho del mundo, un lugar mejor. Algún día las mujeres podrán enseñar sus pezones en Instagram, como los hombres, y esta será una de las pocas canciones que pusieron un pequeño grano de arena en el camino. Su mensaje -como el de Tanxugueiras- es tan potente y relevante que ayer el diario más leído del país dedicaba no uno sino 4 artículos a Benidorm Fest, cuando la cultura ya solo es cosa de subportadas, de pies de página. Ignacio Escolar se pronunciaba en Twitter: «El jurado le da la victoria a Chanel, frente al voto popular, que respaldó dos canciones bastante mejores: Ay Mama y Terra. Qué decepción. Chanel canta muy bien y baila muy bien. Pero la canción no puede ser más anodina y vulgar. Es un pastiche sin ninguna personalidad». Javi Giner también dejaba una opinión muy interesante: «Qué pereza enviar la misma actuación que vemos 800 veces en Eurovision cada año. Y esto no va contra Chanel, que es una artistaza y se lo ha currado como nadie. Va contra un jurado de supuestos expertos que no saben valorar lo diferente y lo especial».

Chanel ha tenido que borrar su cuenta de Twitter por el odio que está recibiendo, pues solo había quedado 3ª para el televoto y España está cayendo en las apuestas de Eurovisión cuando lo lógico habría sido subir después de la final nacional. Pero ahí Rigoberta Bandini también nos ha dado una lección lanzándole su apoyo desde las redes: «Quiero mandarle toda mi fuerza a Chanel, te agarramos del brazo tal y como hacíamos en nuestra canción, hermana lo vas a petar».

Son tiempos históricos para la sororidad, así que hoy solo podemos celebrar que las mujeres han quedado en el top 3 del certamen, salir de esta calle de la llorería, que diría aquel, y quedarnos con lo bueno. Hace tan sólo un año era impensable que RTVE fuera a dar visibilidad a artistas tan diversos en nuestro país como Rigoberta Bandini, Varry Brava, Javiera Mena, Tanxugueiras o Rayden. En el mes más tonto del año y en medio de la sexta ola de la pandemia, se ha devuelto la música en vivo a los horarios de máxima audiencia, y por una vez no ha sido para montar un karaoke. Que estemos hablando tanto de música y de mujeres es también una victoria.

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